Feminicidios
Sandra Sierra Limones es una activista lagunera, diversa: igual clama, lucha y pide por los migrantes centroamericanos, que lo hace por las mujeres, o por los más desposeídos, reúne dulces, juguetes, ropa entre sus conocidos y amigos, y va y los reparte en zonas de alta necesidad.
Es una mujer incansable, a la que Christian, su hijo, le ha seguido los pasos, y aunque al principio apoyaba las actividades de su madre, ahora tomó su propio rumbo y trabaja por los mismos ideales, pero ya al lado de grupos de jóvenes, amigos suyos.
En los días recientes Sandra, presidenta de la Fundación por la Promoción, Desarrollo y Empoderamiento de las Mujeres, publicó en su muro, en relación con el espantoso feminicidio cometido contra Ingrid en la Ciudad de México:
“Ya no hay palabras… las hemos usado todas y no ha pasado nada. Tampoco hay manifestación que valga, las hicimos pacíficas y las hicimos violentas y nos siguen matando… A Ingrid no le sirvió nada, ninguna instancia, ningún partido, la sociedad toda, empezando por sus vecinos, hizo oídos sordos. El presidente dice que no quiere que los feminicidios opaquen su rifa… y las voces antes tan valientes y avasalladoras hoy callan. Nomás quedamos las que casi no tenemos voz, las que nos van callando poco a poco, a fuerza también de violencia”.
Es un grito desesperado de alguien a quien le costaron agresiones personales a través de las redes sociales, conseguir que se decretara la alerta de género en Gómez Palacio, y aunque al cabo consiguió más que eso, que se incluyera a al menos una decena de municipios, en los hechos poco o nada se ha avanzado con el tema de los feminicidios.
Desde las altas esferas gubernamentales, es irritante ver la falta de sensibilidad y de empatía, y como enorme botón de muestra está la molestia expresada por el Presidente, al considerar que el espantoso feminicidio contra Ingrid, estaba distrayendo la atención del ‘respetable’ de su ya tristemente célebre rifa del avión sin avión.
Pero como dice Sandra, ya no hay palabras para adjetivar las acciones y reacciones ya no vayamos lejos con las autoridades de cualquier nivel, sino entre la sociedad misma que nos hemos convertido en individualistas y ensimismados, de que mientras no nos toque a nosotros, qué lástima y qué pena, ‘pobrecitos’, pero de ahí no pasan las reacciones.
Y también después de haber usado todas las palabras sin que haya sucedido nada, no hay un calificativo de cómo al menos a botepronto hay una impasividad de los varones de nuestra sociedad. Uno de pronto no logra comprender, entender y digerir ¡Nos están asesinando a nuestras mujeres! Son nuestras madres, esposas, hermanas, hijas, y no hacemos nada.
No se trata de, como insiste un despistado alcalde de la Comarca Lagunera, ‘ni modo que pongamos un policía a cada mujer’; no, eso es imposible y hasta inoperante, pero la atención a esta flagelo se tiene que empezar a atacar desde varios frentes. Uno de ellos y uno de los principales es la atención no solamente a las víctimas como se viene haciendo hasta ahora, sino tratar de cambiar esa cultura machista trabajando con los violentadores lo que significa una acción preventiva, y no solo con las víctimas porque esas son medidas de remediación.
En La Laguna hace años funcionaba una asociación denominada ‘Hombres nuevos de La Laguna’, que dirigía el doctor Astalo García, pero su modelo que era digno de ser replicado en todas partes, fue ignorado; hoy desconozco si siga trabajando con los generadores de la violencia intrafamiliar, contra Las mujeres, contra sus hijos e incluso contra sus padres. Si no lo sigue haciendo es una lástima que ninguna autoridad u organizaciones de la sociedad civil, no hayan respaldado esta que era una extraordinaria labor, la que pude constatar luego de acudir a algunas sesiones invitado por el médico para que conociera de cerca su trabajo.
Desgraciadamente hoy en día a través de los principales medios del país, de las fiscalías estatales, de organizaciones de mujeres y vía redes sociales, un día sí y otro también nos encontramos con avisos de desaparición de mujeres –muchas de ellas niñas-, y desgraciadamente en la mayoría de los casos en los siguientes días nos enteramos de la localización de sus cuerpos con evidentes huellas de una inusitada violencia, y de abuso sexual
Es triste decirlo, pero nos están asesinando a nuestras mujeres y ¿Qué estamos haciendo como sociedad? ¿Qué estamos haciendo los varones? Ya si no reaccionamos cuando las víctimas son nuestras madres, esposas, hermanas, hijas, no sé con qué vayamos a reaccionar ¿De qué estamos hechos para no reaccionar? Son nuestras mujeres, por el amor de Dios.
@JulianParraIba
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