Starlink, una nueva constelación en el cielo

Satélite, Depositphotos

 

Aunque Elon Musk es más conocido por empresas como Tesla, SpaceX o PayPal, también está vinculado a un proyecto que a priori puede ser mucho más disruptivo para la mayoría de las personas, y es la red de satélites Starlink, al fin y al cabo los modelos de Tesla son un producto de lujo menos asequible para la mayoría que otros modelos de vehículos y pocos seres humanos van a viajar al espacio de la mano de SpaceX, y aunque es cierto que PayPal tiene muchos usuarios, hace casi dos décadas que el magnate nacido en Sudáfrica vendió su parte de la popular plataforma para enviar y recibir dinero.

Starlink es un proyecto desarrollado por SpaceX -al fin y al cabo los satélites deben ser puestos en órbita por naves espaciales, y si ya cuentas con una empresa espacial, ¿para qué recurrir a un tercero? – y que pretende que mediante un descomunal número de satélites que rodeen todo el mundo proporcionar internet hasta a la zona más recóndita del mundo, algo que ha dado lugar a no pocas polémicas.

Los astrónomos en pie de guerra

 Durante un periodo indeterminado pero que a buen seguro abarcará varias décadas, el proyecto Starlink espera colocar en órbita la cifra de 42.000 satélites, de forma que la cobertura de internet de alta velocidad en cualquier parte del mundo sea una realidad, pero que a su vez supone llenar el cielo -objeto de estudio de los astrónomos- de decenas de miles de objetos visibles no sólo en el espectro óptico, sino también en otros muchos de los que se usan para estudiar el cosmos y sus misterios.

Y no es sólo una cuestión que afecte al objetivo de aumentar el conocimiento neto de la humanidad, es que según dicen algunos, Starlink puede “molestar” a los astrónomos que buscan asteroides en ruta de colisión con la Tierra, además de aumentar la cantidad de basura espacial, algo que no es sólo un asunto de ecología espacial, sino que demasiados escombros en órbita pueden llegar a negar el acceso al espacio a la humanidad durante muchos años.

Internet global, ¿un negocio redondo? 

Pero el avance en la velocidad y la cobertura de internet es imparable, y la misma técnica que ha provocado el supuesto problema, decenas de miles de satélites en órbita, es la misma que puede propiciar las soluciones, por ejemplo, telescopios mucho más allá de la atmósfera terrestre y drones autónomos que a modo de roombas espaciales en patrulla de limpieza se encarguen de recoger cada milímetro de basura que la actividad humana a dejado en el nuestro espacio más cercano, así que viendo que el mundo actual sería irreconocible sin internet está claro que Starlink tiene un potencial muy alto como negocio, de hecho la idea es que cualquiera en cualquier lugar del mundo pueda contratar internet de alta velocidad a través de la empresa de Musk.

¿Qué se quiere grabar un TikTok en mitad del páramo más remoto del desierto de Sonora? Con Starlink se debería poder, ¿qué se es asiduo al trading online y se quiere invertir en acciones como CFD porque se piensa que el último tweet de Musk va a mover las acciones de Tesla en una u otra dirección pero nos encontramos en una canoa en mitad del Pacífico? Pues aparte de lo inquietante de la situación geográfica con Starlink el acceso a internet debería estar garantizado.

Porque una cosa está clara, internet a revolucionado la forma de hacer las cosas, incluso sin pretenderlo, ya sea por la aparición de nuevas estrellas mediáticas que ganan auténticas fortunas bailando, cantando o contando historias de la historia o por la forma en la que la gente se forma, ya sea aprendiendo sobre trading mediante la página de Facebook de un bróker y páginas relacionadas con el tema -y de paso aprendiendo a tener mucho cuidado con lo que el apalancamiento implica en el trading- o a tocar la guitarra gracias a un canal de YouTube, lo cierto es que internet ofrece tantas oportunidades de libertad como riesgos, y dado que una buena parte de la economía mundial depende de internet, aquellas empresas que se posicionen mejor podrán sacar una mayor tajada de un pastel que parece hacerse más grande con cada año que pasa.