Expertos de la UNAM afirmaron que la pandemia de COVID-19 es un llamado de atención para cuidar nuestro planeta
Ciudad de México.- El SARS-CoV-2 es un virus propio de los humanos y sólo nosotros podemos transmitirlo a otros humanos. “Los más de cuatro millones de individuos infectados en el mundo han sido contagiados por otras personas; más que buscar al culpable de la pandemia en un animal, debemos considerar que somos los responsables”, afirmó Rodrigo Medellín, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la COVID-19 se transmite entre personas, y aunque se tiene conocimiento sobre otros virus de la familia de los coronavirus que en su mayoría tienen origen en animales, el SARS-CoV-2 es un nuevo virus en los humanos. La posible fuente animal aún no ha sido confirmada.
Perros y gatos domésticos en contacto con humanos infectados han dado positivo para COVID‑19, y los hurones parecen ser susceptibles a la infección. En condiciones experimentales, gatos y hurones pudieron contagiar a otros animales de su misma especie, pero no hay pruebas de que la transmitan a las personas y puedan desempeñar un papel en la propagación de la enfermedad, explica la OMS.
En su participación en el programa La UNAM responde, transmitida por TV UNAM, Medellín advirtió que está en nuestras manos reducir el impacto a los ecosistemas, mantenerlos y conservarlos para prevenir un nuevo brote de cualquier enfermedad emergente.
Al respecto, Gerardo Suzán, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), habló de la trascendencia de reflexionar sobre los aprendizajes que nos deja esta emergencia sanitaria, pues empezamos a admitir la importancia de pertenecer a un mundo que compartimos con muchas otras especies que ofrecen servicios ecosistémicos como el control de plagas.
El COVID-19 es un llamado de atención para cuidar nuestro planeta, de lo contrario el panorama podría ser peor. Para evitar en el futuro situaciones como ésta, cada uno debe asumir su responsabilidad, pues no es sólo tarea de los líderes mundiales, dijeron los universitarios.
La pérdida de ecosistemas implica el detrimento de hábitats y de servicios ecosistémicos, además de afectar la salud humana, pues conduce a más enfermedades ocasionadas por virus de origen animal (zoonosis), subrayaron.
Virus benéficos
Medellín, experto en murciélagos, resaltó que existen muchos coronavirus; se han descrito alrededor de 300 tipos y sólo siete de ellos ocasionan algún malestar al ser humano: cuatro nos causan resfrío o gripe, y los tres restantes podrían provocar síndrome respiratorio agudo grave (SARS); síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS), y COVID-19.
“No debemos temer a los virus, pues más de 90 por ciento son benéficos para la vida humana, para los animales y las plantas; debemos comprender que son parte de los ecosistemas del mundo”.
Las pandemias no son nuevas, hemos tenido otras en las que la humanidad tuvo un papel significativo; sin embargo, la lección no ha sido aprendida y algunas personas, incluidos académicos, culparon a los murciélagos de la transmisión de la COVID-19, “y no es así. Estos animales tienen una función ecosistémica trascendente, como contribuir a la polinización, al control de plagas agrícolas y a la dispersión de semillas”.
Se debe considerar que somos una especie más en el mundo y estamos inmersos en la sexta extinción masiva. “Perdemos más especies por unidad de tiempo que en cualquier otro momento en la historia del planeta, y el menoscabo de la biodiversidad impactará en la humanidad”, advirtió.
En tanto, Gerardo Suzán, especialista de enfermedades en animales, destacó que muchos de los padecimientos que aquejan al hombre son zoonosis que ocurren en áreas intervenidas y deforestadas.
“Los animales nos sirven para hacer investigación, desarrollar vacunas y entender modelos de funcionamiento de las infecciones en el ambiente. Son considerados centinelas de la salud, y estudiar las especies silvestres nos puede proporcionar información sobre cómo le irá a la humanidad ante posibles enfermedades”.
En muchos lugares se han registrado enfermedades que han provocado la muerte de aves, murciélagos y mamíferos marinos, “las causas están relacionadas en gran medida con la invasión de especies exóticas o con la presencia de perros ferales que transmiten padecimientos a otras especies. Esto nos permite determinar que los animales proporcionan información útil para entender nuestra salud”, reiteró.
Fomentar la investigación para entender cómo funciona su salud es primordial. “Vale la pena comprender que la salud humana está inmersa y ligada a la salud animal y de los ecosistemas”.
Por último, los universitarios señalaron la necesidad de replantear nuestros sistemas productivos, fomentar la producción sustentable de bajo impacto, reducir el consumo de carne y nuestro tiempo en la regadera, entre otras acciones. (UNAM)
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