Incógnita despejada
Para la mayoría de los analistas es muy probable que Ricardo Mejía Berdeja se convierta en la carta fuerte del presidente López Obrador y de Morena para competir por la gubernatura en 2023.
Las señales, a decir de los observadores de la política, son inequívocas: constantes apariciones públicas flanqueando al presidente; acercamiento de la mayoría de los liderazgos de Morena en torno a su figura; ‘permiso’ presidencial para recorrer el estado promoviendo la revocación de mandato; por último, una reciente declaración pública de Mejía Berdeja reconociendo que sí le interesa la gubernatura respetando los tiempos electorales oficiales.
Los medios de comunicación, por lo tanto, ya delinean en sus contenidos un posible careo del torreonense con la figura mejor posicionada del PRI, Manolo Jiménez Salinas.
Pronto también las encuestadoras harán lo propio, incluyendo en sus ejercicios al subsecretario de Seguridad Pública con licencia.
De momento, los sondeos más recientes revelan que, sin candidatos, el PRI le lleva una ventaja de 4 puntos porcentuales a Morena.
Sin duda que, si en estos momentos se llevaran a cabo las elecciones, con Manolo Jiménez abanderando al PRI y posibles aliados, y Ricardo Mejía por el lado de Morena, PT, UDC y PVEM, el resultado, como en las buenas democracias, se antoja impredecible.
Antes, ambos aspirantes tendrán a que sobrellevar los procesos internos de sus respectivos partidos y coaliciones. Es fácil suponer que se presentarán mayores dificultades en Morena. Si el partido del presidente selecciona a su candidato por medio de encuestas, Mejía Berdeja encontrará al menos tres contrincantes con bonos elevados dentro del movimiento, me refiero a Armando Guadiana, Luis Fernando Salazar y Javier Guerrero.
Manolo Jiménez, en cambio, parece tener el camino despejado, no sólo dentro del PRI, también en el PAN y el PRD, si es que estos partidos se suman a la alianza. La ventaja que al momento le otorgan los sondeos al ex alcalde de la capital del estado sobre el resto de sus posibles competidores es considerable.
Un factor clave del que uno y otro deberán estar atentos es el de paridad. Dependiendo de a quien se elija en el Estado de México, aquí en la entidad los partidos y coaliciones podrían verse obligados a realizar ajustes para cumplir con el criterio del 50% -50%.
Por lo pronto, si los partidos mejor posicionados en el electorado están dejando entrever el rostro de quienes los representarían en la contienda, entonces sólo quedan tres incógnitas para proyectar el escenario electoral que se presentará al iniciar las campañas políticas el próximo año.
La primera de ellas se refiere a lo que sucederá con el PAN. Si bien este organismo político cuenta con algunas figuras representativas, entre las que destacan Guillermo Anaya, Alfredo Paredes y Marcelo Torres, las encuestas lo ubican con un porcentaje del 8% en la intención del voto, razón por la cual difícilmente podría aspirar a competir con los porcentajes del PRI y Morena.
Es por lo anterior que los analistas interpretan el inmovilismo político que ha mostrado el PAN durante los últimos meses, como una clara señal en el sentido de que, en esta ocasión, se sumará en alianza al abanderado del PRI.
La segunda incógnita, mencionada en la colaboración pasada, es el rostro de quien portará las siglas de Movimiento Ciudadano. Considero que sólo falta el nombre de él o ella, porque, como ha sucedido en las más recientes elecciones para elegir gobernadores, es muy probable que este partido vaya con un candidato propio.
Por último, ¿qué sucederá con las figuras políticas que levanten la mano revelando sus intenciones de buscar la gubernatura pero que no encuentren cabida al interior de sus partidos?
¿Tendrá alguno de ellos el potencial para romper con las siglas que actualmente representa, afiliarse a uno de los denominados partidos chicos y crecer en las preferencias hasta el punto de competir con las respectivas alianzas que armen el PRI y Morena?
Hasta el momento, la única figura política que ha enviado señales discordantes con su partido y que además ha mostrado sus intenciones de competir es Jericó Abramo Masso. Sin duda que el escenario proyectado podría modificarse en función de sus movimientos.
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