SERENDIPIA

 Histéricas no, históricas 

No puede haber otra realidad en México, este nivel de protesta es producto entre otras cosas, del neoliberalismo que dan lugar a un Estado fallido. Lo es para algunos, porque no ha logrado garantizar por medio de su gobierno al menos el mínimo indispensable de derechos fundamentales para su población. Teóricamente, y desde la academia habrá quienes se resistan a creerlo así, o bien, prefieran reservar esta denominación hasta que desaparezca por completo la noción del Estado como contrato social. En este sentido, se dice que, en Latinoamérica salvo Venezuela y Haití, no hay Estados fallidos, sino débiles, fracasados o al borde del colapso, como lo sostiene Laura Todesco (2007, p. 10-15).

No es que ella y otros tantos estudiosos tengan una idea o planteamiento erróneo. Sea cual sea la denominación, o el grado de decepción que se adjudique a determinado Estado por distintas organizaciones u organismos competentes y/o capacitados, todos coinciden en algo: el Estado mexicano, se encuentra en crisis. Al sectorizar estas crisis para identificar a los distintos sujetos y sujetas políticas que concentran los grupos vulnerados, una corresponde a las mujeres.

No es ético sostener, que las mujeres son el grupo más vulnerado. No se trata de hacer una maliciosa comparación para saber “quien sufre más”, lo que sí es cierto, es que el feminismo implica necesariamente transversalidad. Porque, aunque todas las mujeres en todas las instituciones sociales somos violentadas, una mujer que además de serlo, sea morena, indígena, y pobre, muy seguramente tendrá una trayectoria más sinuosa que la de una mujer blanca, con buen sustento económico, y/o perteneciente a una clase social alta, o incluso media. Tomando en consideración la amplitud que abarca este último estrato.

A propósito de la toma de una de las instalaciones de la CNDH desde el pasado jueves 03 de septiembre del presente año, es necesario recordar que este organismo constitucional autónomo emitió la Recomendación general No. 40 sobre la violencia feminicida y el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia en México. En esta, se establece que “una de las consecuencias y efectos de los feminicidios en el país son las víctimas indirectas, especialmente niñas y niños, cuya madre fue víctima de este delito y se encuentra en situación de orfandad como secuela”. (2019, p. 34).

Este organismo hace hincapié en que, hay una evidente preocupación ya que los infantes e infantas quedan en mayor vulnerabilidad. Hasta el último trimestre del año pasado, de las 32 entidades federativas que comprenden México, solamente Aguascalientes, Colima, Estado de México, Nuevo León y Veracruz regulan de manera específica sobre las hijas e hijos huérfanos por el delito de feminicidio. Por otra parte, Baja California Sur, Chihuahua, Hidalgo y Oaxaca prevén una reparación del daño general para el delito de feminicidio, pero el resto de las entidades federativas no regulan la reparación del daño para este delito, entre ellas, Coahuila.

De acuerdo con una entrevista a Yesenia Zamudio para Del Barrio News, integrante de las mujeres organizadas que actualmente se encuentran en una de las oficinas de la CNDH haciendo toma, una de las demandas de los colectivos es justamente en este sentido. Es decir, incluso ella como víctima indirecta, por ser madre María de Jesús Jaimes Zamudio, víctima de feminicidio en 2016, se encuentra en una aparente situación de ventaja, respecto a otras mujeres. No solamente lo denota, sino que lo explica, y se solidarizan en conjunto para poder incluirlas, a diferencia de algunas otras madres que acceden -y en este caso, ya accedieron- a una tutela efectiva de sus derechos para la satisfacción de un fin mediático institucional, irrumpiendo la unidad como movimiento.

Esas mujeres o parientes de víctimas de feminicidio en desventaja son aquellas que, por los efectos de la desigualdad, ya sea, porque residen en provincia, no tengan los recursos económicos o por evitar poner en riesgo su salud -y la de sus familias- por la actual pandemia, no pueden acudir a protestar y manifestarse. Que si al final del día, se puede reducir la situación a una cuestión de valor, fuerza de voluntad o libertad de estas mujeres, el meollo del asunto es que, en realidad, no tendrían por qué atravesar por este calvario para la protección de sus derechos. No tendrían porque cargar con la ineficiencia e ineptitud de las autoridades en el acceso a la justicia, después de ningún delito, pero especialmente aquellos como el feminicidio o la desaparición forzada que encabezan a estos colectivos.

Retomando, ¿cuál es una de las razones palpables de su ira? Digo, más allá del delito de que fueron víctimas, de la falta de preparación y de sensibilidad por parte del Estado para sus procesos de denuncia, los sentidos de los fallos en primera y subsecuentes instancias, etc. El hecho de percatarse de que, en las oficinas de la actual presidenta de la CNDH, Rosario Piedra, haya no solamente cortes de carnes finas, sino comida echándose a perder, constituyen una mentada de madre, literalmente, al menos atendiendo al significado coloquial de ese “chingas a tu madre”. Sí, son la representación actual de “la chingada” como figura mítica, de la que habló Octavio Paz. Chingadas porque mientras se exponen a represalias, amenazas -algunas consumadas en más muertes-, hambre, y penurias en general, la gran mayoría de los hijos y las hijas de las víctimas de feminicidio no tienen qué comer, y no reciben apoyo por parte del Estado, o una reparación del daño por parte del sujeto activo del delito.

