Por Jaqueline López
Estudiante de Mercadotecnia, UA de C
Hace unos meses comencé a trabajar en una empresa “ajena”, por así decirlo, pues debo explicar que yo solo trabajaba en un negocio familiar donde solo conocía y ponía muy poco en practica mis conocimientos de mercadotecnia. Ya era tiempo que cambiara eso en mi preparación profesional. Tenia que buscar otro trabajo para conocer más acerca de una empresa y como esta se organiza, saber mas acerca de las tecnologías y procesos que se llevan dentro de ella y por supuesto saber lo que en realidad es ser “responsable”.
Para mi sorpresa una amiga de mi escuela me comentó la idea de comenzar a trabajar en una empresa de accesorios de moda muy reconocida en la localidad. Ahí además de tener un buen ambiente laborar conocí a mi exgerente de piso de venta, debo decir que es una de las personas más ingeniosas y creativas que he conocido. Entre uno de los tantos temas que platicábamos, tocamos un tema que me hizo escribir esto, y es la inclusión en los negocios.
Dentro de la localidad son pocos los lugares que tienen condiciones aptas para que personas con cualquier discapacidad puedan comprar, pasar tiempo con sus familiares o amigos, e incluso colaborar en algún trabajo. Mi exgerente y yo nos dimos cuenta de varios ejemplos que nos visitaban dentro de la tienda. En ocasiones llegaba una señora en silla de ruedas con sus hijas, para ella le era muy difícil moverse en el poco espacio de la tienda; en su cara se notaba la incomodidad que tenía al estar dentro de la tienda, quizá hasta se preocupaba por llegar a tirar algo y tener que pagarlo solo por un mal movimiento. Uno notaba esto y le ayudaba a abrirle más espacio dentro del local.
Otro caso es la comunicación, hay clientes que tienen discapacidad para escuchar o hablar, en este caso uno como empleado no esta capacitado para poderse comunicar con estas personas y en lo personal, creo que uno hasta tiene miedo de llegar a ofender a estas personas con acciones o palabras que los pueda lastimar y para ellos tener una mala imagen de la empresa.
Mi exgerente y yo comentábamos que sería muy interesante y grato la idea de incluir en el etiquetado de los precios el lenguaje braille, hacer espacios mas grandes dentro de los locales comerciales para aquellos clientes o personal en sillas de ruedas, incluso que en las capacitaciones de las empresas se comenzaran a implementar la enseñanza del lenguaje con señas. Por último, mi gerente concluyó con “no sabes cuánto te agradecerá una persona discapacitada por hacer algo por ellos”, lo que me dejó pensando mucho, pues tenemos poca inclusión con esta población dentro de la comunidad.
Como emprendedores debemos tomar en cuenta que hay clientes que buscan esa inclusión donde puedan ver por sus necesidades y las comprendan, incluso hay personas que buscan oportunidades laborales y no encuentran porque lamentablemente las empresas no están lo suficientemente preparadas para darles esa oportunidad.
Es momento de hacer empresas más responsables y comprometidas con la comunidad, comenzar a ser más empáticos e incluyentes con todo aquel que visite tu negocio. Debemos dejar el pensamiento de que todas estas personas dependen de otros para realizar sus actividades, pues no es así, porque muchas de ellas pueden ser capaces por sobresalir por si mismas en todos los aspectos.
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