Melancólica travesía rumbo a Marte
Esta serie que se refiere a la primera misión tripulada rumbo al planeta rojo, comandado por una mujer que lidera un equipo selecto de científicos, es un viaje melancólico dirigido más a los espectadores adictos a los dramas intimistas antes que a los fanáticos de la ciencia ficción clásica. En diez capítulos demuestra solvencia, buen diseño de ambientes, aun cuando hay demasiados segmentos que transcurren en la Tierra, lo que frena su potente posibilidad de sumergirse en una nave claustrofóbica, donde lo que interesa en verdad es el viaje hacia el interior de los personajes antes que un espacio que (casi) no se percibe.
Hilary Swank (‘Million dollar baby’, ‘Trust’) es Emma Green, comandante de una misión internacional, que, en el primer capítulo sufre un traspié que pone en duda su capacidad para liderar al primer equipo multirracial que pretende llegar al planeta Marte. A esto se suma que, previo a la partida de la nave desde la Luna, el marido de la astronauta (Josh Charles) sufre un derrame cerebral. De esta manera se inicia “Away” (Lejos), cuyo centro de acción transcurre entre la nave Atlas y lo que sucede en la Tierra, con los sucesos que viven las respectivas familias de los científicos que desean poner su nombre en la Historia, al ser los primeros en pisar la superficie roja de Marte.
El equipo que dirige la comandante Emma Green lo completan cuatro personas, brillantes en sus áreas de especialidad y de nacionalidades distintas: la doctora Lu Wang (Vivian Wu), experta en Química; Misha Popov (Mark Ivanir), veterano astronauta, que más tiempo ha pasado en el espacio; Ram Arya (Ray Panthaki), médico indio y Kwesi Weisberg-Abban (Ato Essandoh), un británico de origen ghanés y maestro de la botánica.
Lo primero que debe saber el espectador es que “Away” pone su énfasis en la intimidad de los personajes, en lo que ocurre con los que quedaron en la Tierra, esperando a que regresen los suyos, considerando que la travesía dura tres años.
Dirigida por Andrew Hinderaker, la serie pierde fuerza cuando se detiene más en los problemas familiares, en el día a día en nuestro mundo y deja errantes a los científicos en su gigantesca nave que, no sin problemas, avanza hacia su destino: el misterioso planeta Marte. Y si pierde fuerza es porque se desequilibra la tensión inicial del viaje, de la nave y la siempre fascinante posibilidad para los espectadores puedan atisbar cómo podría ser una aventura de estas proporciones, dejando que la balanza entre lo mundano y lo espacial se desequilibre, a veces de manera innecesaria.
De hecho, es evidente que lo que sucede a la familia de la comandante Green, por ejemplo, no adquiere el mismo peso y espesor dramático en comparación con las vivencias de los astronautas que, día a día, se deben enfrentar a sus propios fantasmas, debilidades e incluso, celos profesionales, tratándose además de un equipo formado por científicos de diferentes naciones y culturas diametralmente opuestas en su modo de entender la vida.
La serie, no obstante, esta debilidad y algunas soluciones dramáticas simples (hasta avanzada la serie, los astronautas pueden comunicarse con su familia llamando desde su nave a los celulares, como si fuera lo más natural del mundo), unido a un diseño de personajes un tanto arquetípicos, funciona. Y muy bien. Porque dejando de lado estas situaciones que ralentizan su desarrollo, tiene un estilo pausado, melancólico y fascinante, sobre todo cuando el director se deja llevar por el magnetismo de un hecho, en apariencia aislado, y lo apoya con la música y la iluminación precisa, como sucede en la secuencia notable en que la tripulante china logra comunicarse con su amante, en una conversación directa, hermosa y conmovedora, teniendo de fondo Claro de Luna, de Claude Debussy.
“Away” se detiene en el aspecto dramático y en el ritmo melancólico, logrando que los espectadores vayan descubriendo sus texturas de a poco, conociendo la personalidad compleja de cada uno de los astronautas que, sin embargo, es coherente con las características que debiera tener un grupo humano altamente especializado que ha sido seleccionado para llegar a Marte.
