MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS, UNA ECUACIÓN DE ECONOMÍA POLÍTICA

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha informado este sábado que su homólogo estadounidense, Joe Biden, prometió entregar 4 mil millones de dólares en ayudas a Centroamérica para frenar la migración al norte.

Este fue uno de los temas que los mandatarios abordaron en una llamada telefónica la noche del viernes, junto al combate a la pandemia. “Es muy importante la cooperación para el desarrollo, el que se pueda apoyar a los países centroamericanos para que se entreguen apoyos de manera directa… a los habitantes de Honduras, de El Salvador y de Guatemala”. (elpais.com)

Ahora que inicia una nueva administración en el país insignia del capitalismo mundial, vale la pena recordar lo que alguna vez nos compartía el maestro José Luis Solís, en su cátedra de economía política, respecto a la relación económica entre los países llamados “desarrollados” y los “subdesarrollados”.

 

La economía mundial es un proceso de producción-circulación totalizante cuyas partes integrantes son las diversas economías nacionales. Dicha totalidad está estructurada y jerarquizada en términos de una “fuera motriz”, la acumulación de capital a escala mundial, que determina el desarrollo del sistema en su conjunto.

Este proceso de apropiación mundial de la plusvalía da como resultado dos formas polares de desarrollo, diferentes pero mutuamente implicadas, el de las economías del “centro” como polo dominante (o economías capitalistas “desarrolladas”) y el de las economías de la “periferia” como polo dominado (o economías subdesarrolladas).

Sin embargo, a su vez, la acumulación mundial de capital es producto de la compleja red de imbricaciones entre los distintos procesos productivos nacionales, enclavados en distintas realidades de clase, con configuraciones internas diferenciadas. Existe entonces una relación dialéctica entre el todo y las partes; no puede pensarse a la parte separada del todo, de la misma manera que no hay totalidad sino en relación con las partes. La totalidad no pre-existe a las partes ni las parte pre-existen al todo.

El todo, la economía mundial, no es un conjunto caótico resultado de la simple adición de las economías nacionales; al contrario, es una totalidad concreta, una realidad estructurada en incesante movimiento. Entre el todo y las partes existe pues una relación interna de necesariedad y simultaneidad.

Lo específico del capitalismo como modo de producción de rango mundial es precisamente que no puede comprenderse cabalmente la dinámica de cada economía nacional sino en relación a la totalidad y, por tanto, a la acumulación de capital a escala mundial; esta, a su vez, no adquiere su justa dimensión sino como resultado contradictorio de la interacción entre las diversas economías nacionales, vinculadas entre sí por relaciones de dominio/subordinación alrededor de la apropiación privada del sobretrabajo.

No existen entonces relaciones de interacción simples entre partes iguales, sino relaciones complejas y asimétricas entre partes con peso específico diferente.

José Vega Bautista

@Pepevegasicilia

josevega@nuestrarevista.com.mx

 

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José Vega Bautista
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