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26 junio, 2021

El fin de la era de los vehículos a gasolina

A medida que los vehículos eléctricos se vuelven comercialmente viables, tienen el potencial de producir reducciones drásticas en la contaminación del aire. El Reino Unido planea no tener vehículos de gasolina para 2030, Noruega para 2025 y California para 2035. Pero ¿cuál es la mejor política para lograrlo?

El transporte es una fuente importante de contaminación del aire. Varias tecnologías nuevas son prometedoras para disminuir esta contaminación, incluidos los vehículos eléctricos, de celdas de combustible, los vehículos que funcionan con biocombustible y los vehículos de gasolina mejorados. De este conjunto de tecnologías, los vehículos eléctricos son únicos en el sentido de que se están volviendo comercialmente viables y tienen el potencial de producir reducciones drásticas en la contaminación del aire.

En este sentido, varios especialistas coinciden en que, si fuese óptimo dejar de producir vehículos de gasolina, sobre el momento de adopción de los vehículos eléctricos y cómo el momento se ve afectado por políticas como una prohibición óptima de producción de vehículos de gasolina. Este modelo considera las tendencias recientes en la caída de los costos de los vehículos eléctricos, la reducción de las emisiones de la red eléctrica y, lo que es más importante, el grado de sustitución entre los automóviles eléctricos y de gasolina.

Si los autos eléctricos nunca van a ser un buen sustituto de los autos de gasolina, entonces una prohibición sería muy costosa para la sociedad. Por otro lado, si son excelentes sustitutos, la prohibición sería prácticamente innecesaria, ya que el mercado pronto los adoptará a medida que bajen los costos. El término medio es donde la política puede marcar una diferencia importante. Algunos clientes, ignorando los efectos de la contaminación de los vehículos, podrían seguir queriendo coches de gasolina, pero una prohibición los obligaría a adoptar vehículos eléctricos.

¿Qué pasaría si usáramos un sistema de cuotas negociables como el que se usó para eliminar gradualmente la gasolina con plomo durante la década de 1980? Los fabricantes de automóviles recibirían un número fijo de créditos para fabricar automóviles a gasolina y podrían elegir cuándo usarlos o venderlos a otros fabricantes si ya no quisieran producir vehículos a gasolina. Bajo esta política de cuotas, la transición a vehículos eléctricos está mucho más cerca de la mejor política que con una prohibición.

En muchos países se otorgan incentivos para la compra de un vehículo eléctrico. Estos apoyos pueden acelerar la transición a los vehículos eléctricos. Por lo tanto, subsidio elegido correctamente genera los mismos beneficios para la sociedad que una prohibición y, en general, es inferior a la política de cuotas negociables. Una salvedad importante para estos resultados es la suposición de que la política en cuestión se establece de acuerdo con una evaluación precisa de la sustitución entre los automóviles eléctricos y de gasolina. Sin embargo, si la política se establece sobre la base de una percepción incorrecta de la sustitución, tanto la cuota negociable como la prohibición dan lugar a resultados muy deficientes. Por ejemplo, si los vehículos eléctricos son sustitutos deficientes, pero, no obstante, se establece una prohibición, la pérdida anual resultante para la sociedad es de aproximadamente el 200 por ciento de los costos anuales de salud por la contaminación del aire y los daños causados por el cambio climático debido a los vehículos de pasajeros. Por el contrario, un subsidio a la compra es mucho menos sensible a este tipo de error.

El potencial transformador de los vehículos eléctricos sugiere que la electrificación del transporte podría contribuir significativamente a resolver los problemas de contaminación del aire y cambio climático. Sin embargo, las políticas para promover con éxito esta transformación requieren un cuidadoso equilibrio de beneficios y costos. Por lo tanto, es importante considerar un marco para evaluar estos costos y beneficios, dilucidar los parámetros clave desconocidos y diseñar políticas efectivas.

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