COAHUILA

Advierte Riquelme de riesgos ante posible ingreso a Pasta de Conchos

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26 agosto, 2019

Monclova.- Técnicamente lo que puede encontrarse en el fondo de la mina 8 Pasta de Concho serían cenizas de los 63 mineros, cuyos cuerpos no fueron recuperados, ello por las altas temperaturas alcanzadas en el accidente del 19 de febrero de 2006, consideró el gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís.

Indicó que él, como ingeniero, estima que derivado de las temperaturas altas que se dieron por la explosión y la distancia en donde estaban los mineros es poco probable encontrar algo sólido a recuperar de los cuerpos.

Expertos en rescate en minas de Alemania, Estados Unidos, China, Australia y México, llamados por el Grupo Técnico del Comité para la Reparación y la Justicia en Pasta de Conchos, sostuvieron cinco días de reuniones de planeación y visita al sitio del accidente en la mina en San Juan de Sabinas, para determinar la forma en que pudiera darse el rescate.

El gobernador señaló que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social del Gobierno Federal asume la responsabilidad del rescate, pues el Estado es ajeno a las decisiones de dicho comité técnico.

«Sí somos notificados, estamos dispuestos a apoyar y aceptar la decisión que ellos tomen, no sé si sea buena o mala, técnicamente, yo soy ingeniero, y sé perfectamente la viabilidad que puede o no tener, entonces, ellos sabrán. La temperatura a la que se dio la explosión prácticamente a lo que podemos hallar abajo son cenizas», externó.

Reiteró que autoridades federales son las que están tomando la decisión y el gobierno estatal está dispuestos a apoyarlos a satisfacción de las familias solamente, pero no pueden ignorar el riesgo que hay abajo al haber gases y fluidos que pueden ser fatales.

Familiares, viudas e hijos de 63 de las víctimas de Pasta de Conchos esperan la recuperación de restos de los cuerpos a 13 años de la tragedia, luego de impulsar ante instancias mexicanas e internacionales las labores de extracción de sus seres queridos para darles sepultura digna. (CRISELDA FARÍAS | INFONOR)