COVID-19 aplaza futuro para migrantes que esperan en México proceso de asilo de EU

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Ciudad de México.- El coronavirus aplazó el proceso de migrantes centroamericanos, sudamericanos y caribeños que aguardan en el norte de México a que Estados Unidos resuelva su asilo y, de paso, complicó su precaria economía.

En la fronteriza Ciudad Juárez, estado de Chihuahua, migrantes lidiaban con la postergación del programa estadounidense y con la pérdida de empleos temporales en la urbe a medida que se pararon actividades para evitar contagios, dijeron a Xinhua un funcionario y un activista locales.

Numerosos migrantes permanecían en la urbe vecina de El Paso, Texas, por el programa Protocolos de Protección al Migrante (MPP, en inglés), con el que la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, envía solicitantes de asilo a ciudades mexicanas en la frontera para esperar su proceso.

Ante la emergencia por la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), Estados Unidos anunció desde el 23 de marzo el aplazamiento de audiencias programadas en abril para el MPP, cuya dinámica implica que los migrantes crucen la frontera para comparecer ante las cortes estadounidense.

El director del albergue «El Buen Samaritano», Juan Fierro, relató en entrevista que los migrantes que habían acudido a la garita el día de su cita original estaban recibiendo de las autoridades estadounidenses una nueva fecha que era, cuando menos, para mayo.

Fierro expuso que los 106 migrantes que aloja en el refugio del oeste de la ciudad son originarios de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Venezuela y Cuba y todos están en el programa también llamado «Quédate en México».

Los migrantes, que usualmente deben aguardar de dos a cuatro meses para su audiencia inicial, se perciben algo inquietos por el aplazamiento y porque cada día ha subido la cifra de los que pierden el empleo con el que ganan dinero mientras se desahoga su proceso, relató.

«Lo utilizan para enviarlo a sus familias porque algunos dejaron a su esposa o algún familiar en su lugar de origen y les envían dinero para que subsistan», explicó Fierro, quien es un pastor.

Como en el resto de México, la ciudad de 1,4 millones de habitantes ubicada en el desierto suspendió desde finales de marzo actividades no esenciales para reducir la transmisión del coronavirus que ya se aceleraba en el país.

Al menos 28 maquiladoras, una importante industria de la economía local, realizarían paros técnicos por un mes y recortarían el sueldo a sus empleados, mientras que restaurantes sólo atendían pedidos, según informó la alcaldía el 27 de marzo.

Fierro detalló que hasta antes de la emergencia unos 30 migrantes hombres del refugio, que aloja y brinda alimentos a familias con niños, laboraban en comercios, hoteles o construcciones por sueldos que no superaban los 2.000 pesos (82,8 dólares) semanales.

Foto: Xinhua

Los migrantes también enfrentan temor a contagiarse del virus, aunque el albergue está aplicando medidas sanitarias, evitando salidas y midiendo la temperatura tres veces al día a toda su población por prevención, agregó.

Aseguró que el panorama de los migrantes de su refugio se repetía en otros albergues de la ciudad que atienden centroamericanos, sudamericanos y caribeños desde el año pasado, cuando el flujo se disparó y Washington implementó el MPP como parte de un endurecimiento de sus políticas.

«En la red estamos todos trabajando para apoyarnos unos a otros y ver de qué manera respondemos a esta contingencia. Hay que salir adelante porque el proceso se alarga más», expresó Fierro, quien desde el año pasado ha alojado a 2.500 migrantes.

Ciudad Juárez, que hasta el martes sumaba 14 contagios con cuatro muertes por coronavirus, fue una de las primeras urbes mexicanas a donde Estados Unidos envió solicitantes de asilo tras iniciar unilateralmente su plan en enero de 2019.

El director de derechos humanos de la alcaldía de Ciudad Juárez, Rogelio Pinal, dijo a Xinhua que calculaban que 5.000 migrantes podrían estar en la urbe aguardando su proceso de asilo dispersos en los albergues y otros sitios.

Al menos hasta la semana pasada, autoridades estadounidenses continuaban regresando a la ciudad entre 10 y 15 migrantes diarios, algunos tras audiencias desahogadas con anterioridad y otros que entraron al programa previo la contingencia sanitaria, señaló.

En octubre pasado, el Departamento de Seguridad Interna estadounidense informó que en los primeros nueve meses del MPP devolvió a más de 55.000 migrantes a México, aunque precisó que sólo 20.000 permanecerían en las ciudades porque el resto habría abandonado su petición de asilo.

La administración de Trump implementó el programa buscando desalentar los cruces en su frontera para pedir asilo, un objetivo de migrantes que contribuyó a que el flujo creciera a inicios del año pasado hasta llegar en mayo a su cifra más alta en una década.

El funcionario de la alcaldía indicó que migrantes estaban siendo aislados por 14 días en un albergue en la ciudad tras su regreso de Estados Unidos, el país que reportaba la mayor cantidad de contagios a nivel global.

Los migrantes enfrentaban un escenario difícil durante la contingencia por el virus ante la suspensión de actividades, una situación que afectaba por igual a los habitantes de la fronteriza ciudad, planteó.

«Aplica para todos, hay suspensión de muchos trabajos, muchas empresas prefieren liquidar a las personas», abundó el funcionario. (XINHUA)