Por esta y otras demandas que integran su pliego petitorio como lo son: programas de empleo; subsidio para la Alerta de Violencia de Género; fin al discurso de descalificación al movimiento feminista; una recomendación general contra la violencia feminicida y servicios medios y acceso a medicamentos, así como la entrega de despensas, es que han decidido cambiar el nombre de la instalación por “Casa de Refugio Ni Una Menos México”.

Es claro, que la violencia patriarcal y machista permea en todas las esferas de la sociedad. No obstante, en México, la indiferencia, el silencio, y la falta de atención como pilares de la violencia institucional en este sentido, enmarcan su propia destrucción. Así que, sí, quizás México no es aún un estado fallido, pero ¿de qué otra manera pueden concebirlo todas estas madres y mujeres en general, que luchan día a día por la liberación del yugo masculino? Y recalco, solapado por un sistema estatalmente, patriarcal. Los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en su Informe sobre violencia contra las mujeres con corte al 31 de julio de 2020, arrojan que, hasta esa fecha, hay un total de 549 registros de presuntos delitos de feminicidio a nivel nacional; Coahuila registra 14, de los cuales, Torreón, Monclova y Piedras Negras conforman la lista nacional de los primeros 100 municipios con presuntos delitos de feminicidio.

Las mujeres rompen, queman, hacen plantones, toman y se apoderan de espacios y objetos públicos para manifestar la opresión histórica y psicológica principalmente. Está de más explicar que, el objetivo es llamar la atención, ¿de quiénes? De quién haga falta. No se trata de “vandalismo” como apuntan diversos espectadores y perpetradores de la mal llamada violencia de género, específicamente el presidente de la nación en su mañanera del lunes; sino de una práctica antigua que remonta al menos hasta donde tenemos conocimiento, desde el siglo VIII, llamada iconoclasia. Adjunto el enlace de un video de @El Heraldo de México explicando lo presente, con motivo del pasado 08 de marzo: https://www.youtube.com/watch?v=unz3HwwsjnM&feature=emb_logo&ab_channel=ElHeraldodeM%C3%A9xico.

Ha habido momentos en la historia en los que, la muerte de un sector específico de la sociedad no resulta socialmente reprochable. Al menos algunos de estos ejemplos acentuados en contra de las mujeres son: caso Akayesu de Ruanda en el que la violencia sexual de las mujeres de la tribu Tutsi se configuró como crímenes internacionales de genocidio, y de lesa humanidad; los esquimales que optaban por matar a las mujeres recién nacidas, pues preferían tener a un varón que los ayudase a conseguir comida eventualmente; una serie de países del oriente en donde han preferido y prefieren hasta la fecha no consumar su embarazo en el alumbramiento, una vez que tienen conocimiento de que se trata de mujeres, sosteniendo que no solamente son indeseadas, sino motivo de humillación pública.

Actualmente, el feminicidio es discutido por académicos para que configure no solamente un crimen de lesa humanidad, sino de genocidio ante la Corte Penal Internacional. Considerando que se da de manera sistemática, estructural y tolerado por el Estado. Ahora bien, contando no solamente las cifras del Secretariado Ejecutivo relativas al feminicidio, sino también a las presuntas víctimas mujeres de homicidio doloso, que hasta la fecha de corte referida son 1674 a nivel nacional, el pasado mes de abril rebasó su propio récord en cinco años. Como ya han referido diversos analíticos y analíticas, la violencia de género en Latinoamérica aumentó con la pandemia.

La toma de la CNDH inició con una madre de una niña de 4 años, víctima de violación que se amarro a una silla de la instalación. Se le unieron por lo menos dos colectivos, y mujeres. No podemos decir que no son las formas, cuando las formas legitimadas y otorgadas no son respetadas desde un inicio, por las autoridades. No son las formas, que los hombres no sientan miedo de matar a una mujer o de violentarla porque sepan que no van a tener un castigo legal de suficiente peso; no son las formas, que las autoridades no quieran hacer bien su trabajo, porque más allá de las deficiencias técnicas, de habilidades o conocimiento, hay una indiferencia e indisposición para creerle a las víctimas hasta que no tienen el cuerpo producto de un feminicidio, e incluso así, para no configurarlo como tal. Así que en efecto, podemos seguir sosteniendo que México no es un Estado fallido, pero al igual, no podemos negar que su ineficacia en la gobernabilidad apunta para otra dirección.

 

La autora es estudiante de Derecho en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de Coahuila

CNDH, (2019), Recomendación general No 40 Sobre la violencia feminicida y el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia en México, disponible en: file:///C:/Users/Brisela%20Flores/Downloads/Rec-40-Gral.pdf

Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, (2020), Informe sobre violencia contra las mujeres/Incidencia delictiva y llamadas de emergencia 9-1-1, disponible en: https://drive.google.com/file/d/1GvyelfjdWBV9f_ZOb_sZRwuPiMGBaVRr/view

Tadesco, L. (2007), El Estado en América Latina ¿Fallido o en proceso de formación?, disponible en: file:///C:/Users/Brisela%20Flores/Downloads/El_Estado_en_America_Latina_Fallido_o_en.pdf

 

 

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El Heraldo de Saltillo
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