Nueva York.- Pese a que los niños no juegan ningún rol destacado en los conflictos, millones de ellos están atrapados en conflictos en los que no son meros espectadores, sino objetivos. Un ex niño soldado colombiano asegura que él y otros en su situación estaban hartos de una guerra que no les pertenecía.
Unos 250 millones de menores viven en países afectados por enfrentamientos, afirmó el Secretario General de la ONU durante una sesión del Consejo de Seguridad dedicada a integrar la protección de los menores en los procesos de paz.
Añadió que los niños menores de 18 años constituyen más del 50% de la población de la mayoría de los países afectados por la guerra y que son extremadamente vulnerables e incapaces de protegerse de sus efectos.
«En 2018, más de 12.000 niños fallecieron o fueron mutilados en conflictos – las cifras más altas registradas desde 1996, fecha en la que la Asamblea General creó el mandato de mi representante especial para la cuestión de los niños y los conflictos armados. Se documentaron y verificaron más de 24.000 violaciones, en comparación con las 21.000 de 2017», destacó António Guterres.
El Secretario General recordó que los ataques a hospitales y escuelas derivados de conflictos privan a los menores de su derecho a recibir asistencia sanitaria y educación y obliga a las familias a abandonar sus hogares. Además, los niños pueden ser víctimas de abusos como violencia sexual o secuestros.
«Pueden ser entrenados para usar armas mortales, o explotados como cocineros y mensajeros. Estas violaciones causan daños duraderos a los niños, y a sus comunidades y sociedades. Pueden alimentar los agravios y las frustraciones que conducen al extremismo, creando un círculo vicioso de tensión y violencia».
La sesión del Consejo de Seguridad estuvo presidida por el ministro de Asuntos Exteriores belga, Philippe Goffin, y contó con la participación del Rey Felipe de ese país.
Durante la misma, Guterres anunció el lanzamiento de una Guía Práctica para mediadores sobre la protección de niños en situaciones de conflicto armado.
El Consejo progresa, pero no lo suficiente
El titular de la ONU agradeció el compromiso mostrado por el Consejo en esta cuestión e indicó que, gracias a varias resoluciones aprobadas durante los últimos 21 años, se logró progresar en la sensibilización sobre las violaciones, en particular gracias al mecanismo de vigilancia y presentación de informes sobre esta temática establecida en 2005 por el Consejo.
Pese a reconocer que las cifras que arroja el mecanismo son incompletas señaló que «dibujan un escenario condenatorio y suscitan interrogantes de responsabilidad y cumplimiento».
A continuación, puso a Sudán del Sur como ejemplo de cómo la protección de los niños puede unir a las partes en conflicto y generar confianza y paz. Al mismo tiempo, señaló que, en otras partes del mundo, 12 partes en conflicto fueron retiradas de la lista de responsables de violaciones tras cumplir sus compromisos en virtud de un plan de acción.
La guía establece las necesidades de los niños
Del mismo modo, señaló que el lanzamiento de la Guía Práctica para Mediadores representa «el siguiente paso» en la estrategia de situar a los niños en el centro de los esfuerzos de protección, consolidación de la paz y prevención.
Especificó que el manual reconoce que las necesidades y los derechos de los niños deben tenerse en cuenta en todas las fases de los conflictos, empezando con los esfuerzos de prevención hasta la mediación y la recuperación, pasando por el desarrollo sostenible e inclusivo.
«Proporciona a los mediadores y negociadores los recursos para efectuar un análisis de los conflictos basado en los derechos del niño. Y celebra la implicación y la participación de los niños, con el apoyo adecuado», explicó.
«Cuando las FARC, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, acabaron con el reclutamiento y el uso de niños, contribuyeron a fomentar un clima de confianza y crearon el impulso necesario para hacer avanzar el proceso de paz», declaró.
Guterres agradeció a las partes involucradas en la elaboración de las recomendaciones contenidas en la guía, en particular a su representante especial, Virginia Gamba, al Departamento de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz, al Departamento de Operaciones de Paz, a UNICEF y a otras partes interesadas en los ámbitos de la mediación y la protección de los niños.
El compromiso de Bélgica con los menores
Por su parte, el Rey Felipe de Bélgica destacó que defender la causa de los niños afectados por los conflictos armados representa una prioridad constante de su política exterior y que la Reina Matilda «aboga por esta cuestión desde hace muchos años».
