¿Pura vida? La transición energética en Costa Rica
Costa Rica goza de una fama internacional generalizada por ser uno de los países más verdes del mundo. El país centroamericano ha sido elogiado repetidamente por sus destacados esfuerzos en la lucha contra el cambio climático, por sus esfuerzos de reforestación y por generar casi toda su electricidad a partir de fuentes de energía renovable. Aunque el gobierno ha adoptado un ambicioso plan económico para que descarbonizar al país para mediados de siglo, las políticas verdes a veces no son tan optimistas como parecen.
En el país, esta transición se impulsa por tres grandes determinantes: el cambio climático que obliga a buscar formas de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el entorno disruptivo en el cual interactúa el sector energético debido a la aparición de nuevas tecnologías y hábitos de consumo; así como la necesidad de solventar problemas estructurales en el funcionamiento del Subsector Energía, que a lo largo de los años han limitado su eficiencia.
Es cierto que las cifras de generación de energía son impresionantes; Costa Rica es uno de los pocos países del mundo que genera más del 98 por ciento de su electricidad a partir de fuentes renovables. En 2018, su energía fue generada de la siguiente manera: 72% hidroeléctrica, 16% energía eólica, 9% geotérmica, 0.8 % de biomasa y una pequeña porción de solo 0.1 % de energía solar.
Pero como con todas las transiciones de energía, tenemos que observar el panorama general. Como la electricidad de Costa Rica ha sido generada predominantemente por energía hidroeléctrica, el país ha tenido que hacer un esfuerzo relativamente pequeño para garantizar que este sector sea renovable. Sin embargo, la generación de electricidad representa solo una fracción del consumo total de energía del país. De hecho, la mayor parte de la energía de la nación depende de los combustibles fósiles. La energía es la mayor fuente de emisiones de carbono en Costa Rica, responsable de alrededor del 65 por ciento, por lo que tiene sentido descarbonizar el sector energético. La mayor parte aquí es el sector del transporte, responsable de alrededor del 42 por ciento de todas las emisiones de carbono relacionadas con la energía. Por lo tanto, es vital que Costa Rica aborde este sector en particular si se toma en serio la lucha contra el cambio climático y convertirse en carbono neutral para 2050.
Las políticas públicas costarricenses han observado esta situación, y en el corazón de las políticas ambientales del expresidente Alvarado Quesada se encuentra una impresionante estrategia de descarbonización para el sector del transporte del país que parece más un modelo para un país desarrollado que para un país en desarrollo. El plan, anunciado implica varios objetivos muy ambiciosos para las áreas metropolitanas, como la capital, San José. Al pedir que todos los autobuses y taxis sean neutros en carbono para 2050, apunta a que un sistema de transporte público en funcionamiento se convierta en la principal fuente de movilidad, reemplazando en gran medida a los automóviles privados.
Actualmente, Costa Rica lidera dos iniciativas globales altamente ambiciosas: la iniciativa 30×30 –la cual propone proteger un 30% de los ecosistemas del planeta para el 2030- y la alianza “Beyond Oil & Gas”, la cual puso sobre la mesa la propuesta de erradicar por completo todos los combustibles fósiles, incluidos el petróleo, carbón y gas natural por primera vez en las negociaciones climáticas de la COP26 el pasado noviembre.
Para el recién electo presidente Rodrigo Chávez, esto representa un gran desafío, ya que, en este sentido, los planes de Chaves para su gobierno incluidos los relativos al medio ambiente, se consideran ambiguos, y ya ha hecho comentarios a favor de la extracción de combustibles fósiles. Durante su campaña, Chaves ha manifestado su apertura a la explotación de gas natural en Costa Rica, una medida que el sector empresarial del país ha propuesto en el pasado para disminuir los altos precios de la electricidad. Sin embargo, el país no ha incursionado en la industria de extracción de gas y tampoco se ha confirmado si efectivamente cuentan con yacimientos de ese combustible fósil.
Twitter: @pacotrevinoa
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