Hay algo que tienen en común casi todos los mexicanos: padecen o tienen un familiar, amigo o colega con diabetes. Esto fue lo que llevó a Javier Larragoiti, egresado de la carrera de Ingeniería Química de la Universidad Iberoamericana, a desarrollar un endulzante que tuviera el mismo sabor de la caña de azúcar, pero sin afectar la salud de su padre, quién padece de esta enfermedad.
“Hasta la fecha no ha logrado cuidar su dieta al 100%, lo hemos ayudado bastante pero se sigue dando el lujo de un postre o un chocolate a la semana. Sin embargo, en aquellos tiempos (hace diez años) era peor porque le dábamos Stevia o Splenda y nunca terminó de convencerle el sabor», explica Larragoiti, un joven de 29 de años que comenzó a desarrollar el producto cuando tenía 18 y hoy es director y fundador de Xilinat, empresa que produce el sustituto de azúcar.
El sitio web de Expansión publicó que el emprendedor veía lo mismo con otros diabéticos: todos rompían su dieta porque no les convencían los endulzantes disponibles. «Entonces pensé en que lo ideal sería algo que le supiera exactamente igual al azúcar y que los motivará a cuidar su dieta”.
Larragoiti dedicó cuatro años a la investigación, para poder crear el producto a partir de la xilosa –un compuesto que se encuentra en las plantas— obtenida de mazorcas de maíz, a través de un proceso de fermentación, logrando un sabor igual al del azúcar y a un menor costo.
“El proceso tradicional es usar árboles de abedul como materia prima, pero contacté a un par de maestros para ver si podíamos trabajar ese producto con un proceso diferente y mucho más barato. Entonces, no solo ayuda a que las personas rompan más rápido los carbohidratos y mantenga sus niveles de glucosa constante en su sangre, también protege los dientes contra la caries”, platica Larragoiti.
En México, solo 15% de las personas usan sustitutos de azúcar y de ese porcentaje, 5% tiene alguna enfermedad como la diabetes, de acuerdo con una investigación que realizó la empresa en conjunto con la Federación Mexicana de Diabetes.
«Se espera que las ventas de edulcorantes distintos del azúcar ganen relevancia, ya que existe una disponibilidad creciente de tales productos. Aunque el azúcar seguirá siendo el edulcorante más popular, hay un número significativo de consumidores dispuestos a cambiar hacia lo que perciben como mejores alternativas, ya sea porque tienen menos calorías o porque las personas con diabetes pueden consumirlas», detalla un reporte de la consultora Euromonitor.
Crecimiento orgánico
Larragoiti decidió lanzar formalmente Xilinat en 2017, tras conseguir experiencia laboral en el área de desarrollo de alimentos de Unilever en México y en el de investigación de la firma alemana de agroquímica Basf en Estados Unidos. Además, realizó una maestría en Ingeniería Química en la University College de Londres.
La empresa comenzó a vender en diciembre de 2018, con apenas una tonelada de producción. “Lo que pasó y que no esperábamos es que, al ir construyendo la imagen, tuvimos un boom en medios de comunicación y orgánicamente los clientes nos empezaron a buscar», cuenta el director. Nos llegaban de 20 a 30 mensajes diarios por Instagram o Facebook para comprar, sobre todo personas con diabetes. Hicimos una lista de espera y es la lista de clientes que vamos surtiendo”.
Ahora busca crecer a 10 toneladas para el siguiente año y construir su propia planta productiva en los próximos cinco años – ahora produce artesanalmente su producto en las instalacionaes de la Ibero en la Ciudad de México— con el ‘capital semilla’ que la empresa logró levantar con los premios obtenidos en la participación de concursos de emprendedores en diferentes partes del mundo.
“Hemos recaudado 5 millones de pesos que se necesitaban para tres cosas: escalar nuestro proceso y llevarlo a un nivel industrial, lo que implica rentar plantas piloto más grande para no gastar en un equipo que solo vayamos a usar una vez, publicidad y contratación de personal”, añade Larragoiti, que hasta el momento ha logrado 10,000 dólares en utilidad neta.
Empresas como Bimbo, Mondelez y Nestlé han buscando a Xilinat para realizar productos bajos en calorías, como un Carlos V para diabéticos que produce Nestlé o los chicles Trident, de Mondelez, hechos de xilitol importado de China, que producen en su planta de Puebla. “La idea es que nos compren a nosotros, sin químicos y más barato”, añade el fundador.
“Las empresas se han preocupado por modificar sus fórmulas y reducir índices de obesidad con el uso de sustitutos de azúcar, como es el caso de la stevia. Están conscientes de que el uso excesivo de estos sustitutos pueden tener consecuencias negativa para su salud. Pero, sin duda, esta tendencia llegó para quedarse y vamos a seguir viendola en los próximos años”, comenta Marco Montañez, analista de alimentos y bebidas de Vector. (EXPANSIÓN)
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