«Salvar las vidas de estos niños exige una política permanente de esfuerzos conjuntos de prevención y resarcimiento y una movilización constante de recursos financieros y humanos. Tenemos que ayudar a estos niños a levantarse y alcanzar su pleno potencial. Hay que devolverles la esperanza y ayudarlos a reconciliarse con la vida», especificó.
El monarca abogó por su reintegración en la sociedad y destacó que, desde la adopción de la primera resolución del Consejo sobre el tema en 1999, éste no ha cejado en su empeño de solicitar que los procesos de paz integren de principio a fin elementos esenciales de protección de los derechos del niño.
«Sin embargo, los procesos incluyentes son la excepción. Con demasiada frecuencia descuidamos la suerte de los niños. Sus voces, sus derechos y sus necesidades apenas se tienen en cuenta. Tenemos que hacer un mejor trabajo. De ello depende el porvenir de las sociedades afectadas por hostilidades».
«Cada vez que salvamos a un niño de la guerra, que lo ayudamos a reconstruirse, que le devolvemos una escuela, sus sueños vuelven a ser posibles y representa una victoria de la vida», constató el regente belga.
Una guía que es útil en todo conflicto
Unas horas más tarde, se produjo el lanzamiento oficial de la Guía Práctica donde la representante especial del Secretario General sobre los niños en conflictos armados, Virginia Gamba, indicó que espera que no solo espera una amplia difusión de sus preceptos sino su implementación.
“La guía no está pensada para ser un manual de la ONU. Se dirige a los Estados miembros para apoyarlos y poner a los niños en el núcleo de las iniciativas destinadas a prevenir y poner fin a los conflictos, pero también es útil como instrumento para todas las partes en conflicto, en los diálogos nacionales de paz, en los ceses de fuego y en los intentos regionales de construcción de la paz”, explicó.
Igualmente, indicó que espera poder organizar hacia finales de año por lo menos un taller regional, aunque espera que más, con contrapartes nacionales y regionales para formular planes de implementación en base de esta guía y adaptados al contexto pertinentes.
La experiencia colombiana
Entre los invitados al evento explicó su vivencia personal José Tarache Niño, ex niño soldado, quien compartió su experiencia del proceso de paz colombiano y señaló que se vulneró su niñez desde que tiene uso de razón.
A los once años se encontró con la necesidad de trabajar y consiguió un empleo de mecánico de motos. En el taller tuvo que reparar motos a todo el mundo incluidos los miembros de las FARC y de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
“Por mi trabajo, la FARC me amenazó de muerte acusándome de colaborador de las AUC. La AUC aprovechó esta situación quienes terminaron reclutándome como combatiente entre sus filas”.
Tarache militó en las filas de la AUC hasta los 17 años cuando fue capturado por la policía nacional, a continuación fue llevado preso en una cárcel de menores y, posteriormente, ingresó en un programa de reinserción apoyado por el Estado donde le explicaron que era un menor víctima del conflicto armado.
Tras un difícil proceso de reintegración, en el que contó con ayuda estatal y de las Naciones Unidas, logró reincorporarse a la vida civil.
En 2014 formó parte de un grupo de 60 víctimas que viajó a La Habana en el marco de las negociaciones de paz.
Cansados de una guerra que no les pertenecía
“En dicha mesa mi objetivo principal fue contarles a los presentes en la negociación que los niños y niñas estaban cansados de formar parte de una guerra que nos les pertenecía y que exigíamos la pronta liberación de todos los menores que estaban integrando las filas”.
Asimismo, destacó la importancia de explicar en ese encuentro que todos los actores estaban involucrados de manera directa: desde el Gobierno por no garantizar la protección de los menores hasta los grupos armados por reclutarlos y usarlos para sus objetivos.
“A través de la incidencia de las víctimas, la sociedad civil y otros actores que luchan por la protección de la niñez se logró establecer unos principios orientadores en el en el proceso de paz, entre la FARC-EP y el Gobierno para la protección de niños y niñas”.
Sin embargo, destacó, que la inclusión de las provisiones “solo son válidas si se implementan en su totalidad” y que en la actualidad existen diferentes grupos armados “que continúan robándole la niñez a los niños y niñas en situación de vulnerabilidad”.
Finalmente, destacó la importancia de reforzar la educación y la cultura como método de prevención. (ONU NOTICIAS)
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