INDICADOR POLÍTICO

1er. Informe de 4-T (II): rehacer sistema-PRI con presidencialismo

1.- La Cuarta Transformación (4-T) es un lema de campaña como “el cambio” con Vicente Fox. Se trata sólo de hacer funcional el viejo sistema/régimen/Estado priísta que dejó de funcionar por la crisis económica, la corrupción y el neoliberalismo.

2.- En términos de periodicidad histórica de las ciencias sociales, la 4-T sería la 3.6-T: la 3 sería todo el periodo revolucionario-posrevolucionario, la Constitución de 1917 la 3.1, el gobierno de Cárdenas la 3.2, la contrarrevolución de Alemán la 3.3, el populismo echeverrista-lopezportillista la 3.4, el neoliberalismo salinista la 3.5 y ahora el regreso del populismo con acotamientos neoliberales la 3.6.

3.- Las transformaciones del periodo posrevolucionario se dieron en función del aparato político en tres tiempos: los caudillos revolucionarios, el partido y el presidencialismo. Alemán fue en creador formal de la estructura funcional del sistema político: tomó la fuerza de la presidencia, convirtió el PRI como la caja negra –en el modelo sistémico de David Easton– en cuyo seno la fuerza autoritaria-política del presidente distribuía de manera autoritaria valores y beneficios y llevó a la Constitución (reforma del artículo 3) la prioridad del bienestar sobre la democracia,

4.- El neoliberalismo salinista deshizo la caja negra: regresó al presidencialismo autoritario, pasó al PRI de sectores corporativos productivos a masas amorfas de solidaridad, disminuyó el bienestar social como eje del gobierno y sustituyó al Estado por el mercado.

5.- El sistema político priísta tenía dos partes. Los pilares de la primera son: presidente de la república, partido en el poder, Estado de bienestar, acuerdos con sectores invisibles, ideología histórica oficial y Constitución. Los diez sectores invisibles eran controlados por la fuerza presidencial: medios de comunicación, intelectuales, empresarios, oposición leal, Estados Unidos, iglesia católica, indígenas, movimientos sociales no corporativos, poderes fácticos (corruptos, crimen organizado) y burocracia del poder. Paulatinamente el sistema priísta fue perdiendo el control de los sectores invisibles y ello condujo a la derrota.

6.- La propuesta sistémica de López Obrador no deshace el sistema priísta, sino que lo rehace a su propuesta para regresar al presidencialismo centralista que ya no necesita de sectores invisibles ni de partido: centraliza de nuevo todo el poder en la presidencia unitaria, deslinda del partido-Morena porque sería un lastre, traslada la caja negra del partido al despacho presidencial de Palacio Nacional y regresa el bienestar social como la tasa de legitimación de su gobierno.

7.- La presidencia lopezobradorista tiene casi todo de la presidencia de Juárez no sólo cuando andaba errante con la presidencia en una diligencia, sino cuando tomó el poder en 1858 y luego de la reinstalación de la presidencia en Palacio Nacional en 1867: la presidencia unitaria.

8.- El sistema político lopezobradorista sería, así, una variante del sistema político priísta porque su fuerza y liderazgo personal carece de fuerzas sociales productivas para construir un nuevo sistema/régimen/Estado. En todo caso, retoma todo lo positivo que tuvo el PRI: el bienestar general, las políticas sociales y la centralización de las decisiones.

9.- La otra clave no muy estudiada del PRI para su larga permanencia fue que Cárdenas creó el sistema presidencialista legitimado con un partido único y los sectores productivos en su interior –lectura mexicana de Marx y Lenin–, pero institucionalizó el sistema con algo que pudiera  caracterizarse, con licencia lingüística, como la descaudillización: el Caudillo dejó de ser una persona y pasó a ser una institución con poder humano sexenal y eludió las dictaduras personales maquiavelianas al convertir al Partido en el Príncipe gobernante. Cuando el PRI fue aplastado otra vez por la presidencia –Echeverría y López Portillo–, el sistema priísta perdió legitimidad y perdió elecciones.

10.- López Obrador construyó un liderazgo personal, creó al partido Morena más como una amalgama de figuras priístas y grupos sociales y está gobernando por el poder de su fuerza única. Su base social –propia y de apoyo– es de 50%, con el otro 50% al margen o en contra, pero los caudillismos posrevolucionarios tuvieron el 90% de aceptación. Por tanto, la existencia del modelo lopezobradorista depende de su presidencia transexenal, de un partido también transexenal y de mantener hasta 2024 una base de apoyo de 75%.

11.- La clave de la fuerza de López Obrador estará en tres puntos concretos: PIB de 4% promedio anual, disminución de la inseguridad en 75% y encarcelamiento de ex presidentes y ministros por corrupción

12.- Y luego de legitimar su gobierno con esas tres victorias, el gran desafío de López Obrador será trascenderse a sí mismo vía una nueva institucionalización sistémica o estancarse en el poscaudillismo.

 

 

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El Heraldo de Saltillo
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