Ciudad de México.- Las acciones y omisiones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en torno a las políticas de igualdad de género, provocarán que el voto de las mujeres marque la diferencia en la elección del próximo 3 de noviembre.
La doctora en Ciencias Sociales, Claudia Calvin Venero, expuso en un foro virtual organizado por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) que los resultados de la elección estadounidense tendrán repercusiones globales, como ha sucedido con las decisiones de Trump en contra de los derechos de las mujeres.
Cimacnoticias publicó que la también consultora e integrante de la “Red de Politólogas No Sin Nosotras”, explicó que después del triunfo de Trump en 2016 hubo un retroceso en materia de derechos para las mujeres, situación que se repite en países donde las democracias, incluso las que se dicen de izquierda, criminalizan los movimientos feministas y quitan dinero a los presupuestos de género.
Calvin Venero aseguró que hay que poner la lupa en el proceso electoral de Estados Unidos y revisar la participación de las mujeres, porque su presencia puede ser un precedente para las elecciones que se celebrarán en otros países en 2021, como México. “Las mujeres somos factor de cambio”, advirtió.
En la actual coyuntura electoral, recordó, se debe entender la participación de las mujeres desde una mirada interseccional porque no vota igual una mujer latina de California o de Washington que una afroamericana, blanca, o descendiente asiática. Además cruza el nivel educativo y de ingresos, entre otros factores.
La fundadora de la organización “Mujeres Construyendo” puso en contexto la próxima elección estadounidense al señalar que en los primeros cuatro meses de gobierno, Donald Trump tomó decisiones en contra de los derechos de las mujeres y provocó que ellas fueran su principal opositor.
En 2017 la frase “Women are the wall, and Trump Will pay” o “Las mujeres son el muro y Trump lo pagará” se convirtió en lema feminista, en referencia a las declaraciones del mandatario que afirmó que construiría un muro fronterizo con México.
Como ejemplo del poder de las mujeres, la cofundadora de la red “Conectadas” expuso que el mandatario tomó posesión el 20 de enero de 2017 y al día siguiente se dio la marcha más importante de Estados Unidos encabezada por ciudadanas. Fue más grande que la de Vietnam de 1969 y aquella a favor del planeta en la década de 1970.
En la marcha, agregó, se vió a 50 por ciento de la población diciendo: aquí estamos pero tu campaña, discurso, agenda y lo que simbolizas no es lo que queremos. Las mujeres actuaron como sujetas de las políticas públicas, actoras de cambio y como votantes, dijo Calvin.
Decisiones de Trump en contra de las mujeres
El 23 de enero de 2017 Trump firmó un memorándum presidencial para que Estados Unidos dejara de dar fondos a cualquier organización internacional que mencionaran la palabra aborto, aun cuando solo dieran información sobre salud sexual y reproductiva.
Ese mismo mes, el día 27 de enero firmó la orden ejecutiva para proteger a la nación de terroristas extranjeros, una política que afectó a personas, en particular a las mujeres musulmanas y migrantes de la comunidad LGBTQ.
La consultora continuó explicando que el 13 de marzo de 2017, en un foro internacional de Naciones Unidas sobre derechos de las mujeres, su gobierno llevó a dos mujeres de la sociedad civil, pero de perfil conservador. Al hilar las acciones del presidente, dijo, se ve la consistencia de la política anti-derechos.
Más tarde, el día 16 de marzo, Trump propuso reducir 28 por ciento de los recursos del Departamento de Estado y limitar las contribuciones que su país hacía a las agencias de la ONU, decisión que afectó temas de salud, empoderamiento de las mujeres y programas de mantenimiento de la paz.
Esta última decisión de Trump, dijo Calvin, fue ir en contra de la “doctrina Hillary”, es decir contra las ideas de la excandidata presidencial en 2016, Hillary Clinton, quien aseguraba que para construir la paz era necesario contribuir en el desarrollo de las mujeres.
El 27 de marzo de 2017 el mandatario revocó una ley promovida por el expresidente Barack Obama sobre entornos laborales seguros. Con la vigencia de esta norma se prohibía que las empresas tomaran acciones como negociar de forma privada con víctimas de acoso sexual y hacer litigios cerrados en estos casos.
Un mes después, en abril, Estados Unidos dejó de apoyar al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) que trabaja temas de salud sexual, reproductiva, materna y VIH, entre otros. En 4 meses, agregó Calvin Venero, se tomaron decisiones cuyas repercusiones estamos viendo hasta la fecha y que tuvieron impacto global.
Gobierno blanco y sin diversidad
El gobierno de Trump, agregó la especialista, es el más blanco y sin diversidad: de 23 secretarías de Estados, sólo 4 son ocupadas por mujeres; de 400 nombramientos 27 por ciento fueron de mujeres; a casi dos años de su mandato en 2019, nombró a una persona a cargo de la Office on Violence Against Women, Laura Rogers.
En opinión de Calvin, hasta ahora Ivanka Trump es la única voz sensible a los derechos de las mujeres, pero ha trabajado solo por las empresarias. Todo esto habla de lo que significa la agenda de género para este gobierno, dijo. A esto se suma el movimiento Me Too y las demandas de las mujeres migrantes, entre otras.
En este escenario la ex directora del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales dijo que en estas elecciones está en juego lo que va a pasar en la agenda por los derechos de las mujeres a nivel global.
A su vez la coordinadora académica de la UDLA Jenkins Graduate School, Nancy García Gonzáles, señaló que en el sistema electoral de Estados Unidos la ciudadanía vota por elegir a un representante electoral y son los Colegios Electorales los que eligen al presidente del país. No es un sufragio directo, detalló.
Es decir, en aquel país no se garantiza el principio de la democracia de que todos los votos tengan el mismo peso, por tanto el voto popular no necesariamente se traduce en el voto que llega a la Casa Blanca. Por ejemplo, en 2016 la candidata Hillary Clinton ganó el voto popular, pero Donald Trump fue el triunfador.
Es una democracia de las minorías, expuso. Además, en las pasadas elecciones los hombres decidieron no dar su voto a una mujer a pesar de las coincidencias ideológicas con ella.
Al hablar de las candidatas, la académica dijo que los medios de comunicación también tienen un papel importante. Por ejemplo, a las mujeres se les pregunta si creen que su simpatía las ayudará a ganar o se cuestiona si son duras y malas con sus equipos de trabajo, sin enfocarse en su propuesta política.
García González dijo que a las mujeres se les atribuye una serie de estereotipos como ser honradas y transparentes, por lo que al ser cuestionadas y no cumplir con estos estándares se les tumba del pedestal y es difícil que puedan regresar a esa posición, como ha ocurrido con senadoras de aquel país.
Las expertas destacaron que mientras la fórmula del Partido Republicano es Donald Trump y Mike Pence, la del Partido Demócrata es de Joe Biden y Kamala Harris, una mujer con origen racial diverso (madre india y padre jamaicano) que puede representar a una mayoría de la sociedad estadounidense la elección de la próxima semana. (CIMACNOTICIAS)
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