EL VARÓN DOMADO

 ARIADNE H.

Al terminar “El varón domado” de Esther Vilar, una sensación de miedo quedó impregnada en mí. Sabía, ya en la página cuatro, que este libro era peligroso y que, cayendo en las manos equivocadas, podría servir de defensa para todo aquél que criticara el feminismo. Son tres hombres con los que he hablado que se han amparado bajo este libro con el motivo de desacreditar el movimiento feminista, alegando que las mujeres son histéricas y locas, copiando frases de Esther Vilar para insultar un movimiento de siglos.

Esther escribe para aquellos hombres que buscan insultar el feminismo pero que no saben cómo hacerlo y que, en cambio, prefieren cobijarse bajo ideas machistas y sexistas promovidas en un libro, creyendo que por el mero hecho de que esté escrito por una mujer con estudios y que su libro haya sido un best-seller, esto convierte a sus argumentos en válidos y correctos. Por esto digo que es un libro peligroso, pues con cada página que pasa las ideas de la autora parecen rayar más en lo ridículo.

Esther defiende en su libro la idea de que son los hombres, a lo largo de los siglos, los que han sido dominados y las mujeres las dominantes, las explotadoras. “[…] pues el chiché de la mujer-víctima-de-la-explotación-masculina está tan arraigada en su consciencia que siguen siendo ciegos incluso ante una prueba tan fehaciente como esta de que los explotados son ellos”.

Esther Vilar no tiene reparos en decir lo “abismalmente estúpidas que son las mujeres”, alegando que “la mujer llega a ser mujer por la cretinización gradual y por la transformación de su aspecto externo”.

Pareciera que Esther Vilar escribe su libro bajo el influjo de situaciones imaginarias e irrisorias. Proclama desde su burbuja de ignorancia opiniones tan irreales como que la dominación ejercida por el hombre hacia la mujer es inexistente. Es de verdad lamentable decir que el hombre no ejerce su poder si, por todos lados, se saben noticias de una cantidad inmensa de mujeres violadas y secuestradas, de niñas forzadas a casarse con hombres que les doblan o triplican la edad, de mujeres asesinadas por sus parejas, de mujeres que van a la cárcel por un aborto, sea involuntario o provocado, de mujeres que son golpeadas, humilladas y abusadas por el mero hecho de ser mujer. Estas verdades, que se ven a diario en las noticias, parece que Esther quiere ignorarlas y, en cambio, utiliza mejor su tiempo en defender a los hombres, a incentivarlos a librarse del supuesto yugo que la mujer ejerce sobre ellos.

Esther dice sin reparo alguno que las mujeres son estúpidas, incapaces de pensar y malvadas. En palabras de Esther, para ella la mujer carece de inteligencia: “¿Por qué no utilizan las mujeres el cerebro? No lo utilizan porque no necesitan capacidad intelectual alguna para sobrevivir”.

Sobra decir que este libro parece ser escrito hace siglos y no en 1973 y, más aún increíble es el hecho de que actualmente existen hombre que siguen usando este libro para defender sus ideas que no promueven más que machismo y sexismo.

Las ideas de la autora han sido adoptadas por un conjunto de personas cuyo único propósito es el de rebelarse contra el movimiento feminista. ¿Quién no ha sido participe en una conversación donde se defienda a los hombres diciendo que ellos han sido los creadores de todas las invenciones posibles? Basta recordar la persecución a las brujas por el mero hecho de poseer conocimientos medicinales. El conocimiento de las mujeres siempre ha tratado de serles arrebatado, y esta es una tesis que Simone de Beauvoir, una de las mayores exponentes del feminismo y a la cual Vilar menosprecia, defiende grandemente.

“El varón domado” es un libro que ganó su popularidad por el mero hecho de llamar estúpidas e inservibles a las mujeres, pero es también un libro sin mérito alguno que carece de argumentos válidos; aún así, parece recobrar más importancia con el pasar de los años, donde se le protege en un altar por un grupo de machistas que buscan desesperadamente cualquier cosa que defienda sus ideas retrógradas e intolerantes, por eso sostengo que es un libro peligroso y uno que habría que leer inteligente y críticamente.

Autor

El Heraldo de Saltillo
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