Dejaron a un muertito en la puerta de panteón
En esta ocasión te platico de una ocasión, cuando frente a la puerta del panteón fue encontrado un cadaver, aquí en nuestra hermosa ciudad de Saltillo.
Esto sucedió el 6 de octubre de 1874. Ese día muy por la mañana, el responsable del pateón al llegar para iniciar sus labores, se percató que en el acceso del camposanto se encontraba un muerto, pero no vaya a creer estimada y estimado Saltillense que este se había salido del panteón o que el cuerpo del difunto estaba nada más así, tirado en la vía pública. Según la investigación que realicé, el cuerpo ya sin vida se encontraba en un cajón.
Al parecer había perdido la vida en el hospital, pues su cuerpo se encontraba dentro de un cajón de los que utilizaban en el nosocomio. El responsable del panteón, que prefirió no dar sus datos, se las ingenió para meter la caja con todo y el cuerpo en su interior al camposanto, para no dejarlo en la calle, arrumbado.
Inmediatamente despúes de meterlo al panteón, se dirigió, al juzgado correspondiente, para dar aviso a la autoridad y así poder encontrar información de quien era el difunto y con la esperanza de localizar a algún familiar. Durante todo ese día, el 6 de octubre de 1874, nadie se acercó ni al juzgado ni al panteón, no sólo para identificar al difunto, ni siquiera para preguntar por algún conocido o familiar.
Lo que es cierto es que esa mismísima autoridad giro instrucciones, no ya para saber quien era el muertito, sino para dar con el paradero de quien o quienes hicieron este acto tan desalmado de dejar en la puerta del panteón a un muertito. Porque definitivamente que solito no llegó.
Esta es la historia de un muerto que amaneció a las puertas del panteón y que al parecer nadie preguntó por él, ojalá y le hayan dado morada en el mismo panteón.
Autor
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Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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