Ciudad de México. – A pesar de que hasta ahora ninguna evidencia científica ha demostrado que el dióxido de cloro funcione contra covid-19, pero sí sobre su toxicidad, cada vez se vuelve más popular en América Latina, incluido México.
De acuerdo, con la revista científica de la Global UNAM, el argumento que se ha usado para recetar el dióxido de cloro como remedio contra Covid es porque “se trata de una sustancia muy buena para acabar con virus, bacterias, protozoarios, o cualquier tipo de agente patógeno”, cuando en realidad, es utilizado en la industria textil y papelera para blanquear estos productos, según publicó Excélsior.
Hace 50 años, una revista científica documentó que un operario de una fábrica de la industria textil entró (como parte de su trabajo) a un tanque que tenía alrededor de 20 miligramos por metro cúbico de dióxido de cloro: el empleado falleció asfixiado.
Talia Wegman, médica con doctorado en genética humana y posdoctorado en epidemiología y oncogenética en el National Institutes of Health, NIH, de Maryland, EU, y entrevistada por Excélsior, llevó a cabo una comparación entre la evidencia científica que soporta la aprobación de la vacuna de ARN mensajero, como las desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna, al dióxido de cloro, para precisamente evidenciar que esta sustancia usada en la industria textil tiene nulo sustento que demuestre su efectividad contra el cortonavirus.
Detrás de la vacuna está Katalin Karikó, investigadora bioquímica con doctorado por la University of Szeged. Mientras que del dióxido de cloro está Andreas Kalcker, título de doctorado comprado en la universidad Medicina Alternativa y Biofísica Natural, 13 años de “experiencia”, cero artículos en revistas indexadas.
Sobre su evaluación sobre su eficiencia contra Covid en humanos, Talia Wegmans explica que la vacuna está en estudio de fase 3, tiene a 150 investigadores internacionales involucrados y más de 60 mil casos y controles. Por su parte, el dióxido de cloro, sólo tiene un protocolo registrado en Colombia, con 20 pacientes, sin resultados y en su diseño, no lleva un control.
El mecanismo de acción de la vacuna contra el virus SARS-CoV-2 es el siguiente, al contener RNA de spike, llega a los ribosomas, donde se sintetiza la proteína la cual genera inmunidad. El dióxido de cloro, al ser un oxidante potente, rompe membrana celular de los microorganismos (y de paso de eritrocitos y otras células).
Los efectos secundarios de la vacuna son fiebre, dolor en el sitio de la aplicación, que finalmente es parte de lo esperado y quiere decir que el sistema inmune está respondiendo; y del dióxido de cloro hay insuficiencia respiratoria, anemia hemolítica, vómitos severos, diarrea severa y falsa sensación de seguridad de estar protegido”, concluye Wegman.
Por último, la vacuna ha sido avalada por la FDA, Cofepris, Ema health Canadá revistas internacionales y el dióxido de cloro carece de aval de alguna institución científica.
Hasta ahora no hay evidencia que funcione y ni de que sea seguro. El dióxido de cloro es peligroso, no está demostrado que sirva contra Covid y recetarlo es ilegal”, advierte Talia Wegman.
En entrevista para UNAM Global, Carlos Antonio Rius Alonso, académico de la UNAM, explicó que el dióxido de cloro es un compuesto químico muy tóxico para los organismos vivos.
Mientras que Sandra López León, médica con doctorado en epidemiología y genética, explicó a Excélsior, que tomar dióxido de cloro es una creencia, que sólo está de moda en México y en algunos países de AL. (EXCÉLSIOR)
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