HÉCTOR A. GIL MÜLLER
Me parece que la situación actual no se trata de respuestas, no hemos encontrado las respuestas porque no hemos formulado las preguntas. Necesitamos saber que preguntas debemos hacernos, porque no está bien que cada día vivamos pensando que estaremos en un conflicto peor o mayor.
El individualismo está acabando con la humanidad, porque pensar al modo del hombre y teniéndolo al centro, no está encontrando los límites para frenar y asegurar un desarrollo ya no individual sino colectivo.
Estamos dejando de lado la creación de civilizados para formar solo ciudadanos. Estamos enunciando las obligaciones como si de ellas, las escritas, se tratara de englobar todo el espíritu que nos mantiene en sociedad.
El grupo se olvida cuando el individuo se encierra. Se vuelve paradójico que en los tiempos de las redes digitales y las redes sociales estemos tratando de hacer consciencia del tema y urgencia de hacer sociedad. Pero es verdad, olvidamos y obviamos este sentido. El humanismo al que queremos volver con mayor brío parece levantarse como una barrera en un mundo donde el sinsentido se apodera. ¿Cómo serán las sociedades del futuro?, ¿cómo será la política, que construye sociedades, del futuro?, ¿qué características debe tener?, ¿qué tipo de líderes necesitamos al futuro?, no lo sabemos y aun así nos asombra pensar que buscamos las respuestas.
Porque vivimos menos preocupados por el futuro y más azorados por el presente, cuando las generaciones previas eran azoradas por el futuro y menos preocupados por el presente.
En qué momento empezamos a pensar que está muy mal que venga el lobo, pero no hacemos nada por impedir su llegada. Nos acostumbramos demasiado rápido.
México debe urgentemente volver al equipo, al conjunto, al pensamiento colectivo, porque el futuro tiene cara de grupo, no cara de individuo. Las redes siguen quitando los poderes individuales y la jerarquía se debe hacer una redarquía.
En México ¿estamos construyendo ciudadanos?, ¿qué estamos haciendo para reforzar el pensamiento que la ley sirve?, independientemente del combate a la corrupción, que es importante pero que observamos no está modificando grupos, sino cambiando individuos, ¿qué hacemos para impactar a la sociedad?, porque cuando se acaba el individuo solo queda la sociedad. Siempre es mayor pensar a futuro construir sociedades que construir individuos. Porque los individuos traen etapas y las sociedades estilos, los individuos éxitos y las sociedades destinos.
Nuestro México se ha formado sobre una narrativa sobre la verticalidad y la obediencia, y no lo estamos cambiando, al contrario, se está llevando a límites de la razón, donde todos sabemos que no es bueno, pero sentimos que no es malo. Que difícil situación, mientras vemos que se acercan tiempos difíciles, no tenemos propuesta aun para actuar, sino emociones que expresar.
La ley debe aplicarse sobre todos, porque es el recuerdo que el grupo no es solo naturaleza, es realeza y razón, pero ¿existen momentos en que puede obviarse la norma, no ser de observancia?, aun en la guerra hay derecho, y más bravo que el que hay en la paz, dejar la ley es dejar lo que queremos ser por lo que somos.
Por el bien de México, todos, todos, todos.
Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.
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