EN EL TINTERO

Ruedan cabezas

Cada año, durante el mes de marzo, los sentimientos de las mujeres se ponen a flor de piel. Cada vez son más las mujeres que se suman a la causa del movimiento 8M y también quienes adquieren valentía para denunciar posibles agresiones.

Este 2022 la cifra de quienes se congregaron el pasado 8 de marzo en Saltillo se duplicó, y aunque algunas expresiones fueron criticadas, principalmente las pintas en la Plaza Tlaxcala, la mayoría impulsó el verdadero objetivo de estas marchas.

Otro tema que ha destacado en los últimos años son las denuncias de estudiantes de preparatorias y carreras de diversas universidades en contra de sus maestros o compañeros, las cuales en su mayoría quedan plasmadas en un tendedero o lo que se ha denominado El Muro de la Vergüenza.

Sin embargo, como lo han manifestado en algunas instituciones esto no es suficiente y en algunos casos, difícilmente sabemos cuáles, podrían caer en la difamación, por lo que hacen el llamado para que quienes se sientan víctimas a denunciar penalmente, a fin de que se efectúen las investigaciones pertinentes y se finquen responsabilidades.

Independientemente de ello, en algunas Universidades ha sido tanta la presión social y mediática por las denuncias de las jóvenes estudiantes que han actuado rápidamente para evitar en la medida de lo posible reflectores negativos.

La Universidad Autónoma del Noreste (UANE), luego de la polémica por el accidente automovilístico en el que murió una estudiante, ha estado en la mira de la sociedad.

Posteriormente, las denuncias por violencia de género preocuparon no solo al estudiantado sino a la directiva de esta Universidad, pues recién despidieron al subdirector de una de las carreras, a un intendente y algunos docentes señalados por las estudiantes como agresores.

Y aunque se rumora que algunos despidos fueron injustificados, cada trabajador sabe que tiene su derecho a salvo para reclamar este acto en caso de ser ilegal, aunque hay quien dice que varios aceptan esta salida para evitar la cárcel asumiendo su responsabilidad.

Es importante creer en las víctimas y en sus testimonios, y aunque es complejo y difícil enfrentar un proceso legal por miedo, vergüenza y otras circunstancias de las propias víctimas, deben saber que también tienen en sus manos una responsabilidad para evitar que esto se siga repitiendo.

Como en todo, hay en las universidades opiniones opuestas y críticas a este movimiento no sólo de hombres sino de mujeres que ven mal este tipo de manifestaciones.

Así ocurrió en la escuela de bachilleres del Ateneo Fuente de la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde una maestra decidió retirar las pancartas colocadas por alumnas denunciando agresiones.

Rápidamente actuó el rector de la UAdeC, Salvador Hernández Vélez, quien informó que se podría emitir una sanción a la maestra, pero lo mejor es que dicha sanción se enfoca a la sensibilización de la docente, enviándola a talleres de capacitación sobre el tema.

En el ICH (Instituto de Ciencias y Humanidades) un maestro de educación física fue suspendido de sus labores en tanto se investiga una acusación en su contra.

Hay que entender que esta forma de denuncia no es una moda, sino la oportunidad de encontrar en qué estamos mal como sociedad y si estos agresores tuvieron actitudes que normalizan la violencia, si en otro momento dichas denuncias fueron ignoradas. Con ello, hoy los agresores deben saber que si incurren en violencia el siguiente año podrían encontrar su fotografía pegada en alguna Universidad que les traerá consecuencias.

El 8M es hoy por hoy un grito de ayuda y un alto a la violencia, y el mes de marzo la oportunidad para denunciar.

 

Autor

Jessica Rosales
Jessica Rosales
Reportera desde enero de 2000. Fundadora de la Agencia de Noticias Digital UNIMEDIOS. Actualmente titular del noticiero Capital Noticias 91.3FM en Saltillo y Coordinadora de Contenidos de Capital Media Coahuila. Escribo la columna “En el tintero” que difunde El Heraldo de Saltillo, La Otra Plana y Capital Coahuila.
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