México vive una pequeña pero importante contienda electoral. Pequeña en cuanto a sus dimensiones a nivel nacional, pues participan solamente dos estados, en Hidalgo se votará por ayuntamientos de sus diversos municipios y en Coahuila de Zaragoza por diputados locales. Ambas entidades federativas son gobernadas por el Partido Revolucionario Institucional, ninguna ha vivido alternancia en su gobierno y ambas destacan por una fuerte estructura política formada durante años por el partido tricolor. Sin duda, aunque pequeña en lo proporcional, la elección resulta vital para el PRI, con ella se tomará el pulso y se diagnosticará la salud de ese partido.
Esta elección, atípica y complicada se convierte en un buen laboratorio para la gran elección que vivirá el país en el 2021, la cual será históricamente la más grande por la cantidad de puestos públicos que habrán de votarse, llamando a 95 millones de mexicanos a las urnas, 5 millones más que en 2018, habrá 21 mil cargos de elección popular, eso sin considerar si el Presidente esté en la boleta para ratificar su mandato.
Hacer campaña en pandemia es complicado, porque las campañas son los tiempos en que se pretende estar cercano en momentos en que se debe estar lejano. Exige la composición de nuevos eventos y nuevas acciones para acercarse a un mundo filtrado por una pantalla o un cubre-bocas. En el mundo la pandemia ha movido los calendarios electorales, aunque ya se han celebrado varias de ellas en el mundo, la actividad política se ha visto “adelgazada” en un tiempo complejo como el actual.
El Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral “IDEA”, monitorea el desarrollo democrático en el mundo a través de información, herramientas y boletines que permiten mapear el avance en un compromiso global por la autodeterminación de los pueblos y la madurez política. No podemos construir una sociedad sin participación y la participación ordenada es a través de la democracia.
Este instituto ha convocado a diversos líderes de opinión y han lanzado un comunicado para cuidar la democracia y evitar sea víctima de la pandemia. Las instituciones también pueden enfermar y el riesgo latente que por desinterés se deje la participación amenaza fuertemente. La indecisión es una acción con graves consecuencias, el silencio aumenta la voz del único que habla. Y es fácil ocultar la apatía en una prevención sanitaria, así como el cubre-bocas puede protegernos también puede escondernos.
Actualmente, nos hemos puesto atención en la profunda desigualdad de la región, el bajo nivel de ahorro o prevención ante un tiempo de incertidumbre nos hace profundamente vulnerables a una crisis. Nuestra dependencia a una economía basada en el contacto cala hondo en los pronósticos, es un mal escenario. Agreguemos a ese entorno la presión política y la movilización electoral, los mensajes de encono, porque se hace campaña hablando de lo propio, pero también criticando lo ajeno. Ojalá no vivamos campañas de odio, de crítica, o se politice la tragedia de miles de familias durante esta crisis, espero que las campañas sean de propuestas, como dice el dicho “sin crisis no creces” que crezcamos en democracia, en madurez y en participación.
Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.
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