DE HORMIGAS, CUCARACHAS Y GRILLOS

 

A la expresión de Alberto Fernández, mandatario de Argentina, en la que señaló que «los mexicanos por fin tienen un presidente como merecen», hubo varias interpretaciones. Para algunos fue elogio, para otros, burla o hasta insulto.

Esa expresión de cortesía política nos remite sin embargo a reflexiones que a lo largo de la historia se han atribuido a diferentes pensadores y líderes.

Se atribuye a Gandhi el haber dicho «Si hay un idiota en el poder es porque quienes lo eligieron están bien representados».

Otros señalan que el escritor Jacinto Benavente sentenció: «Los pueblos débiles y flojos, sin voluntad y sin conciencia, son los que se complacen en ser mal gobernados».

Con el pragmatismo de las redes sociales, un anónimo apunta: «La hormiga, por odio a la cucaracha, votó por el insecticida. Murieron todos, hasta el grillo que se abstuvo».

Este cuentecillo resume de manera simple lo que nos llevó a la realidad que hoy vivimos.

Por eso hoy lo más importante no es voltear a buscar culpables, sino asumir que como ciudadanos tenemos en el voto la posibilidad de decidir si permitimos se siga avanzando en esta ruta que lleva al país al caos, o ponemos un alto y cambiamos el rumbo.

En dos años el país ha ido aceleradamente en una ruta de franco deterioro. Una espiral que parece no tener freno, en la que se desmantelan instituciones; se cancelan proyectos; se tuerce la justicia; se colapsa la vida productiva, y la economía se hunde.

Y no hemos tocado fondo.

Lo que estamos viviendo no sigue la dinámica de las crisis que de manera recurrente vivimos en el pasado, en la lógica de desmantelamiento que opera el grupo en el poder no podemos esperar que lo siguiente sea una etapa de recuperación.

Importantes actores políticos están viendo la inminencia de otros riesgos y alertan al respecto.

El fin de semana anterior, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano advirtió que, de cara a la elección del 6 de junio, hay señales de que se pretende exaltar la animosidad y demandó que los actores del poder tomen la iniciativa para evitar que las campañas se tornen en irritación social y hasta violencia.

Señaló Cárdenas: «La polarización, inadmisible desde mi punto de vista, es aquella que en el fondo sólo pretende agudizar, exaltar la animosidad entre posiciones diferentes, y me parece y lamento que vaya a ser esa la que estaremos encontrando en las campañas».

«Esa polarización no se da en torno a ideas sino en lo general respecto a personas, es una polarización no sólo irresponsable, sino que puede llevarnos a extremos de irritación y violencia que podrían llegar a tornarse incontrolables».

«Cuidémonos de no llegar a noches de San Bartolomé o de cuchillos largos», dijo Cárdenas en alusión a las purgas políticas y religiosas del siglo pasado en Francia y Alemania.

El líder moral de la izquierda mexicana llama a los actores políticos a evitar crear ese ánimo de confrontación, sin embargo sabemos que desde la Presidencia de la República se apuesta precisamente por la polarización, nos queda entonces a los ciudadanos la responsabilidad de no caer en ese juego perverso.

Hay un esfuerzo sistemático por crear confrontación, y va mucho más allá de las proclamas en las conferencias mañaneras. Lo podemos ver hasta en la estrategia de vacunación, que en su diseño profundiza las diferencias y genera enconos.

Si nos ofendió lo que dijo el argentino Alberto Fernández, convirtamos con madurez esa indignación en activismo para lograr un voto inteligente que permita, en principio, reconstruir los contrapesos.

Eso es lo que nos corresponde hacer a cada uno, por ello toda iniciativa encaminada a despertar conciencias e impulsar participación ciudadana responsable es bienvenida.

edelapena@infonor.com.mx

 

Autor

Eduardo De la Peña de León