Memoria, Verdad y Justicia, ¿cómo lo vive una feminista?
De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos[1], se entiende por memoria a las formas en que las personas y los pueblos construyen sentido y relacionan al pasado con el presente en el acto de recordar respecto de graves violaciones a los derechos humanos y/o de las acciones de las víctimas y sociedad civil en la defensa y promoción de los derechos humanos y valores democráticos en tales contextos.
¿Cuáles son las formas en que las mujeres construimos ese sentido? Infinitas. Muchas veces ni siquiera somos conscientes de la trascendencia y radicalidad de nuestros actos; ni los consideramos como representaciones de amor. No hay debemos olvidar que, si hay un móvil que encausa la vida de la mujer hacia el quebranto, desconocimiento y olvido de su propia existencia es el amor romántico, de orientación (o alienación, mejor dicho) heterosexual, dentro de una estructura patriarcal, y en una comunidad socializada en el machismo.
Por eso, hay que delimitar con precisión, qué desde una percepción tierna en su finalidad, lo que une y promueve el feminismo, es el amor propio a ti mujer.
De ti, que decides romper con la cultura del silencio y te reconoces víctimas de tus agresores. De ti, que decides atravesar el sinuoso camino de una denuncia formal ante un delito. De ti, que tomas la iniciativa de romper patrones psicológicos de comportamientos nocivos para sí mismas aprendidos en casa, yendo a terapia. De ti, que no te materializas intencionalmente como la inseguridad de otra mujer. De ti, que intentan menospreciar y desvalorizar tu arte, oficio o profesión. De ti, que rompes relaciones con agresores, sin importar la relación de por medio. De ti, que usas ese vestido, blusa o falda que incomoda. De ti, que no cohíbes lo que piensas o sientes. De ti, que abortas. De ti, que decides continuar con tu embarazo. De ti, que desnudas tu personalidad de los estereotipos de sexo-género. De ti, que te manifiestas con acciones u omisiones diarias por el hartazgo que no te cabe en el pecho, ni en ninguna otra parte de tu cuerpo. Hasta ti, qué caes en cuenta de la desigualdad y opresión de la que eres sujeta en tu particularidad y te resistes a soportarlas.
¿Te ha causado conflicto darte cuenta de que las mujeres realmente no buscamos la igualdad? Esto no significa que por el contrario se pretenda un tipo de superioridad sobre los hombres. Si no, qué no contamos con autonomía ni individualidad como seres, en contraposición a los varones. Qué hay una serie de principios políticos en los que se concreta esa falta de autonomía[2], como lo son la sujeción, la subsunción, y qué nuestro cuerpo es para otros. Qué aspirar esa igualdad, implica desconocer todo el proceso de transición en que se constituiría primeramente una emancipación.
Metafórica y literalmente hablando, a esto se referían Sarah Grimké y Ruth Bader Gingsburg al enunciar: “No pido ningún favor para mi sexo. Todo lo que les pido a nuestros hermanos es que nos quiten los pies del cuello”[3].
En lo que va del primer mes del 2021[4], hubo 67 feminicidios a nivel nacional, el Estado de México encabeza la lista con 12, hubo 1 en Coahuila. En suma, durante el mismo periodo hubo 240 mujeres víctimas de homicidio doloso, 38 en Baja California, y 2 en Coahuila. De enero a octubre del pasado 2020, tan solo en Coahuila hubo 202 niñas menores de 15 años que dieron a luz.
Por si fuera poco, en medio de un constante y evidente llamado a la razón por no permitir qué más agresores accedan a puestos de poder, se aprueba la candidatura de Salgado Macedonio por el estado de Guerrero, pese a las denuncias de violación en su contra. Casi a forma de burla y en la misma semana, se levantan muros en el Palacio Nacional que impiden entre otras cosas, la libertad de expresión, el derecho a la manifestación y su vínculo entre ambas, la iconoclasia. En suma, un mensaje político bastante claro: “la falta de sumisión de las mujeres intimida, pero no estamos dispuestos a renunciar a nuestra comodidad institucional”.
Estas cifras, representan la perpetua indiferencia hacia las mujeres, la falta de un beneficio equivalente en medio de una crisis sanitaria mundial, y el desarrollo de las elecciones más grandes a nivel histórico en México, qué son al menos tres de los elementos que configuran el contexto actual de obstáculos latentes en nuestra lucha como mujeres. A través de esto y más, es que esta rebelión se enraíza.
La autora es estudiante de Derecho en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de Coahuila
[1] CIDH, Principios sobre Políticas Públicas de Memoria en las Américas Resolución 3/2019, disponible en: https://www.oas.org/es/cidh/decisiones/pdf/Resolucion-3-19-es.pdf.
[2] Lagarde, M., Claves feministas para el poderío y la autonomía de las mujeres, disponible en: https://www.caladona.org/grups/uploads/2013/04/claves-feministaspara-el-poderio-y-autonomia_mlagarde.pdf, p. 35-36.
[3] She said, ´I ask no favor for my sex. All I ask of our brethren is that they take their feet off our necks´, Adaptado de “The house that Ruth built: justice Ruth Bader Gingsburg, gender and justice”, (p. 326), por C. Pressman, 1997, NYLS Journal of Human Rights, 14(1), recuperado de: https://core.ac.uk/download/pdf/322560383.pdf. Fue su primera intervención ante el Tribunal Supremo, y pronunció la frase célebre de la feminista abolicionista Sarah Grimké.
[4] Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Corte al 31 de enero de 2021, disponible en: https://drive.google.com/file/d/1sXSQU6yy7r502TAFM_fW7mIVhGZIeVsm/view.
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