CUATRO DÉCADAS DE RETROCESO

Al contrario del legendario rey Midas que convertía en oro lo que tocaba, tenemos un presidente que lo destruye.

Ya me da miedo oír en alguna mañanera que López Obrador hable mal de algo o alguien, porque en seguida pienso ‘se lo va a echar.’

Y así ha sucedido con lo que ha mencionado reiterativamente; excepto la pandemia, a la que por más que lo repita como exorcismo, no ha podido “domar.”

Ahora la trae contra la Boa “opositora” que real o inventada, no entiendo por qué lo asusta; la razón de existir de toda oposición, es organizarse para ganar elecciones.

Sobre todo, hoy que aumentan sus opositores; porque en momentos que necesitamos medidas de reactivación de la economía y de apoyo a la gente, sale con un ridículo decálogo de ocurrencias, que nos transformará en “buenas y felices personas” si consumimos poco, criamos animales en el patio, y gozamos la naturaleza.

Naturaleza a la que precisamente él, está destruyendo; como afirman especialistas que el pasado 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, le demandaron parar proyectos perjudiciales para nuestras bellezas y recursos naturales y cambiar decisiones que minan las instituciones ambientales y son contrarias al marco legal y a compromisos internacionales asumidos por México.

Pero como está chiflado y presume de necio, pese a la crisis sanitaria causada por el Covid-19 y a la pésima situación económica que ya está encima, sigue gastando en planes no indispensables y generadores de desastres ambientales, de los que no nos recuperaremos en décadas.

Firman el documento 25 personas que han sido durante los últimos 30 años titulares de secretarías de Estado y de instituciones y organismos gubernamentales o privados relacionados con la Ecología; como Julia Carabias, Enrique Provencio, Alejandro del Mazo, Víctor Lichtinger, Gabriel Quadri y Jorge Soberón.

Quienes, junto a campesinos y académicos, recuerdan al presidente que las instituciones ambientales mexicanas que hoy está desmantelando, se crearon a partir de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro en 1992, y están basadas en el concepto del desarrollo sustentable.

Lo que implica lograr el bienestar de los pueblos en lo económico y social, sin olvidar la protección de la naturaleza y los ecosistemas.

Y alertan a la sociedad, que la erosión de estas instituciones impedirá a México, que era líder en cumplimiento de compromisos internacionales medioambientales, enfrentar retos globales; como el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad, porque en este gobierno “se ha retrocedido, al menos 40 años.”

Priorizar la producción de energía mediante combustibles fósiles y gasolinas y frenar la inversión en energías limpias y renovables, como lo está haciendo López Obrador, provoca daños directos a la salud, calidad de vida y bienestar de millones de mexicanos.

Y aumentará las emisiones de gases de efecto invernadero; lo que llevará, a tener que renegociar las metas de reducción de dichos gases dentro del Convenio de Cambio Climático y a limitar, actividades económicas prioritarias.

Precisan los científicos, que México tiene en el Impacto Ambiental una excelente herramienta jurídica para prevenir efectos negativos al medio ambiente.

Pero que los principales proyectos de López Obrador, han iniciado sin las necesarias y adecuadas autorizaciones; lo que manda señales de que la normatividad puede eludirse o incumplirse, alentando la impunidad..

Advierten que las consultas a la población y, sobre todo a los pueblos originarios, han violado derechos establecidos; como entre otros, en el caso del «Tren Maya».

Los recortes económicos han dejado también sin dinero a los municipios, impidiéndoles cumplir el mandato del Artículo 115 de la Constitución, que los encarga de los servicios de agua potable y saneamiento; lo que está repercutiendo en la salud de sus poblaciones.

Además de que, sin tener en cuenta la situación, la Comisión Federal de Electricidad les aumentó las tarifas precarizando aún más, su crisis financiera.

Los firmantes piden al presidente recordar, que en su campaña reconoció en la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, (CONANP), “una poderosa y extraordinaria herramienta para la conservación de la biodiversidad”; lo que no es congruente, con los recortes que como gobernante ha ordenado y la están paralizando.

Y añaden, que las disminuciones al presupuesto de las instituciones ambientales tienen así mismo en riesgo, la existencia de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, (CONABIO) catalogada a nivel mundial como ejemplo internacional de la aplicación de la investigación en esta materia; debido a que México es, todavía, el cuarto país del planeta con mayor biodiversidad.

 

Autor

Teresa Gurza
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