LA NUEVA NORMALIDAD NO TIENE NADA DE NORMAL

 

¡Híjole! No sé que decirles de la llamada “Nueva Normalidad”, más que de normal no tiene nada. Varios países han comenzado a reactivar su economía después de la debacle del COVID-19. Esto ha generado un intenso debate que, obvio tiene tintes políticos en cualquier país, sobre si será mejor esperar unas semanas más para que la curva de contagios baje, o si ya estamos listos para volver a salir a las calles y centros de trabajo, sin importar que siga habiendo contagios.

La respuesta depende no tanto de las cifras de contagios y muertos, sino de la capacidad que tienen los sistemas de salud para seguir recibiendo a gente infectada, porque lamentablemente, esta situación seguirá, en tanto no haya una vacuna para la enfermedad, lo cual podría tardar varios años. Ah, y no solamente hay que desarrollar la vacuna, sino producir las dosis necesarias a nivel mundial, para inmunizar a la población, lo cual no son enchiladas.

Esto implica que, según los especialistas, estaremos en una semicuarentena permanente que han denominado el modelo del “martillo y la danza”. ¿Qué quiere decir eso? Que tendremos periodos donde los contagios se disparen, y será necesario el paro de labores y resguardo total en casa, como esta temporada que pasamos. Y habrá otros periodos, en los que se flexibilizarán las medidas de prevención y podremos salir de casa, pero eso sí, manteniendo el distanciamiento social y el uso de cubrebocas, los cuales llegaron para quedarse.

La nueva normalidad quiere decir que no volveremos a la normalidad. Lo que pensamos es la luz al final del túnel significa que tendremos que ir descubriendo otra forma de convivir presencialmente y acudir a lugares públicos, como cines, restaurantes, escuelas, espectáculos y centros de trabajo.

También tendremos que tomar conciencia del espacio personal, en la calle, en la fila, y al momento de viajar, lo cual incluirá restricciones y posiblemente la emisión de certificados de inmunidad. Pero sobre todo, debemos hacernos a la idea de que en cualquier momento, mientras bailamos, puede llegar otro martillazo que nos obligue a hacer arraigo domiciliario de nuevo.

Al final del día, nada será como antes. Viviremos bajo una amenaza constante a la salud y la economía. Pero esto es parte del proceso de resiliencia, que no es otra cosa más que resurgir de la tragedia adaptándonos a las nuevas condiciones. Hoy más que nunca tenemos la oportunidad de ser la generación que venció a una pandemia cambiando el estilo de vida, porque más que una nueva normalidad, esta, es y será, nuestra nueva realidad.

 

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael.

 

 

 

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El Heraldo de Saltillo
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