INDOLENCIA

Un informe que a finales de la semana anterior presentó el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, revela que la Secretaría de Salud, el IMSS y el ISSSTE acumulan un subejercicio de más de 37 mil millones de pesos entre enero y septiembre de este año.

En forma cautelosa, pero clara, el organismo del Poder Legislativo señala: «el subejercicio observado resulta inconsecuente con la emergencia sanitaria que prevalece, no solo en el país sino a nivel mundial».

Detalla la «nota informativa» que, en lo referente al capítulo de Materiales, Accesorios y Suministros Médicos, el Seguro Social y la Secretaría de Salud suman un rezago de más de siete mil millones de pesos.

En el rubro de Medicinas las tres instancias, IMSS, ISSSTE y Salud, han dejado de ejercer más de 5 mil 200 millones de pesos que ya tienen autorizados en el Presupuesto 2020.

A lo largo de todo este año hemos visto como personas en lo particular, asociaciones civiles y empresas de todos los tamaños se han volcado solidariamente para donar al personal hospitalario el equipo de protección más elemental, desde improvisadas caretas de pet fabricadas en los hogares, hasta los sofisticados trajes de protección biológica, pasando por batas, guantes, cajas de acrílico y hasta túneles sanitizantes.

En las redes sociales, los medios de comunicación, y hasta con mantas colgadas en puentes peatonales, el personal hospitalario ha denunciado las carencias con las que hacen frente a la pandemia, y la población ha tratado de proveerles de lo necesario.

También vimos en las semanas más críticas que se tuvieron en Monclova, cómo los alcaldes se organizaron para reparar instalaciones eléctricas en hospitales del IMSS y hasta para asegurarles el suministro de oxígeno. El gobierno estatal, que ha invertido más de mil millones de pesos en acciones extraordinarias ante la pandemia, se está haciendo cargo de las pruebas Covid a derechohabientes del Seguro Social, entre otras cosas.

¿Cómo justificar, cómo entender que un gobierno estatal, aún con las complicaciones financieras que atraviesa sí pueda destinar mil millones de pesos a gastos no previstos pero que son urgentes e inaplazables, y tres instituciones del gobierno federal no utilicen lo que ya tienen presupuestado para acciones específicas de salud?

El Centro de las Finanzas Públicas precisa que la información de la que dispone para su análisis se refiere a montos pagados, por lo que pudiera haber pagos en trámite, lo que implicaría que el subejercicio es realmente menor.

También señalan que las partidas de mayor rezago implican procesos de licitación y plazos de entrega de los proveedores.

«En ambos casos, se estaría detonando un área de oportunidad en los procesos de adquisición y liquidación de los pagos». Señalan también: «La conjunción de ambos eventos podría reducir el rezago del gasto en el sector salud federal, de especial importancia en estos momentos, que deben aprovecharse los recursos disponibles de manera óptima».

No ha habido una explicación o respuesta de ninguna de las tres instancias implicadas en este rezago en el gasto, ni tampoco pronunciamiento alguno de los diputados, que parecen no tomar en cuenta los estudios que realizan estos organismos técnicos creados precisamente para dar soporte y sustento al quehacer legislativo.

Si los diputados son tan sumisos como para cuidarse hasta de no llamar a cuentas a los involucrados en el subejercicio, deberían al menos tener en cuenta las áreas de oportunidad que les marca el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas y promover las reformas necesarias en la normatividad para procurar un gasto más oportuno y eficiente.

 

edelapena@infonor.com.mx

Autor

Eduardo De la Peña de León