Chile.- La agencia de la ONU que vela por la salud en el continente destaca su preocupación por el hecho de que los sistemas sanitarios de los grandes centros urbanos de América del Sur, como Lima y Río de Janeiro, se están sobrecargando rápidamente, aunque la situación es dispar, pues en Venezuela los servicios de salud no están saturados de pacientes, y las medidas de prevención como el distanciamiento social están dando resultados.
La directora general de la Organización Panamericana de la Salud mostró este martes su preocupación por la rapidez con la que se expande el coronavirus en la región al indicar que le tomó tres meses llegar al millón de casos y que en menos de tres semanas casi se ha duplicado este número.
En su actualización semanal sobre la situación de la pandemia en la región, Carissa Etienne, explicó que, hasta el 11 de mayo, ya se reportaron 1,74 millones de casos de COVID-19 y más de 104.000 personas fallecidas por el padecimiento.
“Durante la última semana se reportaron otros 266.269 casos, incluidas unas 20.000 muertes adicionales en la región de las Américas lo que representa un aumento relativo de un 18% en los casos y un 23% en las muertes en comparación con la semana anterior”, dijo.
El rápido avance de la pandemia en América del Sur
Ettiene señaló que durante los últimos siete días se reportaron más de 96.000 casos adicionales que incluyeron 5552 muertes en Sudamérica. Estas cifras representan un aumento relativo de un 45% en los casos y un 51% en el de fallecimientos.
Al mismo tiempo advirtió que los sistemas sanitarios de los grandes centros urbanos de América del Sur como Lima y Río de Janeiro “se están sobrecargando rápidamente” y que el COVID-19 está produciendo un efecto similar en las grandes ciudades de la cuenca amazónica.
“Cuando la transmisión es alta en zonas que funcionan como centros regionales, las zonas vecinas quedan afectadas rápidamente a medida que la gente se traslada por carreteras y ríos, causando un impacto en las pequeñas poblaciones y las comunidades remotas incluidas las zonas indígenas donde el acceso a la atención médica es un desafío”, destacó.
La máxima responsable de la Organización resaltó que continúa apoyando estrechamente la coordinación de la respuesta a los países de la región y pidió a las autoridades sanitarias nacionales y locales trabajar más estrechamente para contener la propagación del virus.
Destacó que para mantener el control del virus y disminuir la duración de la crisis “es vital” contar con los recursos financieros necesarios para ayudar a las personas a superar el impacto impacto económico de permanecer en casa o estar desempleado.
Ettiene indicó que su Organización y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe continuarán trabajando conjuntamente para “reconfigurar un nuevo modelo donde los sistemas sanitarios resilientes y la cobertura de salud universal se vean como la clave del crecimiento económico y la protección social”.
Del mismo modo, indicó que está trabajando con el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional “para ayudar a coordinar la respuesta económica” de las Américas.
Recomendaciones para la reapertura
El alto incremento del número de casos durante las últimas dos semanas en América Latina indica que la transmisión comunitaria todavía es muy alta, indicó el doctor Jarbas Barbosa.
Para evitar rebrotes en las fases de transición el subdirector de la Organización recomendó controlar la transmisión mediante un sistema de “vigilancia activa y que sea capaz de efectuar test en todos los casos sospechosos” y que la tasa de ocupación de las camas de hospitales, de cuidados intensivos y de respiradores estén por debajo de las capacidades que estos puedan ofrecer.
Transparencia en los datos regionales
Interrogado sobre si hay transparencia en la entrega de datos en América Latina, especialmente en Venezuela y en los países del Triángulo Norte, el doctor Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles, respondió afirmativamente a esa cuestión e indicó que la Organización consta de 35 Estados miembros y que sigue a 54 países, territorios y áreas, por lo que generalizar “es un poco difícil”.
“El problema de Venezuela es que utiliza una gran cantidad de pruebas rápidas para el diagnóstico que no es lo más fehaciente porque puede dar muchos falsos positivos, pero es importante recordar también que la gran mayoría de nuestros países está reportando los casos, como lo vemos en diferentes sitios web de la Organización”.
Al mismo tiempo, recordó que, si los países informan de un número determinado de casos, pero hacen pocas pruebas “tampoco refleja el cuadro del brote en cada país”.
En relación con Venezuela el doctor Ciro Ugarte, director del departamento de emergencias en salud, dijo que el número de casos es relativamente bajo, que los servicios de salud no están saturados de pacientes, que la curva de casos todavía no ha alcanzado su cúspide y que las medidas de prevención como el distanciamiento social están dando resultados.
“Eso no se puede mantener por muchísimo tiempo porque hay situaciones de economía, pero también de reactivación social y es por eso por lo que es muy importante mantener la vigilancia de los casos y fortalecer los servicios de salud ante un incremento que podría presentarse cuando estas medidas se disminuyan”.
Falta de datos en Nicaragua
Ante la pregunta de si el conteo de casos y muertes en Nicaragua está muy por debajo de la realidad, el doctor Ugarte indicó que hay “múltiples informes no oficiales que señalan que hay un alto número de pacientes ingresados con síntomas de infección respiratoria aguda, especialmente en Managua, en Chinandega y en algunos otros lugares” y un incremento de fallecidos por neumonía atípica.
“Nicaragua es el único país o territorio en las Américas donde el tipo de transmisión es indeterminado de acuerdo con nuestros reportes. Hace más de un mes la Organización Panamericana de la Salud expresó su preocupación respecto a las pruebas, al seguimiento de contactos, al reporte de los casos y esas preocupaciones siguen en pie. Estamos especialmente preocupados porque el distanciamiento social y el llamamiento a eventos masivos sigue manifestándose”.
Ugarte indicó que la Organización continuó proporcionando cooperación técnica, equipos de protección personal y espera que la información oficial sea lo suficientemente detallada para hacer un análisis adecuado de la situación y proporcionar una respuesta conjunta. (ONU NOTICIAS)
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