Con un estilo narrativo y visual que recuerda los cuentos morales de Eric Rohmer, el cuarto largometraje de la directora francesa Rebecca Zlotowski es un grato acercamiento a la juventud, en un verano de descubrimientos y sensualidad que tiene por protagonistas a dos primas y por escenario el balneario de Cannes, el mismo lugar en donde se desarrolla el famoso festival de cine. Una historia con un discreto toque añejo es, no obstante, una muy interesante mirada acerca del crecimiento y la entrada a la adultez de dos chicas que durante sus vacaciones de verano el tránsito hacia diferentes maneras de entender el sexo, el amor y la vida.
Todo transcurre en un verano, fotografiado con especial sensualidad por la parisina Rebecca Zlotowski, donde se reencuentran dos primas completamente diferentes. Es una época de calor, de relajo, de mucha playa y sol. Y como se trata del muy apetecido balneario de Cannes, allí se reúnen jóvenes de diferentes nacionalidades para vivir nuevas experiencias y, claro está, empezar a asumir algunas importantes transformaciones en su vida.
Con un estilo pausado, melancólico, que deja paso a las pequeñas observaciones, este filme nos recuerda a los cinéfilos los inolvidables cuentos morales que alguna vez filmó, por los setenta, el director galo Eric Rohmer, sobre todo “La coleccionista”, por su manera de entender la exploración de la sensualidad de los adolescentes frente al mundo adulto y por una manera de filmar que, a ratos, cautiva por su manera algo anticuada de mostrar acontecimientos aparentemente banales que, sin embargo, tendrán significados importantes en la vida de estas dos chicas en el período estival.
La protagonista es una encantadora muchacha que está a punto de convertirse en mujer, la dulce Naima (Mina Farid), Con dieciséis años recién cumplidos, ella termina su año escolar, recibe a su prima Sofía (Zahia Dehar) de 22 años y con una experiencia por completo diferente: vive en París y hace poco ha perdido a su madre. Las une un cariño entrañable y el deseo de disfrutar ese verano que marcará sus vidas.
Desde el comienzo queda en evidencia las diferencias sustanciales entre las dos primas: mientras Naima es ingenua, sencilla, fresca y espontánea, Sofía aparece recargada de maquillaje algo retro, tiene un comportamiento más atrevido frente a la vida y aparentemente más experiencia en el campo de su sexualidad.
Con estas dos muchachas, la directora hace una interesante exposición de dos maneras de entender la juventud, subrayando las diferencias cuando Sofia acepta la invitación del brasileño Andrés (Nuno Lopes), un coleccionista de arte que viaja con su asistente francés, Philippe (Benoît Magimel) y sube al lujoso yate del carioca, llevando a su prima y a su mejor amigo Dodo (Lakdhar Dridi), un joven gay que aspira a quedar seleccionado en una audición teatral.
Esa fiesta en el yate es clave en el desarrollo emocional de los tres adolescentes: Naima observa el comportamiento desenfadado de su prima, cautivada por la sensualidad de Andrés, mientras que Dodo se revela incómodo ante esa conducta desenfadada de Sofía y acaba bajando de la embarcación tras discutir con las muchachas. A partir de esa situación, comenzará a desplegarse una narración que no pierde de vista a las adolescentes en su choque frontal con las nuevas y sensuales experiencias que tienen por delante.
CRECER, SOÑAR, ENAMORARSE
El relato de la directora Rebecca Zlotowski, al igual que el lujoso yate donde las muchachas se encuentran con estos hombres adultos, navega de manera calmada, sin mayores riesgos ni sobresaltos, aunque por fortuna sin caer en ningún momento en los típicos estereotipos acerca de la juventud que suele tener cierto cine de consumo rápido.
Acá, por el contrario, la directora se centra en Naima y compone un exquisito retrato de una adolescente que está creciendo y descubre con algo de dolor y mucho más de extrañeza, el camino que inevitablemente la conducirá a su crecimiento y de paso a entender algunas lecciones esenciales respecto de esa aventura fascinante que es enamorarse durante un verano cálido en un lugar maravilloso como es la Costa Azul.
Sofía disfrutará en ese verano del sexo de manera desinhibida con el brasileño que la consiente, mientras que Naima se extasía con la figura de Philippe que, de alguna manera, evoca al padre que ella necesita a su lado a la vez que representa ese misterio de enamoramiento que el hombre proyecta.
Como telón de fondo, aparecen ciertos temas no menores que se desarrollan menos, cierto, pero que aportan estatura al filme: la amistad entre Naima y Dodo, que sirve para poner en la balanza el tema de las lealtades y los afectos; la toma de conciencia de Naima respecto de su futuro laboral, a partir del sacrificado trabajo como mucama que desarrolla su madre en un hotel lujoso e inalcanzable para ellas.
Lo mejor que tiene “Una chica fácil” es la manera en que retrata pequeños momentos, en apariencia banales: una conversación con Dodo en una escalera, una conversación entre Philippe y Naima, donde éste le plantea claramente que ella es solo una niña que debe crecer de manera natural, permiten atisbar la limpieza de la narración que propone la directora haciendo que, finalizada la proyección, esos instantes mostrados cobren una relevancia distinta.
Se trata de una película necesaria de ver. No se trata de una pieza maestra del cine, pero es una entrañable mirada acerca del crecimiento, de la amistad, del atisbo del sexo juvenil y, sobre todo, una poética lección fílmica respecto de cómo dos chicas determinan el rumbo de su existencia en un verano cálido, sensual y abierto a todas las posibilidades, teniendo a una protagonista sensible, que se perfila ideal para futuros proyectos cinematográficos.
Esta película recibió el premio de la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos (SACD) en la Quincena, una sección independiente del Festival de Cannes, el idílico paisaje en donde transcurre este filme que se deja querer.
FICHA TÉCNICA: Título original: Une fille facile. Año: 2019. Duración: 92 min. País: Francia. Dirección: Rebecca Zlotowski. Guion: Zahia Dehar, Teddy Lussi-Modeste, Rebecca Zlotowski. Fotografía: Georges Lechaptois. Reparto: Mina Farid, Zahia Dehar, Benoît Magimel, Clotilde Courau, Nuno Lopes, Lise Lomi, Loubna Abidar, Henri-Noël Tabary, Lakdhar Dridi. Disponible en NETFLIX.
Autor
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Periodista, Escritor
Doctor en Proyectos, línea de investigación en Comunicación
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