CLAVE DE FA

 

2022: Un golpe de timón en el futuro de la humanidad

Hace un año, bromeábamos (y no) con darle un zape a quien dijera el trillado “¡2021, sorpréndeme!”, después de lo difícil que fue para la humanidad el 2020. Pero aun con todo el escepticismo del mundo, salimos adelante del 2021 que está dando sus últimas patadas y nos deja mucho que pensar.

Lo primero es que bien dicen que, si quieres hacer reír a Dios, cuéntale de tus planes. Hace un año, sabíamos que las vacunas venían en camino y asumíamos que, por ahí octubre, gracias a ellas, alcanzaríamos la mítica “inmunidad de rebaño”, y con ello el mundo festejaría, viajaría y conviviría como nunca. Hasta decíamos que sería como la nueva época del Gran Gatsby.

No contábamos con tres cosas: primero, la disparidad en la capacidad de vacunación entre países; segundo, la desconfianza a las vacunas por una gran parte de la población que se niega a aplicársela; y como consecuencia de las dos primeras, la aparición de las mutaciones Delta y Ómicron, que requieren un refuerzo.

Hoy, aun con todos los avances médicos, seguimos en alerta, con un atraso considerable en las cadenas de transporte y suministro, con restricciones de movilidad, con semáforos epidemiológicos que a veces no tienen sentido, ¡vaya!, ni siquiera nos podemos abrazar con confianza y hasta parece que olvidamos cómo saludar a la gente. Sí, la pandemia nos ha dejado ese incómodo saludo fallido en el que no sabes si dar la mano, chocar puño o no’mas decir “hola” de lejitos.

Pero, aunque la luz al final del túnel aún está lejos, no hay que ver al 2022 con desesperanza porque hemos aprendido muchas lecciones desde priorizar la protección de la vida y la salud, poner énfasis en el riesgo que representa el cambio climático, enfocarnos en cerrar la brecha económica entre ricos y pobres, hasta sacarle más jugo a las tecnologías de la comunicación, y prender las alarmas en torno al peligro que representa la desinformación en las redes sociales.

Viendo el lado positivo, la pandemia le puso freno al crecimiento desenfrenado y nos volvió más conscientes de lo frágiles que somos sin importar nuestro origen o preferencias. El mundo no se va a detener, pero aún estamos a tiempo de corregir el rumbo. El saber que lo que nos ha tocado vivir es una buena base para evitar un futuro fatídico, y que el 2022 es el punto de partida para ello, es tal vez la noticia más esperanzadora que veo para el próximo año. Tengo fe en que será un buen año para todos.

¡Les mando un fuerte abrazo y mis mejores deseos!

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael