Ciudad de México.- Los efectos reales sobre el control de la epidemia por las vacunas contra COVID-19 no se verán en este 2021, sino hasta 2022. Lo que se irá generando de manera paulatina son efectos en los individuos, en la reducción del riesgo, pero a nivel población falta tiempo.
Animal Político publicó que así lo han señalado diversos especialistas como Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario en Investigación en Salud (PUIS); Mauricio Rodríguez, vocero de la Comisión COVID de la UNAM, y María de Lourdes García García, subdirectora de Prevención y Vigilancia en Enfermedades Infecciosas en el Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
La vacunación contra COVID va ser una estrategia que va a avanzar despacio -advierte Mauricio Rodríguez- “no hay que estar pensando que las vacunas nos van a salvar del problema que tenemos ahorita, sino que van a ser una herramienta útil para la segunda mitad del año y para el año que viene”.
Aunque ya los países hayan desarrollado sus planes de vacunación, el avance de ese proceso depende de la disponibilidad de las vacunas, de la aceptación de la inmunización entre la gente y de la coordinación logística de todas las instituciones involucradas para aplicarlas.
De Sputnik V la vacuna rusa, por ejemplo, comenta el vocero de la Comisión COVID de la UNAM, ya avisaron que las entregas pactadas no van a llegar a tiempo, y hay otros proveedores que están corrigiendo fechas, porque no pueden salir al mercado con los millones prometidos.
“Hay que tomar en cuenta que son muchos insumos los que se necesitan para producir las vacunas, es mucha logística industrial y de distribución también y todo el mundo necesita la inmunización, es una demanda mundial sin precedentes”, dice Rodríguez.
En México, como en la mayoría de los países, la primera vacuna contra COVID-19, la de Pfizer BioNTech, se está aplicando primero al personal de salud. En naciones como Reino Unido y España se empezó a vacunar también a los adultos mayores de 80 años y a quienes los cuidan en las casas de retiro, pero los trabajadores de las instituciones sanitarias son el foco en todas partes durante esta primera fase de la inmunización.
El gobierno federal ha prometido que a finales de enero ya todo el personal de salud que atiende COVID estará vacunado.
“El martes 12 de enero estaremos recibiendo un poco más de 430 mil dosis, y después otras 436 mil 800 dosis en cada uno de los embarques que estarán llegando semanalmente, hasta que al término del mes de enero habremos vacunado a todo el personal de salud que atiende COVID”, aseguró Hugo López-Gatell, subsecretario de salud, en la conferencia vespertina de este 5 de enero. El gobierno mexicano adquirirá 34 millones de dosis de Pfizer BioNTech.
Después de terminar con la primera línea, en febrero, se iniciará con el segundo grupo, el resto del personal de salud y los mayores de 60 años, que en México rondan los 9 millones de personas. El plan de vacunación del gobierno señala que la inmunización a los de mayor edad concluirá en abril de 2021 y de ahí se avanzará por décadas de vida, de 59 a 50, de 49 a 40 y luego al resto de la población. En cada grupo de edad se vacunará primero a quienes tengan comorbilidades. La meta es concluir la inmunización en marzo de 2022.
La política nacional de vacunación contra el virus SARS-CoV2 para la prevención de la COVID-19 en México, de acuerdo al documento rector en el que está planteada, se basa en prevenir un mayor número de muertes, por eso se priorizó primero por edad y después por comorbilidades: los más grandes con factores de riesgo están más expuestos a desarrollar cuadros graves de la enfermedad y a morir.
Así que la idea principal es contener las muertes. López-Gatell señaló en la conferencia del martes 5 de enero que si se empieza a vacunar a las personas de mayor edad, al llegar a 20% de uso de la vacuna, es decir, 20 por ciento de cobertura de la población, ya se logra una reducción de 80 por ciento en la mortalidad. La razón es obvia: las poblaciones de adultos mayores son las poblaciones más vulnerables”.
