Algunos de los problemas graves para las universidades públicas “prepandemia” son variados, simple, es un hecho, en México las universidades y demás instituciones educativas destinan la mayor parte de sus recursos financieros (en algunos casos más del 80 %) al pago de salarios, lo cual refleja la escasa atención financiera que pueden dar, por ejemplo, a la infraestructura necesaria para la investigación y la extensión.
Hay un reto, pre y post pandemia, aperturar más espacios para la creciente demanda de espacios en la matrícula. La realidad antes del COVID-19 para la Universidades públicas era compleja, ahora se adiciona una encrucijada poco previsible. El alcance de los efectos y consecuencias del virus es devastador sin duda.
Las áreas de oportunidad abren muchos flancos, para las Universidades públicas pueden plantearse innumerables escenarios y opciones, quizá valdría la pena citar algunas: sustituir progresivamente las preparatorias y los planteles equivalentes con escuelas de carácter terminal; incrementar la proporción del autosostenimiento, si efectivamente son capaces de crear el conocimiento y la tecnología necesarios, los investigadores encontrarán usuarios que paguen por sus productos y servicios; estimular la transparencia y rendición de cuentas y con ello la confianza hacia sus autoridades e integrantes fomenta el sentido de pertenencia; generar un sentido de conciencia de realidad, donde aunque pública, la educación tiene un costo con recursos públicos que mayoritariamente sostienen sus actividades; la parte compleja (que escapa a las propias Universidades y atañe a las autoridades Federales y locales) es la reformulación del esquema de pensiones; programas de austeridad y ahorro, donde el destino de los recursos sea claro y priorice actividades educativas y de investigación; además de muchas otras que pueden sugerirse.
El camino para los estudiantes, docentes y sobre todo, para las Universidades es sinuoso; muchas son las problemáticas y pocos los campos de solución visibles. Las Universidades públicas que han previsto algunos de los esquemas antes señalados, pueden visualizar algo de claridad para el complicado presente. A juicio personal, la Universidad Autónoma de Coahuila, es un “hogar” para sus integrantes y constantemente zanja muchas brechas y dificultades, habrá quien difiera y se respeta.
Las Universidades públicas ante el COVID-19, muchos retos acumulados y posibles caminos. La realidad llegó para quedarse.
CÉSAR FELIPE DE LA ROSA
Twitter: @drcesarfelipe
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