Este filme acaba de ganar el Óscar al Mejor Documental, en la más atípica ceremonia de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, desplazando a la chilena “El agente topo”. Al verla -gracias a la plataforma Netflix que la tiene en su cartelera- se puede evidenciar que se trata de una experiencia alucinante que nos enseña una de las lecciones más intensas de amor y respeto entre un ser humano y un pulpo, demostrando de paso que el cine sigue siendo un vehículo cuyo principal combustible es la emoción que proyectan sus imágenes.
Primero, dejemos de lado la eterna discusión respecto de si las películas de ficción son más importantes que los documentales, considerando que las primeras tratan de realidades creadas y las segundas muestran esa realidad sin crear nada. Esto, en el fondo, es un prejuicio dañino que se ha venido arrastrando durante generaciones, a pesar de las pruebas irrefutables que ha venido entregando el cine documental para constituir un estilo y marcar un precedente.
Así, algunos todavía piensan que existen barreras entre ficción y documental, cuando en realidad la única diferencia entre ambas es el tipo de producción -ya que no se trata de un tema relacionado con los géneros cinematográficos establecidos- en donde lo único que prevalece es solamente el uso de la realidad como base para contar historias que, ojalá, emocionen al respetable público.
Dicho lo anterior, digamos que este trabajo documental de 85 minutos de metraje es lisa y llanamente una maravilla, la más genuina expresión de emoción que muestra una relación de amistad insólita entre un pulpo y un ser humano que tiene el mérito de demostrar cómo un documental como éste puede echar por tierra cualquier prejuicio frente a la no ficción centrada en el mundo de la naturaleza donde cada elemento es cine en estado puro, es belleza, naturalidad y agradecimiento por la capacidad de entregar tanto de manera tan especial.
Dirigida por Pippa Ehrlich y James Reed, es una clara constatación de cómo un trabajo documental como éste puede servir para recuperar nuestra fe en la humanidad y echar por la borda las frustraciones existenciales, acercándose con calidez a un lugar tan atípico como un bosque de algas sudafricano. “Lo que el pulpo me enseñó” (My octopus teacher, 2020) se alza como una de las experiencias más extraordinarias de los últimos años: su capacidad para emocionar, para acercarse a nuestros sentimientos y para conmovernos basta para justificar el Óscar que la Academia le entregó.
Y es mucho más interesante aprehender esa inmensa cantidad de sensaciones que transmite el documental cuando uno se entera de un detalle no menor: es el debut de Pippa Ehrlich y James Reed -que ya exploró el mundo submarino en el hermoso mediometraje ‘Jago: A Life Underwater’-, lo que viene a demostrar su tremenda conexión artística para hacer de estos 85 minutos una fiesta emocionante, un disfrute como pocos y sobre todo, una gran lección de humanidad.
El documental es una historia de amor, de acercamiento de dos mundos incompatibles que, sin dejar para nada la seriedad del tono divulgativo y científico, se centra en una arista más atrevida: demostrar que estos mundos pueden estar conectados si uno accede a esta invitación de los directores para ingresar al apasionante universo en donde este octópodo nos roba el corazón.
Lo que sobresale de este documental es su narrativa que resulta sencillamente notable, sobre todo cuando tras la aparente sencillez de su trama, se permite deslizar una serie de ideas respecto del ser humano, la naturaleza del amor y la necesidad de entrar en comunión con el mundo que nos rodea, sin caer en discursos moralistas o edificantes. Toda esta narrativa que resulta de calidad excepcional se apoya en un montaje que sabe perfectamente captar lo que es urgente de mostrar y lo que debe ser subrayado gracias a un también brillante ejercicio de guion.
El filme documental avanza así en su progresión dramática con una delicadeza que se agradece, intercalando paisajes de calma y poesía con otras secuencias en las cuales predomina la tensión y el suspenso, haciendo que los espectadores viajen como si el relato fuese una gran montaña rusa de sensaciones.
De manera más sencilla, más simple y directa: este documental es la historia de amor entre el cineasta Craig Foster y un pulpo, criatura que le devuelve la posibilidad de ser feliz gracias al férreo vínculo que él y la adorable criatura coprotagonista establecen para nuestro asombro y deleite.
Otro aspecto digno de mencionar y aplaudir lo constituye el intenso trabajo del director de fotografía Roger Horrocks (antes responsable de la miniserie ‘Planeta Azul II’): gracias a su sensibilidad podemos apreciar tomas submarinas que nos conducen por las profundidades sudafricanas, presentando elementos que, con su juego entre luz y sombra, presenta un mundo desconocido y convierte en magia el contacto de unos dedos humanos con los tentáculos de un pulpo.
Y como guinda de la torta está la exquisita y cuidada banda sonora, gentileza de Kevin Smuts que potencia, pero no de una manera grosera ni insistente, y una voz en off suave, dulce y amable que nos arrastra hacia el ensueño de ese mundo submarino en donde podemos descubrir el vínculo maravilloso de un hombre y una criatura tan singular como lo es el pulpo.
Este documental emociona, motiva, seduce y nos devuelve la magia que tiene el cine (sea ficción o documental es magia y punto), cuando una joya como ésta nos causa genuino regocijo ante un producto estético tan bien hecho como éste que el premio logrado en la Academia en su categoría no hace sino reafirmar que, de vez en cuando, la no ficción supera con creces a la más destemplada creación.
FICHA TÉCNICA: Título original: My Octopus Teacher. Año: 2020. Duración: 85 min. País: Sudáfrica. Dirección: Pippa Ehrlich, James Reed. Guion: Pippa Ehrlich, James Reed. Música: Mathew Dennis, Tom Foster, Ronan Skillen. Fotografía: Roger Horrocks, Craig Foster. Reparto: Documental, intervenciones de Craig Foster. Productora: Productor: Craig Foster. Distribuidora: Netflix. Género: Documental | Documental marino. Naturaleza. Animales.
SINOPSIS: Un cineasta forja una amistad inusual con un pulpo que vive en un bosque de algas en Sudáfrica y aprende mientras el animal comparte los misterios de su mundo.
Autor
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Periodista, Escritor
Doctor en Proyectos, línea de investigación en Comunicación
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