«Con la cabeza bien alta» es el lema elegido este año por las Naciones Unidas para reivindicar el Día Internacional de Sensibilización sobre el Albinismo, en reconocimiento a ese grupo de personas que sufren discriminación en diversas partes del mundo.
La efeméride que se celebra cada 13 de junio “sirve para mostrar apoyo a su causa, desde sus logros y prácticas positivas hasta la promoción y protección de sus derechos humanos”.
Muchas de las personas que padecen este trastorno genético son discriminados y se enfrentan durante su vida a obstáculos en los campos de la educación y la salud, y sufren una falta de visibilidad en la esfera social y política.
Su apariencia ha dado lugar a falsas creencias y actitudes supersticiosas, que han fomentado su marginación y exclusión social.
La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución a finales del año 2014 proclamando la celebración del Día Internacional de Sensibilización sobre el Albinismo que se ha celebrado ininterrumpidamente desde el año 2015.
La música como elemento de empoderamiento
Una de las personas que lucha en favor de los derechos de las personas albinas es Lazarus Chigwandali, un músico discapacitado de Malawi que usa su guitarra como herramienta en favor de ese colectivo.
Entre sus propuestas figura la puesta en marcha de un programa de capacitación para personas con albinismo en África que les permita participar en actividades económicas, obtener ingresos y progresar en la vida.
Chigwandali acudió recientemente a los estudios de Noticias ONU en Nueva York, tras la proyección de un documental que lleva su nombre y que se proyectó en el prestigioso festival de cine de Tribeca. El cortometraje explica su vida en Malawi y los riesgos que sufrió en su país por su condición de persona albina.
En Malawi, los albinos son víctimas de secuestros, asesinatos o mutilaciones ya que hay la creencia generalizada de que ciertas partes de su cuerpo pueden traer riqueza o buena suerte.
El artista malauí, padre de dos hijos albinos y músico callejero, destacó que el documental ha supuesto un cambio fundamental en su vida porque, aunque la cinta ya forma parte de su pasado, permitirá conocer a nivel mundial la situación en que se encuentran las personas como él.
Pese a sus temores iniciales y la falta de medios para encontrar la plataforma adecuada que sirviera para reivindicar su mensaje, el documental sirvió para que Chigwandal alzase su voz.
Por último, solicitó el apoyo de las Naciones Unidas, ya que “tiene el poder de generar cambios”, y el de la comunidad internacional a su causa; y también pidió ayuda para los albinos en su país, “y que se anime a la gente a entender que nosotros también somos personas”. (ONU NOTICIAS)
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