CINEMATÓGRAFO  

Dos documentales de Netflix para no caer en el aburrimiento ni en las manos de estafadores

Sin duda, un titular sensacionalista pero que encierra dos preocupaciones legítimas que han llevado a estos dos largometrajes a convertirse en referentes del género documental en la plataforma de video bajo demanda, debido a su gran calidad, tanto en el manejo de los temas y la manera contarlos (narrativa) como en el tópico de la estética visual.

Me refiero a “El estafador de Tinder” y “Fyre Festival”.  Ciertamente dos cintas con contenido, temática y objetivos diferentes y en determinado momento hasta antagónicos, pero que se detienen a evidenciar el potencial fraudulento de personajes que pueden estar proliferando en la época reciente y que en cualquier momento podemos cruzarnos con ellos y hasta interactuar.

Si bien no se trata de un tutorial para enfrentarnos a los fraudes, si nos dejan las reflexiones y acciones de quienes padecieron ese delito para que evitemos caer en discursos que en ocasiones son tan elaborados, que pueden engañar a prácticamente cualquier persona.

El primero, “El estafador de Tinder”, es una serie documental de Reino Unidos, dirigida por Felicity Morris, nos narra en cuatro capítulos, en un ritmo vertiginoso, la historia que viven las chicas que son estafadas por Simon Leviev, un estafador se hace pasar por magnate del sector de los diamantes para enamorar a mujeres usando la Internet robarles su capital, hasta el momento en que éstas deciden vengarse.

El segundo, “Fyre”, dirigido por Chris Smith y registrado como estadounidense, es un documental de 97 minutos, que describe los detalles de cómo se construyó la mayor estafa en lo que a festivales de música que se conoce. Nos lleva de la mano entre las charlas de los organizadores, su vinculación con los patrocinadores y el rotundo fracaso que viven al intentar construir una exclusiva villa donde planeaban alojar a los visitantes al evento.

Ambos documentales ponen el dedo en la llaga en el tema de la confianza extrema que reciben personajes carismáticos, lo cual les permite concretar sus fechorías a la vista de todos con quienes conviven. En verdad un par de opciones dignas de disfrutar en un fin de semana en casa al lado de los suyos.

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.

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El Heraldo de Saltillo
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