Aunque se anticipa una entrega-recepción del gobierno municipal de Torreón con respeto y cortesía, no se descartan y no deben descartarse señalamientos de presuntos malos manejos financieros y anomalías diversas en las diferentes áreas de la administración, si nos atenemos a las observaciones hechas por la Auditoría Superior del Estado.
El proceso iniciará formalmente el lunes entrante, luego de que las autoridades entrantes, encabezadas por el priista Román Alberto Cepeda González, solicitaron formalmente a las salientes la integración de su equipo correspondiente para cumplir con lo previsto en el Código Municipal para el Estado de Coahuila y la Ley de Entrega-Recepción.
Por parte de las autoridades entrantes, la comisión será encabezada por Natalia Fernández, una abogada con doctorado en derecho, de toda la confianza de Cepeda González, y quien ocuparía la Secretaría del Ayuntamiento. También forma parte de la comisión el tercer regidor electo, Felipe González, en quien el nuevo alcalde desde el primero de enero descargará las más importantes tareas.
Román Alberto Cepeda ha declarado que no le gusta voltear hacia atrás, pero que tampoco solapará irregularidades y anomalías que se hayan cometido en el gobierno panista. Es decir, que no será tapadera de nadie, frase favorita del alcalde saliente, Jorge Zermeño Infante, quien, sin embargo, en estos cuatro años irrebatible e indiscutiblemente ha “tapado”, anomalías y malos manejos de sus funcionarios; los ha protegido y los ha premiado y en el peor de los casos se ha hecho de la vista gorda.
Por eso la ciudad aparece sucia, con crecida yerba en las aceras del primer cuadro de la ciudad; por ello los automovilistas recuerdan a la primera autoridad cuando constantemente caen en los numerosos hoyancos que presenta el descuidado pavimento. El enorme camión que el lunes fue tragado por un socavón en la colonia Ciudad Nazas es solo un ejemplo de que el actual gobierno se olvidó de sus funciones.
El desorden imperó en todas las áreas, incluso en la política. Si el gobierno zermeñista se extendiera más allá de diciembre, Jorge Zermeño terminaría sin regidores afines. Tuvo que recurrir al regidor XII, Héctor Iván Estrada, para comisionarlo como enlace entre los gobiernos saliente y entrante.
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