Ante la falta de medidas por parte del gobierno federal
La economía mexicana podría caer hasta 10 por ciento del Producto Interno Bruto, descenso que se traducirá en la pérdida de un millón de empleos formales en 2020 y una tasa de inflación del 10 por ciento, que golpearía el ingreso y la estabilidad de las familias, señaló la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) en un comunicado en el cual criticó la falta de medidas relevantes dentro del plan de reactivación económica presentado el domingo 5 de abril, por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el marco de su tercer informe trimestral, para enfrentar la pandemia del coronavirus SARS- CoV-2 (COVID-19).
El organismo empresarial difundió un comunicado, en el cual señala que, López Obrador hizo caso omiso del paquete de propuestas que el sector empresarial le entregó desde hace cerca de un mes, para implementar una serie de medidas contundentes e inmediatas, que fortalezcan la economía nacional con mayores condiciones de confianza y certidumbre, reactivando así la inversión e impulsando la actividad económica.
“Dichas medidas ayudarían a contener los graves efectos económicos de la pandemia que enfrentamos, y contribuirían a conservar con urgencia el empleo, así como a dotar de liquidez a personas y empresas, para crear las condiciones de recuperación del crecimiento económico que tendrá que llegar después de la crisis”.
Entre estas medidas, Coparmex señala que el gobierno debe acelerar la devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA) realizándolo en no más de 20 días; otorgar plazo ampliado para que se realicen las declaraciones anuales y los llamados “pagos provisionales” del Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Así como en las cotizaciones sociales, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), ajustándolos a la realidad económica.
Además, contrario a la postura del presidente López Obrador, de no contratar deuda pública para fondear créditos y apoyos a empresas -en específico a las PYMES-, para reactivar la economía y mantener la liquidez en el mercado financiero, el CCE recomienda aplicar una estrategia de “endeudamiento temporal”, hasta por el 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Tales recursos, señaló el organismo empresarial, permitirán al país cubrir los gastos de salud y atender a la población afectada por el coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19), además de compensar las caídas en el ingreso público y sentar las estrategias básicas para la reactivación de la economía.
Además, se propone utilizar una caja actual del sector público y cambiar el concepto de deuda neta por deuda bruta, con lo que se liberarán 425,000 millones de pesos. Asimismo, se deberá hacer uso de fondos de estabilización por un total de 243,000 millones de pesos, así como postergar el objetivo de finanzas públicas de 2020.
Aunado a ello, será necesario diferir el pago del 100 por ciento de las contribuciones a la seguridad social por tres meses, sin condonación, y establecer con fondos públicos un programa de aproximadamente 100 mil millones de pesos, para que la banca de desarrollo garantice créditos a través de la banca privada, con enfoque particular a MIPYMES.
Otra de las propuesta, es un programa de infraestructura con fondos públicos y privados. Además de usar el remanente del crédito para asignar a cada estado un gran proyecto de infraestructura, así como la definición y anuncio inmediato de los proyectos de inversión privada en infraestructura energética.
Además, se requiere preparar un agresivo programa de exportaciones a Estados Unidos, sustituyendo importaciones chinas hacia ese país, así como la depreciación acelerada para premiar nuevas inversiones. También se deben retornar los pagos pendientes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) a sus proveedores.
Sin embargo, en caso de no suscribir un acuerdo nacional entre el gobierno, empresarios, trabajadores y el sector social, para enfrentar la emergencia sanitaria del coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19), la economía mexicana podría caer hasta 10 por ciento del Producto Interno Bruto.
Dicho descenso se traducirá en la pérdida de un millón de empleos formales en 2020 y una tasa de inflación del 10 por ciento, que golpearía el ingreso y la estabilidad de las familias. Además, de continuar la estrategia actual de la Administración Federal encabezada por el presidente López Obrador, México se enfrentará a un escenario negativo sin precedentes.
“En el Sector Empresarial no pedimos reducción de impuestos, ni privilegios, ni concesiones. Siempre hemos puesto a los trabajadores, sus familias y al país como nuestra prioridad. Por ello, creemos que la crisis sanitaria y económica nos obliga a unirnos una vez más”
“Nuestro objetivo es proteger el empleo, los salarios y los ingresos de las familias; sentando las bases para una recuperación inmediata; evitando que la crisis de liquidez se convierta en una crisis de solvencia; y contando con recursos para continuar los programas sociales. Asimismo, deseamos incidir positivamente en las políticas públicas para beneficio del país, ya que México es de todos; y todos somos mexicanos”, señala el comunicado. (EL HERALDO)
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