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19 agosto, 2019

LOS RIESGOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN MÉXICO

FRANCISCO TREVIÑO AGUIRRE

La ubicación geográfica de México, situado entre dos océanos y una topografía compleja, son situaciones que tienden a aumentar la exposición del país a eventos meteorológicos extremos, tales como ciclones tropicales, heladas, olas de calor e inundaciones. Esta vulnerabilidad geográfica se intensifica por una brecha de riqueza considerable (el 53.2 por ciento de la población vive por debajo de la media nacional de pobreza) y la urbanización.

La falta de mantenimiento en la infraestructura de transporte, energía y agua es vulnerable a daños por inundaciones y vientos fuertes, especialmente en áreas costeras.

Adicionalmente, científicos han demostrado que las temperaturas en nuestro país se han incrementado desde la década de los años 60´s. De hecho, para fines de este siglo, el norte de México podría ver que sus temperaturas anuales promedio aumentarán entre 3 y 4 grados centígrados y el resto del país entre 1.5 y 2.5 grados centígrados. Algunos grados pueden no parecer un gran problema, pero piénselo de esta manera: ¿Cuál es la diferencia entre 0 y 1 grado Celsius? Bueno, esa es la diferencia entre hielo y agua. Un pequeño cambio en la temperatura realmente puede interrumpir los sistemas de los que dependemos para sobrevivir. A medida que México (y el planeta) se calientan, las huellas del cambio climático se pueden ver en todas partes. Los expertos del clima observan impactos como el aumento del nivel del mar, temporadas de incendios forestales más largas e intensas y sequías devastadoras (solo por mencionar algunas). Y lo más importante, la gente experimenta dichos efectos.

En México, millones de personas están en riesgo por la falta de agua debido al cambio climático, y los suministros de agua son cada vez más escasos debido a factores como el crecimiento de la población y el uso indiscriminado del vital líquido. Se estima que en los próximos años el país experimente una disminución considerable en las lluvias, aumentado de forma consecutiva los días secos, reduciendo la recarga de mantos acuíferos necesarios para el suministro de agua.

Por otra parte, la agricultura es parte importante en la economía del país, siendo uno de los sectores donde el cambio climático golpeará más fuerte, especialmente entre pequeños agricultores que dependen de esta actividad para su sustento. Por todo lo anterior, enfrentamos hoy una cruda realidad: el cambio climático está haciendo que las tierras de México sean mucho menos adecuadas para el cultivo de alimentos y eso ya está afectando a la sociedad y la economía del país.

De hecho, el cambio climático puede conducir a una disminución de entre el 40 y el 70 por ciento de las tierras de cultivo en México para 2030. Peor aún, esto podría elevarse a una disminución del 80 al 100 por ciento para fines de este siglo. Estamos hablando de que México podría perder más de la mitad de sus tierras de cultivo en menos de 11 años, y todas ellas para el año 2100. Eso no es motivo de preocupación, es una catástrofe en proceso. Hoy por hoy, debemos de tomar conciencia del daño que le estamos causando al planeta, aunque para muchos expertos en el tema, ya es demasiado tarde.

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