La hipoacusia es la capacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos, también es conocida como sordera parcial, misma que puede presentarse en diferentes tipos y grados.
La hipoacusia neurosensorial, cuyo problema es ocasionado en el oído interno; la hipoacusia mixta, cuando el problema se encuentra en los órganos conductivos y en el sistema neurosensorial, y aquella que se produce cuando la lesión se encuentra en el oído externo o medio, por lo que no es posible escuchar sonidos del exterior: la hipoacusia conductiva causas que explicaremos a continuación.
La hipoacusia conductiva sucede cuando los tres huesos minúsculos del oído, conocidos como osículos, no realizan su función conductiva apropiadamente, o, también, cuando el tímpano no responde al sonido.
Esto puede ser causado por diferentes motivos, que la mayoría de las veces se pueden tratar. Por ejemplo, la acumulación de cera en el conducto auditivo externo o algún pequeño objeto que se encuentre atorado en el conducto auditivo externo.
También puede venir después de una infección en el oído, cuando tras sufrirla se queda algo de líquido o alguna cicatriz.
Puede ser producida por una otitis externa o del nadador, o por alteraciones en el conducto auditivo externo, como cuando el oído tiene una malformación.
Otra de las causas es un daño a los osículos, huesos que se encuentran detrás del tímpano.
A la hipoacusia conductiva también se le conoce como de hipoacusia de transición y tiene dos grados de complejidad: de leve a moderada o de leve a severa.
Para poder identificar esta hipoacusia hay que prestar mucha atención cuando se presente la dificultad para seguir una conversación; para identificar sonidos en donde exista mucho ruido, cuando muchas personas hablan, o para percibir sonidos agudos.
También podría presentarse falta de equilibrio o la sensación de perderlo.
Si tú crees que podrías padecer de esta enfermedad, es necesario acudir a un médico especialista, en este caso un otorrinolaringólogo, pues cualquier manipulación propia o inexperta al interior del oído puede provocar un daño mayor.
El médico realizará una evaluación física, pruebas de diapasón o una audiometría.
Lo primero es realizar una auscultación de rutina, para detectar la pérdida temprana de la audición.
Las pruebas de diapasón también son muy útiles para diferenciar entre los tipos de hipoacusia, además que son muy sencillas de realizar.
La audiometría, por su parte, es un examen realizado por un especialista para determinar los umbrales auditivos.
Dependiendo de los resultados, la hipoacusia puede clasificarse de acuerdo al nivel de decibelios. Una persona con audición normal escucha sonidos suaves por encima de los 20 decibelios.
La hipoacusia leve escucha sonidos entre 25 y 39 decibelios; la moderada entre 40 y 69 decibelios, punto en el que ya es necesario un audífono o aparato auditivo; mientras que la severa escucha sonidos de entre 71 y 90 decibelios, por lo que se hace necesario un implante coclear.
Para la hipoacusia conductiva los aparatos auditivos están recomendados en casos moderados o severos.
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