A ratos, de modo un tanto superficial, se emplea la variedad de las nacionalidades de los protagonistas para recordar la tensión que persiste desde la Guerra Fría; hay una pugna subterránea entre Occidente y Oriente, el modelo capitalista versus el comunista, aun cuando ello no sea determinante.
Durante la temporada hay varios directores experimentados que, con distinto énfasis, aportan su sello a esta serie: Charlotte Brändström, Jet Wilkinson, Bronwen Hughes, Jeffrey Reiner, David Boyd, y Edward Zwick, grupo de cineastas que tienen merecida reputación en la industria.
Lo que más se agradece de la serie es su empleo de la cámara intimista, con uso de planos cortos y primeros planos, sumado a una paleta de colores siempre fríos. Pero donde hay unánime reconocimiento es para su exquisita banda sonora, relajante y bien concebida para que no quede la menor duda de que los astronautas están viviendo un proceso de soledad, rumbo a un planeta desconocido y mítico.
Como ya es un tópico, los personajes representan a varias minorías: aparece una chica con síndrome de Down, personajes de la comunidad LGTBQ y también a los niños refugiados, sobrevivientes de las cruentas guerras en diferentes lugares de la Tierra. Un gran acierto de “Away” es que insiste en demostrar la igualdad a través del afecto y subrayar el tema del respeto a la diversidad.
Desde luego que es imposible no referirse a la actriz que sostiene el reparto, la galardonada Hillary Swank, ganadora del Óscar de la Academia, capaz de demostrar sentimientos sin pronunciar una sola palabra, en melancólicas conversaciones llenas de silencios con su marido o su hija adolescente, que se muestra tan pronto frágil e insegura como capaz de tomar drásticas decisiones para seguir con su viaje hacia Marte, separado de la Tierra, según la NASA; por una distancia máxima de 402,3 millones de kilómetros, teniendo claro que debe concluir un desafío de proporciones.
La serie “Away” es la primera creación propia que tiene Andrew Hinderaker, que participó en los últimos años en Penny Dreadful, The Path y Puro Genio, destacando de esta producción su magnífica utilización de los efectos digitales computacionales y secuencias de paseos espaciales que son realmente notables, aunque ellas sean muy reducidas, dejando a los seguidores de la ciencia ficción con ese gusto a poco que, ojalá, sea subsanado en una evidente segunda temporada. Es, en resumen, una invitación para emprender un viaje, dejarse llevar por su ritmo cansino y disfrutar de un drama de connotaciones espaciales.
FICHA TÉCNICA:
AWAY. Año: 2020. Duración capítulos: 50 min. País: Estados Unidos. Dirección: Jessica Goldberg (Creador), Andrew Hinderaker (Creador), Bronwen Hughes, Edward Zwick, David Boyd, Charlotte Brändström. Guion: Jessica Goldberg, Andrew Hinderaker, Jason Katims. Música. Will Bates. Fotografía. Brian Pearson, David Boyd. Reparto: Hilary Swank, Josh Charles, Ato Essandoh, Talitha Bateman, Mark Ivanir, Ray Panthaki, Vivian Wu, Monique Gabriela Curnen, Gabrielle Rose, Felicia Patti, Jessica Garcie, Fiona Fu, Veena Sood, Quynh Mi, Brian Markinson. Productora. Universal Pictures Television, True Jack Productions. Disponible en NETFLIX.
Autor
-
Periodista, Escritor
Doctor en Proyectos, línea de investigación en Comunicación
Otros artículos del mismo autor
- OPINIÓN12 octubre, 2024LOS MONSTRUOS REGRESAN POR PARTIDA DOBLE
- OPINIÓN9 agosto, 2024AGOSTO COMO TEMA Y SÍMBOLO EN EL CINE
- OPINIÓN11 marzo, 2024OPPENHEIMER, LA BRUTAL REALIDAD ACTUAL Y ALGUNOS APUNTES ACERCA DE LA 96° CEREMONIA DEL PREMIO OSCAR
- OPINIÓN5 marzo, 2024“SIMÓN”. LA VENEZUELA AUSENTE EN UN FILME QUE SE DESVANECE