La FAO designó al 2022 como el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales
Ciudad de México.- En el mundo existen aproximadamente 59.51 millones de personas que trabajan en el sector primario de la pesca y la acuicultura, de acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO); la mayoría se ubican en los países en desarrollo, y casi todos viven en condiciones de pobreza y alta vulnerabilidad.
El jefe de la Unidad Mazatlán del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML), Felipe Amezcua Martínez, comentó que de acuerdo con el organismo internacional en el mundo dependen directamente de estas dos actividades más de 100 millones de personas, las cuales se desarrollan fundamentalmente en los países en vías de desarrollo de diversas partes de Asia, América Latina y África.
Para impulsar en el mundo prácticas pesqueras a escala menor y asegurar un futuro sustentable para los pequeños pescadores y sus comunidades, 2022 fue designado por la FAO como el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales.
Se trata de un grupo de técnicas a pequeña escala en donde los volúmenes de captura son mucho menores comparados con lo de una pesca o acuacultura industrial. Generalmente se realizan en pangas o en embarcaciones, en el caso de la acuacultura se hace en algunas jaulas o cercos que ponen en los sistemas lagunares, explicó Amezcua Martínez.
De acuerdo a la instancia internacional se distribuyen de la siguiente manera: en Asia (85 por ciento del total mundial), seguido de África (nueve por ciento), América (cuatro por ciento) y Europa y Oceanía (con uno por ciento cada uno).
La iniciativa busca generar una promoción mundial que empodere a la pesca y la acuicultura artesanales y asegure un futuro sostenible para estos importantes sectores, entre otros objetivos.
“A este tipo de pesca también se le llama ribereña o de pequeña escala, como prefiero que se le diga porque algunos de los métodos que se utilizan no son tan artesanales, sino bastante sofisticados. Lo de ribereña se refiere al sitio donde se captura, a las orillas del mar o de sistemas estuarinos”, afirmó el especialista universitario.
A pesar de la función y responsabilidades que muestran estos datos, la pesca y la acuicultura artesanales, es decir, la realizada a pequeña escala, sigue sin tener acceso y control sobre los recursos, activos, créditos, información, capacitación y tecnología, así como en la toma de decisiones, reconoce la organización mundial.
En términos de género, se estima que a nivel mundial la proporción de mujeres en la fuerza de trabajo total de la acuicultura es de 19 por ciento, mientras que 12 por ciento en el caso de la pesca. Sin embargo, la disponibilidad de tecnologías, capital y financiamiento sigue siendo limitada para ellas, en comparación con los hombres.
Amezcua Martínez ejemplificó que tan sólo en un sistema lagunar de Sinaloa, uno de los estados mexicanos con alta actividad pesquera, hay aproximadamente dos mil embarcaciones con sus pescadores asociados.
“Se estima que en la captura de camarón nacional, el 20 o 30 por ciento viene de sistemas lagunares de Sonora, Sinaloa y Nayarit. En términos económicos y de volumen no es tanto, pero el impacto que tiene a nivel social es muchísimo, porque el número de pescadores y sus familias que dependen de este tipo de pesca es mucho mayor que el de pesca industrial”, comentó el especialista.
Aclaró que la industrial a nivel de volumen y de lo que reditúa económicamente es mayor. “En México los principales organismos que se capturan y tienen el valor comercial más alto son el atún, sardina, camarón y tiburón, y el mayor trabajo lo hace la pesca industrial. Sin embargo, la pesca de pequeña escala o artesanal tiene un impacto muy grande en el país debido a la cantidad de gente que está asociada a esta actividad”.
En la Unidad Mazatlán del ICML, prosiguió, lo que hemos realizado en los últimos 20 años es un diagnóstico para tratar de entender qué especies se capturan con los diferentes métodos, específicamente en la parte sur del Golfo de California y el Pacífico noroeste de México, además de comprender las relaciones entre las especies de peces.
Detalló saber su trama alimenticia, abundancia, épocas de reproducción, estimaciones de edad y crecimiento, las migraciones y patrones de movimiento.
“Estamos trabajando con el Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura para aportar este tipo de información que ayude a una pesca más sustentable, a que los datos lleguen a los pescadores para que estén bien informados”, indicó. (UNAM)
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