Año con año el mismo cuento y seguimos diciendo con indignación, pesadumbre y resolución “nos queremos vivas”.
Podrían llenarse páginas y páginas de decenas de miles de diarios del planeta, con los nombres de las víctimas de la violencia machista.
Precisamente porque la violencia es universal, fue universal la marcha de mujeres de este 25 de noviembre en memoria de las desaparecidas, ofendidas, golpeadas, humilladas, quemadas, atacadas con ácido, violentadas, presas, acosadas, presionadas por sus hijos para que los hereden en vida, víctimas de trata, mutilación genital, o asesinadas.
La violencia contra mujeres y niñas dice la ONU, es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras, por la impunidad de los agresores y es el obstáculo principal para que el mundo pueda alcanzar la igualdad, el desarrollo y la paz.
Y llama a combatir el silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las víctimas y lleva a que solo el 40 por ciento de las agredidas busca ayuda.
Muchas aun queriendo hacerlo no pueden buscarla, porque hasta la fecha solo dos de cada tres países prohíben la violencia doméstica y en 37, no se castiga a los violadores si están casados con la víctima o si prometen casarse con ella.
La violencia contra las mujeres no disminuye en el mundo y menos en México, donde cada día se asesina a 10 mujeres y una niña.
El mismo 25 de noviembre Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, once mexicanas murieron a manos de sus parejas, cientos fueron violadas y millones maltratadas de palabra y obra.
Los asesinatos y crímenes sexuales aumentaron este año; entre enero y septiembre de 2020 fueron asesinadas 722 y 762 en el mismo lapso del 2021.
Y en la lista no están aquellas de las que solo se encontraron los cuerpos, en fosas clandestinas que han invadido todo el territorio nacional.
Ni aquellas que desaparecen para siempre, codiciadas por los narcos que las prefieren jóvenes, altas y lindas.
Tan solo en la Ciudad de México, las violaciones equiparadas aumentaron casi 200 por ciento; 21 por ciento las violaciones simples y 52 por ciento el acoso.
Desgraciadamente el 95 por ciento de las compatriotas, no denuncian; creen merecer lo que les pasa o temen más violencia.
Tampoco denuncia el 98 por ciento de las familias que buscan a casi cien mil personas desaparecidas, muchas de ellas mujeres, situación que, indica la ONU, perfila crímenes perfectos porque sin denuncia no se persigue y la impunidad llega al 99 por ciento.
Y en estos catastróficos números de mexicanas maltratadas, no están las niñitas de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, vendidas por sus familias a cambio de pocos pesos, vacas o cartones de cerveza.
Como Angélica que a los 11 años fue violada por su suegro que se creía con derechos por haber pagado 120 mil pesos, alrededor de 5 mil dólares, para que fuera mujer de su hijo.
No importa que tan jóvenes o viejas sean, porque hay bebitas violadas o golpeadas por llorar de hambre o no ser hijas de la nueva pareja de la madre y ancianas maltratadas para que abandonen su casa en beneficio de sus hijos.
No importa tampoco a que se dedican, ni cómo vayan vestidas, ni su condición social, porque hay abusadores en todos los estratos y en todos los países.
De acuerdo con el más reciente informe de la ONU, que instituyó ese día para honrar a las tres hermanas Mirabal asesinadas en 1960 por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo, una de cada 3 mujeres del mundo ha sufrido abusos a lo largo de su vida.
Y en tiempos de crisis, como esta pandemia, de conflictos entre países y desastres climáticos las cifras aumentan y pasan de una, a dos mujeres de cada tres.
Pero pese a todas las situaciones y datos anteriores, no debemos desanimarnos sino confiar en que la violencia de género puede prevenirse.
Lo primero es romper el silencio y creerles a las sobrevivientes, lo segundo que gobiernos y sociedades adopten enfoques que aborden las causas.
Lo tercero que todos demandemos, como puntualiza la ONU, una acción global para aumentar la conciencia y el debate sobre retos y soluciones que puedan eliminar estas normas sociales dañinas y empoderar a las mujeres y las niñas.
Para ello la ONU invita a 16 días de activismo, del 25 de noviembre al 10 de diciembre Día Internacional de los Derechos Humanos.
Puedes sumarte con las acciones que prefieras, tanto si has sido maltratada como si tienes la fortuna de gozar de un entorno saludable.
Recuerda que este problema, es de todas.
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