UNA TAZA Y DOS DE CULTURA

Más que FRIENDS

Francamente si me ponen un meme del tipo “Friends” no es tan bueno como dicen, es una invitación para pelear. Se que tocó temas que ahorita podrían ponerse en el asador de la “cancelación”, pero también soy de la idea que en su momento fue de lo mejor y que su esencia a perdurado por más de dos décadas.

Conocí “Friends” gracias a recomendaciones de otras personas, de lo que más me agradaba es que no importaba que no la viera con frecuencia, entendía la situación o lo que había pasado con los personajes. Sentía también que parte de mi personalidad (muy bobo de mi parte, apenas la estaba conociendo) estaba en cada uno de los seis protagonistas.

Ha pasado más de 25 años desde que Rachel entró deslumbrante y confundida por la puerta del Central Perk. A partir de ese momento, la serie reina de las sitcoms de amigos no hizo más que sumar seguidores, incluso entre aquellos que nacieron el mismo año en que se cerró para siempre la puerta del departamento de Mónica. La serie cosechó premios, algunas críticas e hilos en Twitter, siendo trending topic por su reciente encuentro para un especial en HBO.

Tal vez digan ¿Pero qué tal de $$?  Netflix por ejemplo ha pagado 100 millones de dólares por emitirla un año más en el 2020  y eso sólo puede significar que gusta mucho. Pero, en este caso, los números se quedan pequeños para explicar el fenómeno que representa esta serie de los noventa. Como comentaba líneas arriba, existen dos tipos de personas: los que dicen que no han visto Friends y reciben miradas asesinas y los que se dislocan el cuello cuando escuchan a esas personas.

Recientemente se viralizó en Twitter un hilo sobre por qué Rachel debería haber elegido quedarse con Joey en vez de Ross, y se resaltaban las buenas actitudes de uno contra el machismo del otro. En un momento en que se repiensa todo desde la perspectiva de género, incluso los clásicos son puestos a prueba. Entre otros puntos se les reclama los estereotipos, pero recordemos, en su momento era el estilo. Así como ahora en Netflix se busca la cuota de género y de etnia.

Según publicó la revista People, los millennials han llegado a acusarla de machista y homófoba pero, quién ha crecido con ella, ha podido ver a mujeres independientes y reconocidas en sus trabajos y a varios personajes homosexuales que no cumplen los típicos estereotipos. De hecho, muchas situaciones cómicas surgen de la estrechez de mente de quienes no entienden ciertos estilos de vida.

Me sirvo mi última taza de café y les digo que creo lo mejor de todo es la relación de amistad que existe entre los seis. Han pasado por todo tipo de cosas: se han levantado parejas los unos a los otros, han olvidado entregar mensajes importantes y se han liado entre ellos. De todas formas, siempre están ahí, ya sea para apoyarse o para reírse los unos de los otros. La clave de Friends para no convertirse en un triste adulto es el humor. Reírnos de todo y pero sobre todo de  nosotros mismos.

 

 

Autor

Sergio Arévalo