Los fallecimientos se van a reducir, pero el impacto en los contagios todavía no se sentirá. “Al enfocarnos a grupos prioritarios tejemos de manera focalizada, por lo que no se otorga la inmunidad de rebaño; al menos los siguientes dos años las medidas de lavado de manos, uso de cubrebocas y sana distancia no los podemos olvidar”, advirtió, durante una conferencia en diciembre, María de Lourdes García García, del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
En la misma conferencia, Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario en Investigación en Salud (PUIS), precisó que, “para que el efecto poblacional sea significativo, la vacunación deberá alcanzar el 60% de población, equivalente a 80 millones de habitantes, quienes deberán tener las dosis completas”.
La primera dosis de la vacuna de Pfizer, la que se está usando por ahora en México, explica en entrevista con Animal Político el vocero de la Comisión COVID de la UNAM, proporciona algo de inmunidad a las dos semanas de aplicada, aunque esta solo dura de doce a trece semanas, después comienza a bajar. Hay que dar un refuerzo a los 21 días. Con el esquema ya completo, el nivel de protección adecuado se alcanza una semana después.
Los especialistas han señalado que además de la disponibilidad, las coberturas de la inmunización van a depender de cuánta gente acepte ponerse la vacuna y que se pongan las dosis que se requieren.
Que la vacuna de Pfizer y otras (como la de Oxford/AstraZeneca) requieran dos dosis complica el problema, señaló la especialista del INSP. “Se han hechos estudios para ver las tasas en las que la gente lo completa y la frecuencia está entre 50 y 60%. Mientras más joven es la persona, la tasa de adherencia es más baja”.
En cuanto a la aceptación, García García refirió que el Foro Económico Mundial documentó, en una encuesta realizada en 40 países, que 73% de la población estaba dispuesta a ponerse la vacuna contra COVID. En México, indicó la especialista, el nivel de aceptación es similar, por arriba de 70%.
Para elevar el nivel de aceptación, señaló, “se requiere una campaña de comunicación eficaz. La gente tiene temor de los efectos secundarios y preocupación porque la carrera para tener las vacunas ha sido rápida. Sería peor que después de todo este esfuerzo nos quedáramos con vacuna guardada por no haber informado a la gente sobre los beneficios y poner en la balanza la enfermedad versus la posibilidad remota de tener una reacción adversa”.
Rodríguez, enfatiza que una reacción como la que tuvo la médica internista de Nuevo León es un evento específico y esperado que se puede generar con cualquier medicamento o inmunización. Hay que estudiarlos, analizar bien las causas y reportarlos.
“Hay que estar tranquilos de que las vacunas que sean autorizadas ya cumplieron con estudios clínicos, con análisis de seguridad, eficacia y calidad. Son productos confiables que se pueden usar y su beneficio supera cualquier riesgo que pudiera haber”, asegura el vocero de la Comisión COVID de la UNAM.
Este lunes, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coferpis) autorizó el uso de emergencia de una segunda vacuna contra COVID-19, además de la de Pfizer BioNTech que se autorizó en diciembre, la de AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
Este biológico iniciará su producción en Argentina y concluirá en México. El objetivo es producir hasta 250 millones de dosis para toda América Latina. El gobierno mexicano ha contratado 77. 4 millones de dosis de este fármaco. “En marzo posiblemente tendríamos esta vacuna en operación”, dijo este lunes el subsecretario de Salud.
Otra vacuna de la que se espera su próxima autorización es la de la farmacéutica china CanSino, de la que el gobierno mexicano ha acordado una compra por 35 millones de dosis.
Los tiempos transcurridos desde que inicio la pandemia a la llegada de la vacuna son extremadamente cortos, admitió la especialista del INSP, “y suena decepcionante la afirmación de que seguimos estando en riesgo, por otro año vamos a tener que guardar las precauciones, pero, justo porque los tiempos han sido rápidos hay que aprovechar la oportunidad y no bajar la guardia, es una luz al final del túnel”. (ANIMAL POLÍTICO)
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