¿La elección del domingo pasado es un triunfo o un descalabro para la 4T? Pues, todo depende del cristal con que se mire y tiene mucho que ver con esa analogía de ver el vaso medio lleno o medio vacío. Voy por partes:
La elección de hace tres años fue histórica porque con 30 millones de votos, se le dio a López Obrador un vaso lleno hasta el borde. Evidentemente, cualquier ligera sacudida le iba a causar derramas, especialmente en la Cámara de Diputados en la que Morena y sus aliados tendrán aproximadamente 50 diputados menos que hace tres años. Y a pesar de que retendrán la mayoría simple, los cálculos actuales pintan para tener un Congreso más balanceado entre Morena y sus partidos aliados y la Alianza Sí por México. Por su cuenta, Movimiento Ciudadano jugará al fiel de la balanza vendiendo su amor caro al mejor postor.
Los partidos de nueva creación aliados de Morena, como Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas y Fuerza X México perderán su registro porque no alcanzaron el 3% de la votación. Pero en este negocio la morralla se recicla, y muy seguramente volverán a reencarnar en algún otro instituto político, o serán absorbidos por alguna otra estructura política.
La elección también es un revés para Claudia Sheinbaum, quien ahora tendrá que gobernar sólo con 7 alcaldías morenistas en la CDMX. Nótese que este ha sido un bastión obradorista desde hace años. Pero por otro lado, Morena avanza en el control territorial del país ganando posiblemente 9 gubernaturas.
El presidente dijo que estaba “feliz, feliz, feliz” por el resultado de la elección. Pero creo que no debería estar tan contento puesto que en esta elección su objetivo, más allá del avance de Morena, era el control de la Cámara de Diputados para poder promover su agenda política, léase la voluntad del “pueblo sabio”, cosa que será más complicada ahora.
En síntesis, la elección de medio término fue un descalabro para el partido en el poder, como suelen ser todas las elecciones intermedias en México, pero en el caso de López Obrador, la caída es menor. Sí, el vaso ya no está lleno, pero está lejos de estar medio vacío.
Y sin duda, sí hubo un ganador indiscutible de la jornada: el INE, que logró transmitir confianza y legitimidad de los resultados de la votación. Mantener esa credibilidad ante los ataques constantes del presidente tiene su mérito. Mi reconocimiento a todos los ciudadanos que fueron parte de este proceso democrático.
Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael
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