AVISO DE CURVA

Las mujeres al mando en el Congreso de Coahuila

 Los integrantes del Congreso de Coahuila aseguran que la LXI Legislatura es histórica. No se equivocan: las mujeres por primera vez son mayoría.

Las parlamentarias coahuilenses representan el 56% de los 25 escaños del Congreso local. Un total de 14 legisladoras que imponen un récord, si las comparamos con las 12 diputadas que integraron la Legislatura anterior.

Al mismo tiempo, en los 16 distritos de mayoría, las damas también llevan la delantera, puesto que en las elecciones de 2017 obtuvieron el triunfo en nueve distritos.

Además, cada partido con representatividad en el poder legislativo, cuenta con al menos una legisladora. El PRI se destaca, ya que de las 14, siete son de este partido. Le sigue el PAN con cuatro. Luego la UDC, PRD y Morena, cada uno con una diputada.

En un estado que durante décadas ha buscado perfeccionar su democracia, un Congreso con mayoría de mujeres cobra importancia por dos razones: primera, desde la elección de 2017 en Coahuila se rebasó el principio de 50-50 entre hombres y mujeres, adelantándose dos años a lo aprobado en 2019 en los ámbitos federal y estatal.

Segunda, recientemente escuché decir a alguien que los atenienses inventaron la democracia pensando en que las decisiones las tomaran las mujeres, puesto que un sistema que intrínsecamente implica la negociación, el trabajo en equipo y el pensamiento inclusivo, funcionaría mejor con el estilo de liderazgo que suelen optar la mayoría de las mujeres, centrado en la construcción de agendas comunes y en el impulso de esquemas cooperativos. Paradójicamente, los atenienses las excluyeron, al igual que a los esclavos, de la toma de decisiones.

El tiempo puso las cosas en su lugar. La participación de las mujeres se ha convertido en una obligación de representación política, legal y estratégica para el buen funcionamiento de los tres poderes de gobierno.

Si los tiempos han cambiado, entonces, más allá de las cuotas legales de género, en la actualidad las mujeres asumen una participación activa y trascendental en la política. Por ello, siendo Coahuila uno de los estados cuyos congresos están integrados mayoritariamente por mujeres, vale la pena formularnos algunas preguntas: ¿hicieron las mujeres legisladoras una verdadera revolución a favor de la mujer en el Congreso? ¿La igualdad de género se tradujo en igualdad en la toma de decisiones en el poder legislativo?

Las respuestas importan, puesto que este año habrá elecciones para renovar el Congreso. Los electores tendrán de nuevo la oportunidad de otorgar la mayoría a las mujeres, incluso hasta lograr un porcentaje similar al estado de Morelos en donde el 70% de sus integrantes son mujeres, o quedarse en el 50-50 que exige la ley.

En una rápida revisión de la composición y desempeño del Congreso de Coahuila, encontramos información que nos permite estructurar algunas respuestas. Si bien, en comparación con legislaturas anteriores, en la presente hay avances en relación a la presentación de iniciativas y aprobación de leyes a favor de las mujeres, también es cierto que la paridad de género no se ha traducido en la igualdad en la toma de decisiones al interior del Congreso.

Basta un ejemplo: la Presidencia de la Junta de Gobierno, que después del Pleno, es el máximo órgano de representación política y toma de decisiones, ha sido rotado entre las principales fuerzas políticas, primero para el PRI con Jaime Bueno, le siguió el PAN con Marcelo Torres, y ahora la UDC con Emilio de Hoyos. Lo interesante es que, en ninguno de los tres casos, ha estado al frente una mujer.

En la integración de la Comisiones legislativas también encontramos claroscuros. Aunque las mujeres coordinan 14 de las 25 comisiones permanentes, las dos principales, la de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias y la de Gobernación, Puntos Constitucionales y Justicia, están a cargo de caballeros. La tercera en importancia, la de Fianzas, sí es coordinada por una mujer, la diputada Azucena Ramos.

En resumen, la participación mayoritaria de mujeres en el Congreso de Coahuila abrió la posibilidad de construir una agenda de género más consolidada. De ahí el impulso a iniciativas como a Ley de Jefas de Familia, la Ley para la Emisión y Seguimiento para Medidas de Protección a favor de las Mujeres y el endurecimiento de las penas para quienes cometan feminicidio, entre otras acciones que se han promovido desde el legislativo a iniciativa y con el apoyo de mujeres diputadas.

Sin embargo, al momento de organizar el gobierno interno del Congreso, mientras la Junta de Gobierno no sea presidida por una mujer, el estatus de las legisladoras continuará siendo simbólico y marginal, aun siendo mayoría.

 

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El Heraldo de Saltillo
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