Algo anda mal en un país donde una mujer tiene altas probabilidades de ser maltratada, violada, y asesinada por el sólo hecho de ser mujer. Y peor tantito que esos crímenes, la mayoría de las veces, queden impunes.
De acuerdo, el feminicidio en México no es un tema nuevo. Es un cáncer que se ha ido arrastrando a través de décadas por motivos culturales y educativos, pero también por la falta de confianza en las instituciones que debieran procurar justicia. Solamente hasta que las mujeres han decidido tomar acción en las calles, es cuando la sociedad ha volteado a ver el problema.
Vino el anuncio de un paro nacional femenino para el 9 de marzo, un día después al Día Internacional de la Mujer, que mucho ha dado de qué hablar. Desde si está orquestado por la oposición, o si es un movimiento sin tintes políticos o si hay alguna ideología política o religiosa detrás. Pues vamos por partes:
El origen de este movimiento es un colectivo feminista de Veracruz, estado donde hay hartos feminicidios, llamado Las Brujas del Mar. Ellas fueron el primer grupo que detonó la convocatoria a través de Twitter, la cual se propagó rápidamente ante la causa que une todas las mujeres: su seguridad.
Pero lo que realmente le dio candela fue la falta de empatía del presidente López Obrador con la causa. Primeramente, dijo que los feminicidios son producto de la descomposición social que se heredó del periodo neoliberal. Y luego dijo que sus adversarios están utilizando el caso para golpearlo. Su única preocupación es que no le rayen las paredes y puertas del Palacio Nacional.
Tan sólo en enero del 2020 hubo 73 feminicidios, y en febrero vinieron más, entre ellos los de Ingrid Escamilla y la niña Fátima. Sin importar su edad, escolaridad, ocupación o condición económica, una mujer en México tiene altas probabilidades de ser agredida. Y eso no es un tema político. Nada tiene que ver con ser conservador, neoliberal, progre, estar a favor del aborto, o ser pro-vida. Y mucho menos se trata de la popularidad del presidente.
Pero la Cuatroté no lo ha entendido así. Por el contrario, ha tomado el reclamo de la sociedad como una afrenta, como un acto de oposición, cuando en realidad debería estar del lado de las mujeres y dar soluciones concretas y no un simple decálogo de buenas intenciones.
El paro viene y viene fuerte porque la desesperación es grande. Pero la causa que une a las mujeres mexicanas lo es más. Y a pesar de la resistencia, van mover al país, irónicamente, paralizándolo.
Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter: @navarroisrael.
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