“EL HILO INVISIBLE”

 Esta amable comedia del realizador italiano Marco Simon Puccioni resulta liviana, muy entretenida y predecible, dejando en el camino subtramas que eran pura potencia para devenir en un relato inofensivo y bien intencionado que se deja ver, aunque de ninguna manera se convierte en una película esencial. Una lástima: en los tiempos que vivimos su mensaje calzaba con los discursos en pro de la aceptación, pero este material termina siendo inofensivo y demasiado convencional. Y ojo: el título en español resulta similar al de El hilo invisible, de Paul Thomas Anderson, con la que no tiene nada que ver, por lo que vale la pena insistir en esta coincidencia.

Cuando un filme parte con un tema potencialmente grande -un chico de 15 años, hijo de una pareja de homosexuales, se enfrenta a un secreto que cambiará para siempre su existencia- y termina siendo una comedia predecible, políticamente correcta, el espectador agudo tiene todo el derecho a sentirse estafado. O por lo menos, decepcionado, sobre todo porque los personajes principales tenían pasta para quedarse en nuestra memoria y no lo consiguen debido a un guion debilitado, que expone mucho, pero desarrolla poco las subtramas que eran muy inteligentes.

El trío protagónico -Leone y sus padres Paolo y Simon- se encuentra en una encrucijada cuando después de 20 años de feliz y cómoda convivencia como familia, se enfrentan a la infidelidad de uno de ellos que repercute con fuerza en la existencia del adolescente, justo cuando éste se encuentra preparando un documental para la escuela, precisamente para mostrar la felicidad de sus padres. Todo ello se derrumba la noche del vigésimo aniversario de la relación de Paolo y Simon, porque esa noche se descubre la infidelidad que coincide con otra grave situación: la necesidad de saber cuál es el padre biológico que embarazó a Tilly, la madre que aceptó ser inseminada para felicidad de la pareja.

El filme tiene un inicio estimulante: una secuencia documental, donde el propio Leone presenta de modo sintético y entretenido a su familia y de cómo él llegó al mundo quince años antes. Todo se debe a que Leone y su mejor amigo están afanados preparando un proyecto escolar de Leone donde ellos desean exponer abiertamente la posibilidad de las relaciones entre personas del mismo sexo, defender los derechos de la comunidad LGBT a través de su familia.

Desafortunadamente, lo prometedor del inicio se diluye pronto y pese a que el recurso del falso documental sirve muy bien para que Leone revele secretos de sus padres, con una inusual manera tratándose de una comedia, lo mejor que tenía el filme (precisamente el documental) queda de lado y el director empieza a naufragar en su guion, mostrando una serie de subtramas interesantes, pero ninguna de las cuales se resuelve y ni siquiera se aprovechan: la chica francesa que acaba de llegar a su curso tiene un hermano gay que se siente atraído por Leone; la madre de Leone tiene una interesante relación con un hippie trasnochado que recorre las distancias en su motocicleta o Ricardo, el amante, daban para seguirlos en sus andanzas y averiguar más de ellos, pero el realizador los presenta y se olvida de ellos, generando la sensación frustrante de que todo un potente relato se viene abajo y no logra remontar, salvo como una comedia italiana liviana, intrascendente y harto convencional pese a su supuesto tema trasgresor.

De este modo, a pesar de tener muchos temas interesantes, un grupo de actores muy buenos y una cantidad de situaciones chistosas que van sazonando el relato, parece que el director no tuvo la capacidad para ir hasta el final y mantiene todo su filme en un exasperante fuego lento, con el mínimo riesgo.

Incluso hay errores serios en la forma en que se resuelven ciertos conflictos, con una sencillez casi grosera y la mayoría de los personajes cambian en sus acciones de una secuencia a la otra, sin que ello sirva para darle vigor o picardía o atrevimiento a la comedia, al fin y al cabo, su tema daba para mucho más. Esa misma liviandad se reconoce en el apartado técnico, donde el realizador no subraya o destaca ni la puesta en escena, la música o la fotografía. Todo lo anterior resta fuerza a una comedia que tenía todos los ingredientes para ser un plato perfecto, pero que pierde toda su efectividad decantando en una película entretenida pero intrascendente en su género.

Llegado a este punto, se puede afirmar que “El hilo invisible” no es una mala película, solo que desaprovecha el potencial que tenía su exquisita premisa y solo se afirma gracias a la simpatía de sus actores, la ternura con que se trata el tema de la identidad y el carisma evidente que transmiten sus actores encarnando a personajes atípicos, especialmente en el caso de Leone, toda una revelación con su interpretación correcta y sin estridencias.

Lo más curioso es que esta película haya sido filmada por el romano Marco Simon Puccioni, director que antes denunció la discriminación sufrida por los padres homosexuales, con pasión y arrebato, en el documental Tuttinsieme, donde se ponía a sí mismo como ejemplo junto con su pareja.

Se evidencia coherencia en sus necesidades de articular un discurso acerca de la necesidad de comprensión y dignidad respecto del tema LGTB, en donde el director considera las familias con padres del mismo sexo exactamente iguales a cualquier otra, y considera que en su país, Italia, les ponen demasiadas trabas legales. Pero a pesar de que “El hilo invisible” comparte las mismas ideas, este largometraje de ficción no tiene ni la fuerza ni la pasión que antes había alcanzado con su documental.

Lo que finalmente se revela como lastre para esta comedia es que toda la historia, insistimos, potente pero fallida, está concebida con una sola finalidad en mente: adoctrinar y para ello en muchos segmentos el truco se evidencia como reiterativo y demasiado simple.

También se echa de menos alguna cuota de autocrítica respecto de temas como la gestación subrogada, la fidelidad en la pareja o el rol de los adultos frente al desarrollo de sus hijos, donde la madre de Anna, la chica de los sueños de Leone, daba para un mejor aprovechamiento en su postura dudosa de mujer progresista y respetuosa de la diversidad sexual, por ejemplo.

“El hilo invisible” se encuentra disponible en Netflix.

 

 

Autor

Víctor Bórquez Núñez
Periodista, Escritor
Doctor en Proyectos, línea de investigación en Comunicación