La conectividad mediante las telecomunicaciones ha permitido mantener un distanciamiento social adecuado con la distribución de productos por medio de drones y compras por internet
Ciudad de México.- Ante el fin del confinamiento por la pandemia del covid-19 en algunos países, lo OMS consideró que terminar con las restricciones a la movilidad demasiado rápido puede conducir a un “letal” resurgimiento del contagio en las naciones donde han empezado a controlarlo.
En un estudio reciente sobre el papel de la movilidad urbana en la contención pandemias, Brenda Torales Herrera, adscrita al Doctorado Interinstitucional en Ciencias del Hábitat en las universidades Autónomas de Yucatán y San Luis Potosí y Miguel Ángel Munguía Rosas, investigador del Departamento de Ecología Humana del Cinvestav Unidad Mérida, sostienen que las restricciones y la gestión de la movilidad, además de contener la propagación de enfermedad, también puede contribuir a mejorar la planeación de asentamientos humanos, incrementar la calidad de vida y diseñar estrategias efectivas para enfrentar futuras epidemias.
“Esta pandemia se debe ver como una oportunidad de aprendizaje porque México arrastra una falta de planeación urbana, por tanto, las estrategias que podamos implementar para satisfacer la movilidad y con ello reducir las oportunidades de contagio son limitadas; sin embargo, las acciones a seguir marcarán un precedente que se podrá incorporar a la vida cotidiana, con un impacto positivo en próximas epidemias”, explicó el investigador del Cinvestav.
Por ejemplo, en la disminución de contagios, las tecnologías digitales son fundamentales, ya que la movilidad es entendida como el desplazamiento social colectivo para acceder a bienes y servicios en el espacio urbano; la conectividad permite tomar clases en línea, trabajar, comprar y hasta socializar, además, posibilita conocer qué sector poblacional necesita desplazarse hacia los equipamientos y servicios esenciales en la ciudad.
Los sectores de servicio o abastecimiento fueron afectados por la restricción a la movilidad y también ha sido un reto en las áreas académicas; se tenía renuencia a clases en línea, pero se logró implementar un sistema de enseñanza a distancia a todos los niveles educativos. En investigación de frontera, el trabajo teórico se mantiene sin alteración, los congresos se realizan de manera virtual y muchos campos de investigación se han mantenido activos con el uso de tecnología, particularmente el internet.
En muchos países el empleo de la tecnología ha permitido mantener un distanciamiento social adecuado con la distribución de productos por medio de drones o robots, compras por internet y servicios de entrega por aplicaciones; además, las transacciones financieras por teléfonos inteligentes contribuyen en reducir el contacto entre personas.
La tecnología de datos, que ofrecen los motores de búsqueda por internet, también permite monitorear la movilidad por país, identificar horarios pico y lugares de mayor concentración, que sirven de herramienta para evitar aglomeraciones, pero sobre todo ayuda a los tomadores de decisiones a definir estrategias y políticas públicas encaminadas a controlarla.
Al respecto se deben aplicar nuevos lineamientos para el diseño y funcionamiento de las ciudades. ya que se encuentran en continuo crecimiento; por lo tanto, es necesario poner en marcha estrategias de control sectorial, destacando pautas de ubicación de atractores de actividades, como centros comerciales, áreas productivas, zonas culturales y sitios habitacionales, así como la actuación de Sistemas Integrados de Transporte, para favorecer desplazamientos de corto alcance.
“Ciudades muy densas funcionan como dormitorios y la vida se desarrolla fuera del hogar, en calles, parques, cafés o plazas, sin embargo, la pandemia mostró que se debe rediseñar el espacio habitacional; el confinamiento dejó ver que la mayoría de las casas carecen de espacios para trabajar, estudiar o cuidar a un enfermo, incluso les falta una adecuada ventilación. El espacio habitacional se debe repensar”, sostuvo Torales Herrera.
La relación entre el sistema de movilidad urbana y los usuarios debería generar protocolos sanitarios similares a los de la industria, como uso de cubrebocas, distanciamiento o instalación de barreras, con el propósito de mitigar los riegos de contagio, mejorar la accesibilidad y movilidad de los usuarios, satisfaciendo los intereses de todos los involucrados.
Tomando en cuenta la temporalidad del sistema de movilidad, se podrían implementar cambios de horarios de entrada y salida de actividades no esenciales, tarifas diferenciadas con relación a la afluencia, limitar estaciones o puntos de parada, integrar modos no motorizados como alimentadores del transporte, implementar rutas de traslado particular para empresas y aplicar sanciones ante su incumplimiento en bien de la comunidad.
“Los estudios de movilidad urbana iniciaron por una motivación diferente a la pandemia, buscando ciudades más habitables, pero ahora nos damos cuenta que es un eje transversal a temas de salud, cuidado del medio ambiente, derecho a la ciudad, económicos o políticos y en emergencias sanitarias tiene un papel clave en el control de enfermedades infecciosas emergentes”, sostuvieron los investigadores. (CINVESTAV)
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