A LA BÁSCULA

 

¿A quién escucha el Presidente?

Por las prioridades que se da en los temas durante las mañaneras, uno supondría que en este país no existen problemas, o que si los hay, los más importantes han quedado resueltos, por lo que casi como una forma de entretenimiento el Presidente entra en debates que al grueso de la población —sobre todo y por el bien de todos, primero los pobres—, y que nada tiene que ver los con los problemas reales y de interés para la generalidad.

¿De verdad el pleito verbal y mediático que sostiene desde hace ya casi una semana con el periodista Carlos Loret de Mola es lo prioritario en el país? El diferendo surgió a raíz el reportaje publicado por Loret de Mola a través de Latinus, investigado de manera conjunta con Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, en el que exhibieron las residencias en las que ha vivido en Houston el hijo mayor de López Obrador, y en la que se desvela un presunto conflicto de intereses, porque el propietario de una de las fincas, es alto funcionario de una empresa que tiene contratos con Pemex y que de manera sospechosa ha visto multiplicando el monto del contrato original.

Es más que evidente la molestia del Presidente por la publicación, pero en sus reacciones —me parece— ha perdido totalmente la compostura como primer mandatario de la nación, y que le ha llevado a transgredir las cuestiones legales, con tal de exhibir a su enemigo —así lo demuestra que lo es—, mostrando supuestos ingresos obtenidos el año pasado.

Más allá de si Loret de Mola es o no santo de la devoción de los ciudadanos mexicanos, el Presidente se ha encargado de colocarlo en una posición que ni el mismo periodista se hubiese imaginado alcanzar, y que lo ha logrado gracias a López Obrador.

Pero lo más preocupante es el ambiente de linchamiento, de encono, de odio que desde el púlpito presidencial se promueve y fomenta contra los periodistas, contra todos los periodistas, contra los que ganan los millones que dice el Presidente que gana Loret colocándolo en una situación de grave riesgo a él y a su familia, y contra los que obtienen salarios que permiten solamente ir viviendo al día. Esto, en un país considerado por todas las organizaciones mundiales de periodistas y defensores de los derechos de humanos, como el más peligroso para ejercer el periodismo, en el que en lo que va del año seis de los nuestros asesinados, y en el que según el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, hay impunidad en 90 por ciento de los casos de los periodistas asesinados en la actual administración

Jorge Canahuati, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), rechazó la campaña emprendida por López Obrador en contra de periodistas mexicanos, y condenó «la actitud estigmatizante, de descrédito y descalificaciones de parte del presidente López Obrador contra periodistas y medios (…) es sumamente peligrosa esta práctica abusiva desde el Poder Ejecutivo, que pone en riesgo la seguridad de quienes ejercen un periodismo investigativo y crítico que puede incomodarlo».

Durante el fin de semana, usuarios de Twitter implementaron algo así como un ‘mitin digital’ difundido como ‘Todos somos Loret’, que el propio presidente reconoció que fue tendencia a nivel internacional, aunque lo minimizó diciendo que, sin tener elementos para confirmarlo, no descartaba el uso de ‘bots’. Y volvió a exhibir los datos personales de los supuestos ingresos anuales de Loret Durante 2021: 35 millones de pesos.

Es evidente que entre sus más cercanos colaboradores, no hay quién le ayude al Presidente en el manejo de crisis, porque en este caso, el manejo ha sido con las viles patas.

De todos los que están a su alrededor ¿no hay quién le diga al presidente que hay algunos frentes que son innecesarios abrir? ¿No hay quien le explique que este que es un problema personal suyo, le puede restar más que sumarle como Presidente porque en pleitos tan desproporcionados la mayoría siempre se va con el más débil?

¿A quién escucha el Presidente? ¿No podrá alguien decirle que es mejor que utilice todos los recursos —públicos— del estado que usa para la producción y transmisión de sus mañaneras, para abordar los temas que realmente le importa al ‘pueblo bueno’? ¿O de plano no escucha a nadie?

Qué le aportan su responsable de comunicación Jesús Ramírez Cuevas, su secretario de Gobernación Adán Augusto López, o los que se dicen sus amigos o fieles seguidores y le dejan que siga cometiendo exabruptos algunos irracionales, y le emiten un falso respaldo como los gobernadores que pagaron, con recursos públicos, un despegado respaldándolo, pero lo siguen dejando que se equivoque.

Dicen que al amigo se le hiere con la verdad para no destruirlo con la mentira. ¿A quién escucha el Presidente?

 

laotraplana@gmail.com

 

@JulianParraIba

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El Heraldo de Saltillo
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