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¿Realmente habrá un boicot energético para Rusia?

La gran cantidad de atrocidades del presidente ruso Vladimir Putin en Ucrania enfrenta al mundo con una dura elección. Los responsables políticos y la sociedad en general pueden boicotear completamente la energía rusa hoy, para detener la invasión de inmediato; o pueden ver a las fuerzas rusas cometer un ultraje tras otro, acercándose cada día al territorio de la Unión Europea.

Bloquear las reservas de divisas del banco central ruso y desconectar algunos bancos rusos del sistema de mensajería financiera SWIFT fue un movimiento estratégico con gran repercusión económica, así como perseguir la riqueza fuera de Rusia de los compinches de Putin es apropiado. Pero ninguna de estas sanciones ha detenido la invasión rusa a Ucrania por una razón: Rusia continúa exportando petróleo y gas. De hecho, la guerra ha aumentado el precio de estos productos, beneficiando al sector más importante de la economía rusa.

En este sentido a una semana de que comenzara la guerra, el consumo de energía occidental todavía está financiando la invasión rusa de Ucrania, y la élite rusa lo está haciendo mejor que nunca. No hay forma de evitarlo: la única forma de detener la agresión del presidente ruso Vladimir Putin es imponer un boicot integral a todos los productos energéticos rusos. La energía comprende la mayor parte de las exportaciones de Rusia, principalmente en dos formas: gas a Europa occidental, a través de ductos y pagado en contratos a largo plazo, y petróleo a los mercados mundiales, vendido principalmente en mercados al contado.

De acuerdo con información de la Agencia Internacional de Energía, los ingresos por impuestos relacionados con el petróleo y el gas y los aranceles de exportación representaron el 45 por ciento del presupuesto federal de Rusia en enero de 2022. Teniendo en cuenta los precios actuales del mercado, el valor de exportación del gas canalizado ruso a la Unión Europea asciende a 400 millones de dólares por día. Asimismo, los ingresos totales de exportación de petróleo crudo y productos refinados ascienden actualmente a alrededor de 700 millones de dólares por día.

Un boicot integral de la energía rusa puede comenzar con la imposición de sanciones completas, incluidas sanciones secundarias, a todas las exportaciones rusas de petróleo y gas. El precio mundial del petróleo aumentará, pero si las sanciones se aplican plenamente, nada de esa ganancia inesperada irá a los productores rusos. En este escenario, la Agencia Internacional de Energía estima que la producción de petróleo en todo el mundo se impulsará muy rápidamente: Rusia exporta cinco millones de barriles por día; el suministro mundial adicional puede agregar al menos tres millones de barriles de petróleo al día.

Por supuesto, la Unión Europea tendría que seguir este ejemplo. Pero, para decirlo sin rodeos, esto es solo cuestión de tiempo. La UE puede dejar de comprar gas ruso ahora, para detener la invasión, o puede esperar un mes, hasta que miles de personas más hayan muerto, y las imágenes de víctimas civiles inundan los canales en todo el mundo. En algún momento pronto, Europa ya no podrá soportar el hecho de que está pagando por las atrocidades de Putin en Ucrania.

 

Twitter: @pacotrevinoa

 

 

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El Heraldo de Saltillo
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