“VAMOS A MICHAS”
Bien por el gobernador Miguel Riquelme que implementó en esta bella tierra coahuilteca el programa «Vamos a Michas», que contempla una inversión de 417 millones de pesos, aportados en una proporción de 50 por ciento por el Municipio y 50 por ciento por el Estado. Esta cantidad se aplicará en acciones de bacheo, repavimentación y reparación de drenajes en general. Y digo que bien por don Miguel porque si no implementa estas acciones, el Ayuntamiento de Torreón no le hubiese metido ese 50% que representa 208 millones 500 mil pesos. El “Vamos a Michas” es como aquel programa “Peso por Peso”, que también dio buenos resultados. La idea es que los ayuntamientos le metan lana a obras de bacheo, repavimentación y reparación de drenajes, en lugar de gastárselo en obras superfluas como la infinidad de semáforos mal ubicados, el excesivo gasto de pintura chafa, o en gasto corriente no justificable.
SERÍAN MÁS DE 888 MILLONES
«Este es un ejemplo de que se pueden hacer las cosas, de que el Estado es sensible y de manera equitativa o proporcional, podemos, poniéndonos de acuerdo en las obras prioritarias», señaló el gobernador al dar el banderazo de salida. Por cierto, el infatigable y tenaz MARS va continuar abriendo cancha para llevar el “Vamos a Michas” a toda la entidad. Y ello es bueno porque mientras más le metan los ayuntamientos, más le sacan. Por cierto, en el marco del evento los regidores y síndica del PRI Isis Cepeda, Alfredo Mafud, Toño Gutiérrez y Dulce Pereda, coincidieron en señalar que “Zermeño cree que los torreonenses no saben contar”. Ello en alusión a que el alcalde había manifestado que solo el 10% de las obras que se realizan en nuestra ciudad, son las que se les dio a 5 empresas foráneas, mientras que el 90% restante, es para empresas de la ciudad y comarca lagunera. En este caso, si los 88 millones 546 mil 854 pesos de dichos contratos que según JZI representa solo el 10% para las compañías foráneas (Durango, Nuevo León, Puebla y Estado der México), entonces por elemental aritmética la obra en Torreón –en este momento– sería de más de 888 millones cuando en realidad lo presupuestado para este 2019 fueron 90 millones y al ver que la habían regado con tan pequeña cantidad, la aumentaron a solo 130 millones de pesos. Es decir, según lo dicho por Zermeño, hay que buscar las obras por 758 millones de pesos que dice que hay –o que se van a levantar– en nuestra sufrida, triste y agobiada ciudad. Como que JZI y AMLO ahí se dan.
¿Y LA COLÓN?
Por cierto, hay que preguntarle a Tomás Galván (Director de Obras Públicas) que si ya terminó la “obra magna” que hasta hoy ha hecho la presente administración. Me refiero a la remodelación de la emblemática Calzada Colón. Digo, porque el gobierno municipal señaló hace meses que esta obra costaría 35 millones de pesos. Y la verdad es que no se ve dónde están, o dónde quedaron. Incluso, han dicho que la obra de marras no la han terminado. Cabe señalar que la Calzada Colón, del bulevar Independencia al Revolución tiene 12 cuadras. Corregidora, Bravo, Escobedo, Ocampo, Abasolo, Allende, Matamoros, Morelos, Juárez, Hidalgo, Presidente Carranza y luego el bulevar Revolución. Y si la aritmética no nos falla, entonces se erogaron la grandísima e inconcebible cantidad de 2 millones 916 mil pesos por cuadra o por 80 metros lineales. O sea, cortar árboles de tajo (no eran viejos), poner unos botes de lámina para la basura y poner jardincitos como si fuera para casa, eso nos costó a los torreonenses casi 3 millones de pesos por cuadra. Carajo, dice el dicho policiaco: “Piensa mal y acertarás”.
TURBULENTO Y PROCELOSO PASADO
Y ya que andamos por el rumbo de la presidencia municipal, este martes se hicieron efectivos dos cambios en la administración zermeñista. El abogado Luis Alberto Mendoza Balderas tomo la estafeta como nuevo Director de Plazas y Mercados en sustitución de Carlos de Lara McGrath. Cabe señalar que a Luis Alberto le cambió la vida cuando se desempeñó como Jefe de Proyectos Productivos de la SAGARPA al inicio del gobierno federal de Peña Nieto. Esos proyectos –la mayoría a fondo perdido–, eran por miles de millones de pesos en todo el país. Usted se imaginará. Turbulento y proceloso pasado.
EL INCORRUPTIBLE ALEJANDRO
Por su parte Carlos de Lara –que no pasó la prueba de control y confianza y a raíz de ello salió de la Dirección de Inspección y Verificación Municipal–, a partir del martes despacha como Director de Ingresos. Carlos sustituye a Alejandro García Cervantes, hermano del exdiputado, exsenador y exembajador Ricardo, mejor conocido entre sus cuates como “La Tripa”. Apodo que me honro haberle puesto en la Facultad de Derecho por allá de 1975. Por cierto, propios y extraños reconocen la valía y capacidad de Alejandro, quien aparte de ser apartidista, es un profesional docto y honesto. Por ello, la salida de Alejandro fue un hecho lamentable. Y como García Cervantes no se presta a arreglos en lo oscurito, por ser muy derecho lo sacaron de la jugada. Como que no le convenía a la tesorera Mayela Ramírez Sordo que estuviera en su organigrama. Sin comentarios.
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